Francia, Alemania y Países Bajos critican a Bruselas por ser "blanda" con su futura ley para regular a las tecnológicas y denuncian "falta de ambición"

El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, y la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, y la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

Olivier Matthys/Pool via REUTERS

  • Los ministros de Economía de tres países han criticado a Europa por ser demasiado blanda con su propuesta para regular el mercado y la industria tecnológica.
  • Exigen que la futura Ley de Mercados Digitales sea más ambiciosa. Es uno de los dos desarrollos legislativos que propone la Comisión Europea para regular el sector.
  • Alemania, Francia y Países Bajos piden que Bruselas sea más incisiva a la hora de vigilar las operaciones corporativas de las multinacionales en el Viejo Continente.
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Los ministros de Economía de Francia, Alemania y Países Bajos han firmado una carta dirigida a la Comisión Europea en la que critican la "falta de ambición" de Bruselas a la hora de regular a las grandes tecnológicas. A esta carta ha tenido acceso el Financial Times.

Estas críticas se producen en el marco de la nueva Ley de Mercados Digitales en la que está trabajando la Comisión Europea. La propuesta de reglamento, junto con la propuesta de Ley de Servicios Digitales, son los principales esfuerzos de Bruselas por regular e intervenir en el mercado digital y en las grandes tecnológicas que operan con los datos de los ciudadanos europeos.

Sin embargo, la misiva que firman el francés Bruno Le Maire, el alemán Peter Altmaier y la neerlandesa Mona Keijzer asegura que esta iniciativa está "falta de ambición" y exige a Bruselas que impulse su escrutinio sobre las fusiones y operaciones corporativas de la industria, sobre todo cuando muchas estrategias se basan en "comprar sistemáticamente firmas nacientes para abortar la competencia".

Lo que también piden las potencias europeas es que las futuras regulaciones de la industria tecnológica permitan a los países contar con más herramientas para iniciar sus propios procedimientos contra las tecnológicas: Alemania abrió hace poco una investigación contra Amazon y Google. También exigen más cooperación entre los estados miembros.

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Hasta ahora, y en el marco del Reglamento General de Protección de Datos, la mayoría de países europeos dependen de Irlanda y de su DPC, el organismo de control análogo de la AEPD española. Esto se debe a un precepto conocido como "ventanilla única" en el que la normativa europea contempla que la mayoría de procedimientos se abran de oficios en el país en el que las empresas señaladas tengan su sede fiscal. Irlanda, gracias a su fiscalidad ventajosa, alberga las matrices europeas de firmas como Facebook o Netflix.

Bruselas presentó este miércoles unas directrices para actualizar su Código de Buenas Prácticas en materia de lucha contra la desinformación. En la presentación de estas directrices, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, recordó que con la futura Ley de Servicios Digitales la Comisión contaría con más y mejores herramientas para garantizar que las tecnológicas cumplan al 100% con este Código, cosa que hasta ahora no se había conseguido.

De hecho, en esas directrices se plantea que las grandes tecnológicas retoquen sus algoritmos para ser más transparentes y mejorar su lucha contra las noticias falsas.

La Ley de Mercados Digitales en la que también trabaja Bruselas pretende regular otro ámbito, después de que el Congreso de EEUU dictaminase, tras una investigación que tuvo lugar el año pasado, que las principales tecnológicas erguían un monopolio gracias a las compras de nuevas empresas con potencial para competir con ellas.

La ministra neerlandesa Mona Keijzer describe en la misiva remitida a Bruselas, a la que ha tenido acceso el Financial Times, que la eficacia de estas medidas requiere la cooperación de los agentes de control así como una aproximación "flexible" y "caso a caso" para poder emprender investigaciones contra las multinacionales tecnológicas.

"Esto incluye nuestros esfuerzos para evitar que compren startups innovadoras de forma regular. Esa es la razón por la que queremos que todas las operaciones corporativas de las grandes tecnológicas sean vigiladas por reguladores", incidía Keizjer.

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