Es cuestión de tiempo que Sam Altman se convierta en el gran villano del mundo de la tecnología

Madeline Berg
| Traducido por: 
Sam Altman

Getty Images

  • El CEO de OpenAI, Sam Altman, parece estar abriendo una nueva etapa.
  • Altman fue elogiado como líder detrás de ChatGPT cuando se lanzó en 2022, pero las recientes salidas del equipo de seguridad de OpenAI y una disputa con Scarlett Johansson han puestos los focos sobre él.

Muchos empiezan igual, con una potente mezcla de genialidad e idealismo y la promesa de mejorar el mundo con su brillantez. La gente les cree, invirtiendo millones de dólares en sus peregrinas ideas, y pronto aparecen en las portadas de las revistas y encabezan cumbres y conferencias en todo el mundo.

Y entonces, inevitablemente, la gravedad hace de las suyas. Caen.

Lo hemos visto una y otra vez con los grandes emprendedores tecnológicos: Mark Zuckerberg pasó de niño genio a protagonizar una serie de escándalos. Elon Musk pasó de ser "el verdadero Tony Stark" que quería salvar el mundo a ser considerado por los críticos como la caricatura de un multimillonario malvado que busca la dominación mundial. Elizabeth Holmes y Sam Bankman-Fried fueron considerados poco menos que héroes. Ahora, ambos están en prisión.

Parece que Sam Altman, que en las últimas semanas ha sido objeto de un titular tras otro, es el último en sucumbir a la narrativa: el CEO y cofundador de OpenAI parece haber entrado en su era de villano.

Después de que ChatGPT arrasara en todo el mundo a finales de 2022, Altman pasó de ser prácticamente un desconocido fuera de los círculos de Silicon Valley a convertirse en un nombre muy famoso. Fue nombrado CEO del año 2023 por la revista Time y Microsoft demostró su confianza en él con una inversión de 10.000 millones de dólares. Su efímera destitución el año pasado, marcada por la unión de sus colegas y la élite tecnológica en torno a él, no hizo más que reforzar su poder (aunque también subrayó algunas de las preocupaciones sobre la seguridad de la IA que han vuelto a estallar esta semana).

"Este es el mundo de Sam", dijo un destacado desarrollador tecnológico a Business Insider el año pasado. "Y todos vivimos en él".

"Creo que podemos tener un mundo mucho, mucho mejor", dijo Altman a Business Insider el año pasado sobre el potencial de la IA. "Tenemos cosas que hacer. Me gusta sentirme útil".

Altman invertía personalmente en energías limpias y en investigación sobre el antienvejecimiento, e incluso extendió un cheque para ayudar a pagar nóminas a una startup durante el colapso del Silicon Valley Bank.

"Sam Altman es un héroe para mí", tuiteó en noviembre Eric Schmidt, ex consejero delegado de Google. "Yo, y miles de millones de personas como yo, nos beneficiaremos de su trabajo: va a ser sencillamente increíble. Gracias @sama por todo lo que has hecho por todos nosotros".

De héroe a antihéroe: los primeros esbozos del villano

Como aprendió una vez Bruce Wayne (y es probable que Altman lo esté aprendiendo ahora mismo), o mueres como un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano.

Desde hace meses, se rumorea que Altman podría bajarse del pedestal en el que el mundo lo estaba colocando, aunque, para ser justos, Altman nunca ha pretendido ser perfecto ni omnisciente, y se ha apresurado a responder directamente a las críticas.

Desde su entorno, algunos han levantado las cejas ante su red de inversiones, que parecía promover una perspectiva que recordaba a la de una película de ciencia ficción.

"Mira, si tu visión del mundo en el futuro es básicamente que existitrá la Inteligencia Artificial General y que esta tendrá capacidades sobrehumanas, entonces tal vez deberías poner todo el planeta patas arriba", dijo el CEO de Databricks, Ali Ghodsi, a Business Insider a principios de este año. "No creo que eso sea lo que está pasando".

En marzo había indicios de que algunos en el mundo del capital riesgo estaban empezando a ver más allá del la figura de Altman.

