¿Cuántos esclavos trabajan para ti? Esta web lo calcula a partir de tus productos y hábitos diarios

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Cuantos esclavos trabajan para ti
  • Unos 50 millones de personas viven en esclavitud moderna, lo que tiene lugar "en casi todos los países del mundo", advierte la Organización Internacional del Trabajo.
  • La plataforma Slavery Footprint denuncia esta situación y busca sensibilizar a las personas en su web, donde puedes descubrir cuál es tu huella de esclavitud moderna en función de tus hábitos de vida y consumo, según sus estimaciones.
Primero en Upday Cintillo

"¿Cuántos esclavos trabajan para ti?". Es la pregunta que te asalta cuando entras en Slavery footprint, un premiado sitio web que han visitado millones de personas de 200 países desde que se lanzó hace una década, y que afirma ayudarlas a "descubrir su conexión con la esclavitud moderna".

Directa y llamativa, la pregunta tiene su contexto y explicación: 50 millones de personas viven en situación de esclavitud moderna, según los datos de 2021 de un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT: una agencia de las Naciones Unidas), Walk Free y la Organización Internacional para las Migraciones.

Además, la OIT afirma que el número "ha aumentado considerablemente" en los últimos años, con 10 millones más de las que se estimaban en 2016 en todo el mundo.

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¿Qué es eso de la esclavitud moderna? Los autores del documento lo definen como "la antítesis de la justicia social y el desarrollo sostenible", advierten de que no es cosa del pasado ("no está en absoluto relegado a la historia") y señalan como sus componentes principales al trabajo y al matrimonio forzosos.

"Ambos se refieren a situaciones de explotación que una persona no puede rechazar ni abandonar debido a amenazas, violencia, engaño, abuso de poder u otras formas de coacción", explica.

Finalmente, tampoco está limitado a unas pocas naciones: "Se da en casi todos los países del mundo, y atraviesa líneas étnicas, culturales y religiosas", sostiene la OIT, que comparte que la mitad de todos los trabajos forzosos y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se encuentran en países de renta media-alta o alta.

De vuelta de nuevo a Footprint Slavery (Huella de esclavitud), el origen hay que rastrearlo hasta Justin Dillon, músico y activista que empezó a involucrarse en el movimiento por medio de conciertos benéficos, siguió con un documental y acabó asociándose con el Departamento de Estado de EEUU (equivalente a un ministerio de Exteriores) para dar a luz a la plataforma, según la web.

 

Entre medias, también se ha volcado en campañas con el objetivo de que las grandes empresas erradiquen el trabajo forzoso en sus cadenas de suministro y cumplan con sus propios estándares éticos. 

Una de las personas a las que escribió fue Steve Jobs, a quien preguntó si el iPhone estaba fabricado con tantalio: un material empleado en los móviles que habría sido extraído mediante trabajos forzados. Para su sorpresa, recibió una respuesta del fundador de Apple: "No tengo ni idea, lo investigaré".

Algo parecido, a otra escala, podría hacer supuestamente cualquier persona que entre a la web Footprint Slavery, que combina la información y el humor para denunciar que muchas de las cosas que compras y consumes —el smartphone, esa camiseta de algodón, una taza de café, un ordenador...— "provienen de esclavos".

"Esas marcas de renombre que conocemos y amamos simplemente no saben de dónde vienen los materiales", explican. Como en la anécdota de Jobs. "Es la cadena de suministro, estúpido", apuntan como causa, en referencia a la famosa frase de la campaña de Bill Clinton.

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Así, quien entre a la web y realice la encuesta podría averiguar cuál es su propia huella de esclavitud moderna, a partir de las respuestas a 11 preguntas relacionadas con sus hábitos de vida y consumo.

Por ejemplo, se podría crear el hipotético caso de una mujer de 30 años sin hijos que vive de alquiler en Madrid, teletrabaja, tiene coche, sigue una alimentación relativamente equilibrada y normal, posee varios productos de higiene y estética, sin mucha joyería, con un gusto promedio por los dispositivos tecnológicos (un smartphone, un portátil, una cámara de fotos, un televisor, un libro electrónico y auriculares), que monta en bici y va al gimnasio, con un armario que alberga varias opciones de casi todo (ropa interior, blusas, camisas, pantalones, faldas, calzado...) y que nunca ha pagado por tener sexo.

Esta joven tendría a 25 personas esclavas trabajando para ella, según los cálculos de Slavery Footprint, que invita a ir más allá de la encuesta y tomar acción.

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