La historia de la humanidad se cuenta a través de momentos históricos, pero estos son realmente comprensibles solo cuando entendemos las generaciones que los protagonizaron. 

Hablar de generaciones es hablar de evolución, porque aunque algunas puedan parecerse entre sí, las personas estamos en continuo cambio, así como nuestros valores y percepciones del mundo. Lo que antes podía ser escandaloso ahora es normal y lo que antes era algo honorable ya no lo es. 

Los 'millennials' y la generación Z se sienten más presionados por conseguir objetivos vitales como casarse, comprar una casa o tener hijos

Los valores también definen a cada generación, pero en los últimos años, la tecnología ha tenido una gran influencia en cómo los más jóvenes entienden el mundo. Las redes sociales han despertado en el ser humano pasiones que de otro modo no hubieran experimentado y ha provocado que nuestra mente –e incluso parte de nuestra economía– se estructure en función de ellas. 

Esto es especialmente notable en la generación Z, nativos digitales que han crecido haciendo scroll en el móvil inteligente de sus padres y que han descubierto su verdadero potencial de atracción cuando han tenido en sus manos el suyo propio. 

La creencia de que las personas son mejor entendidas principalmente por la edad todavía sustenta muchas estrategias de comunicación. 

Según un estudio global de la consultora BCW sobre los valores de las distintas generaciones realizado a 36.000 personas en 30 países, la Z pone el énfasis en el poder, el logro, el hedonismo y la estimulación, en comparación con los otros grupos de edad. 

Los jóvenes siempre han estado motivados por la ambición, por progresar y alcanzar el éxito personal, así como la posición social y el poder. Quizás, en los últimos años, esta visión de progreso no sea solo deseada sino idealizada ahora que esta generación no solo se enfrenta a retos económicos y laborales, sino que su vida está dominada por las redes sociales, un pozo sin fondo donde demostrar el éxito, la posición social y los estilos de vida soñados. 

El mayor énfasis en el yo que se observa en la generación Z tiene que ver con un aumento de los valores individualistas por encima de los valores sociales. Esta tendencia refleja los diferentes contextos culturales en los que cada generación alcanzó la mayoría de edad, impulsados por los cambiantes avances socioeconómicos, geopolíticos y tecnológicos. 

Los más jóvenes han crecido en sociedades muy digitalizadas en el que "si algo no está en Instagram es que no existe". Es decir, para esta generación los logros se publican en las redes sociales, donde la gente comparte los momentos vitales más importantes, por pequeños que sean. Como resultado, no es de extrañar que la gen Z se preocupe tanto por alcanzar un estilo de vida que pueda publicar en redes. 

Haber alcanzado la mayoría de edad en un mundo más globalizado que cualquier otro grupo de edad anterior a ellos hace que los individuos de la generación Z puedan tener un comportamiento más homogéneo. Sin embargo, la cultura en la que nacen todavía juega un papel importante en su desarrollo durante los años de formación.

Una reclutadora dice que un becario de la generación Z exigió una jornada laboral de 5 horas en una entrevista, reabriendo el debate sobre la conciliación

El estudio ha revelado que las diferentes generaciones son grupos heterogéneos, sin embargo, tanto la Z, como los millennials, la generación X y los babyboomers son más similares en cuanto a sus valores de lo que se suponía. 

La distinción entre ellas y su meticuloso estudio es una herramienta que las empresas en todo el mundo utilizan para agrupar y segmentar a sus audiencias. La creencia de que las personas son mejor entendidas principalmente por la edad todavía sustenta muchas estrategias de comunicación.