¿Generación de cristal? Deja de estereotipar a la generación Z y, en su lugar, céntrate en por qué estamos desilusionados con el futuro del trabajo

Alexandra York
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La generación Z está desilusionada con el futuro del trabajo.

Malte Mueller/Getty Images

  • Los más veteranos piensan que los que acaban de sumarse a la vida adulta y al mundo laboral son una "generación de cristal" porque solo están enfocados en sus derechos y no les interesa crecer profesionalmente.
  • Pero aquellos miembros de la generación Z que trabajan horas extras en sus propias startups o en sus roles corporativos desmienten el estereotipo de "frágiles" y "perezosos".
Análisis Faldón

Para muchos, la generación Z tiene 2 vertientes.

Algunos, tienen muy claro lo que quieren y están llevando el equilibrio entre la vida personal y la profesional a otro nivel: trabajan desde cualquier sitio y la mayoría son autónomos para evitar estar atados a una empresa. 

Otros, como los que destaca un reciente artículo del Wall Street Journal por ser "jóvenes y ambiciosos a la vez", están desafiando los estereotipos generados alrededor de la etiqueta "generación de cristal" que se les adjudicó por mostrar una "fragilidad emocional" ante ciertas circunstancias, entre ellas, el trabajo.

Sin embargo, algunos de ellos están dedicando incontables horas extra para hacer crecer sus startups o para avanzar en sus carreras corporativas

La generación Z tiene claras sus prioridades en el trabajo y empieza a despertar los celos de 'baby boomers', generación X y millennials

En cada extremo, por un lado, los más "vagos" y quejicas, y por el otro, los más aplicados y decididos, están los valores atípicos que no son representativos de la generación Z en general. 

La mayoría de las personas que nacieron entre 1993 y 2012 —la gen Z— se sitúan en algún punto intermedio en este espectro, abogando tanto por la conciliación entre la vida laboral y personal, como por el crecimiento profesional, incluido el ascenso en el escalafón empresarial. 

Como miembro de la generación Z, siento que hay adolescentes y veinteañeros que no están siendo tenidos en cuenta a la hora de analizar nuestra generación, especialmente cuando se trata de la fuerza laboral, lo que está provocando un gran malentendido sobre lo que los jóvenes queremos

Para entender realmente qué quieren y cómo es la generación Z, hay que dejarse de estereotipos. En lugar de eso, hay que analizar por qué se sienten perdidos laboralmente y qué esperan que debe ser el trabajo para encontrar ese equilibrio entre la vida personal y la profesional. 

Tenemos claro que nuestra identidad no se basa solo en nuestro trabajo

Todo mi círculo más cercano se encuentra dentro de la franja de edad que recoge la generación Z, por lo que tengo muy presente cuáles son las principales preocupaciones y puedo decir con rotundidad que la mayoría de las veces no hablamos de nuestras carreras profesionales. 

De hecho, preguntas como "¿a qué te dedicas?" han empezado a sentar mal, ya que ha dejado de verse como una pregunta para iniciar una conversación. La generación Z ha dejado de buscar en la profesión su propia identidad, dejando claro que su vida no es el trabajo, sino todo lo que pasa fuera de él.

Nadie niega que el trabajo es una parte fundamental de la vida de las personas –más especialmente para los millennials–, sin embargo, para las generaciones más jóvenes, ha dejado de verse como el fin último de la realización personal y están luchando porque así sea también en la práctica. .

"Un análisis más amplio de la generación Z muestra que entienden a la perfección que su identidad va más allá del trabajo", asegura Anna Carlson, empleada de la gen Z en una empresa multimedia, añadiendo que tiene muy claros los límites entre su vida personal y laboral.

Aunque el trabajo no sea un tema de conversación constante, sí que es un aspecto muy importante de la vida y muchos jóvenes siguen el anhelo de encontrar su trabajo soñado.

Muchos queremos marcar la diferencia, cueste lo que cueste. Por ejemplo, los miembros de la generación Z son más propensos a aceptar empleos en empresas que se ajustan a sus propios valores en materia de igualdad, diversidad y crisis climática

Lanzados, en busca de impacto y apoyados en su dominio de lo digital: así son los emprendedores de la generación Z, según 5 españoles que han fundado una compañía con solo 25 años

Sin embargo, al incorporarse al mercado laboral en medio de meses consecutivos de advertencias de recesión, despidos que dejan sin trabajo a decenas de miles de personas y una inflación que dificulta cubrir las necesidades básicas, es peligroso confundir lo que somos con lo que hacemos.

Por qué estamos ansiosos por el trabajo

Muchos de los miembros de la generación Z empezaron a sentir descontento y rechazo por el sistema laboral cuando estaban en el instituto. 

Vimos a nuestros padres perder su trabajo durante la Gran Recesión, cuando los ingresos medios de los hogares cayeron en picado entre 2007 y 2011. En 2010, la satisfacción de los trabajadores alcanzó su punto más bajo desde 1987 en Estados Unidos, según una encuesta de satisfacción de Conference Board.

Pero no solo ha sido la experiencia de nuestros padres lo que ha marcado nuestra filosofía y concepto del trabajo, el covid-19 coincidió para algunos con las graduaciones o con el inicio de las carreras profesionales, haciendo las primeras llamadas de trabajo desde el sofá de casa o desde el cuarto de nuestra infancia

Empezar la vida laboral en este entorno es más difícil de lo que muchos quieren reconocer. 

"La generación Z está sufriendo las consecuencias de haber vivido una etapa vital crucial en medio de tantas dificultades, incluido el estrés emocional y la angustia generada por la pandemia", según afirma los resultados de una encuesta realizada por McKinsey en la primavera de 2022 a 25.062 estadounidenses, 1.763 de los cuales pertenecían a la generación Z.

Ese estrés emocional se ha traducido en mayores índices de ansiedad. Según la encuesta, el 55% de los encuestados de entre 18 y 24 años declararon haber sido diagnosticados o haber recibido tratamiento por una enfermedad mental.

Estas extrañas experiencias han provocado serias dudas y confusión sobre lo que significa trabajar, el valor que se le da y cómo es relacionarse con los compañeros en la era pospandemia. Y nadie tiene la culpa de esto.

Le damos prioridad a nuestro futuro

El estereotipo de que estamos desinteresados en el éxito profesional y que no le damos valor al trabajo duro, simplemente no es cierto. El problema es que la generación Z tiene otro concepto de "éxito" laboral y no está dispuesta a renunciar a otros aspectos de la vida igual de importantes que el trabajo. 

Los que sienten que están aprendiendo en sus empresas las habilidades necesarias para avanzar en sus carreras tienen 2,5 veces más probabilidades de permanecer en su organización actual, según una encuesta de Deloitte de 23.220 jóvenes y millennials, realizada entre noviembre de 2021 y abril de 2022.

La generación Z quiere ser leal a su empresa: sólo necesita un motivo para quedarse

Sin embargo, el sistema social tiene una estructura muy rígida que dificulta que se produzcan cambios profundos. La tensión económica asusta a muchos de los jóvenes que aún sueñan con comprarse una casa y hunde a los que están seguros de que nunca podrán permitírsela, así que no es de extrañar que un aumento de sueldo también se haya convertido en la prioridad para esta generación. 

Al igual que a los que nos preceden, queremos que se nos compense por nuestro trabajo y que la remuneración salarial lo refleje. 

No se trata de una generación más vaga o más frágil, o incluso más demandante de derechos, sino que se trata de unos objetivos diferentes a una trayectoria profesional que implique más 50 horas semanales de trabajo.

Por el contrario, queremos un futuro que impliquen iniciativas empresariales y tiempo libre, de crecimiento y comodidad. Este es el término medio que las generaciones más mayores tienen que respetar. 

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