"Él y su hermano siempre han estado muy sobrevalorados", dijo un profesional de capital riesgo a Business Insider en marzo, refiriéndose a Sam y su hermano Jack.

"Es uno de los tipos más intelectualmente deshonestos del mundo de la tecnología", dijo otro en su momento, "He tenido muchas reuniones con él en las que me decía cosas como: 'Eso no puede ser verdad', pero puede salirse con la suya".

Un par de semanas difíciles para Sam Altman

Ahora, las críticas parecen haberse extendido más allá de los círculos de Silicon Valley.

La semana pasada, OpenAI anunció su nuevo modelo de IA, GPT-4o, que puede interactuar mediante texto, audio y vídeo. En X, Altman pareció comparar el nuevo modelo con la IA de la película Her, aunque no está claro que haya visto la película hasta su distópica conclusión.

Los críticos no tardaron en responder afirmando que el asistente de inteligencia artificial sonaba sexualizado y demasiado coqueto. Uno de ellos dijo que le daba "mucho asco", y otros que sonaba inquietantemente similar a Scarlett Johannson, que puso voz al robot en la película.

La actriz publicó un mordaz comunicado en el que afirmaba que había rechazado varias ofertas de Altman para poner voz a la IA y que estaba "sorprendida" y "enfadada" por el parecido.

Una semana después el lanzamiento de la voz, llamada Sky, se interrumpió. La empresa ha mantenido que no pretendía imitar deliberadamente la voz de Johannson.

Sin embargo, se han sembrado las semillas de un futuro distópico en el que la inteligencia artificial podría parecerse a un ser humano sin su permiso.

Al mismo tiempo, la empresa libraba una guerra en otro frente. Al día siguiente del lanzamiento de GPT-4o, el cofundador y director científico Ilya Sutskever y el investigador de aprendizaje automático Jan Leike dimitieron. Juntos dirigían el equipo de seguridad de OpenAI, que había sufrido varias salidas en los últimos meses.

Al final de la semana, el equipo, cuyo trabajo consistía en mantener a los humanos a salvo de la superinteligencia de la IA, se había disuelto por completo, dejando en entredicho el compromiso de OpenAI con la seguridad.

"En los últimos años, la cultura y los procesos de seguridad han quedado relegados a un segundo plano frente al brillo de ciertos productos", escribió Leike en una serie de publicaciones en las redes sociales en las que anunciaba su marcha.

Para empeorar las cosas, el medio de comunicación especializado en tecnología Vox publicó un reportaje condenatorio sobre OpenAI y el liderazgo de Altman. Según el reportaje, los antiguos empleados estaban descontentos con las normas de seguridad de la empresa y habían perdido la confianza en Altman, y tenían miedo de hablar de ello porque podían perder derechos si desacreditaban a la empresa o mencionaban siquiera la firma de acuerdos de confidencialidad.

Altman parecía estar contra las cuerdas. Él y el presidente de OpenAI, Greg Brockman, escribieron el sábado un largo post en las redes sociales en el que reafirmaban su compromiso con la seguridad.

En respuesta a la pregunta sobre los inusuales acuerdos de confidencialidad, Altman expresó su pesar: "Esto es culpa mía y una de las pocas veces que me he sentido realmente avergonzado dirigiendo openai; no sabía que esto estaba ocurriendo, y debería haberlo sabido".

Pero solo consiguió quedar peor. En un nueva infromación, Vox contó de que parecía que Altman sí sabía de estos tratos.

Si la historia de las estrellas caídas en desgracia del mundo tecnológico se repite, las cosas no pintarán bien para Altman. Su sueño de una utopía parece más bien una distopía para algunos, y su imagen de bienhechor de Silicon Valley se está deshaciendo.

Por supuesto, nada es todavía definitivo. Por lo que sabemos, no ha cometido ningún delito que le haga correr la misma suerte que Bankman-Fried y Holmes.

Y existe la posibilidad de que pueda cambiar de rumbo e incluso refundar su marca, algo que nadie ha hecho mejor que Zuckerberg. Parece que Altman tendrá que ir al gimnasio, pelearse con otro multimillonario de la tecnología e incluso comprarse un collar de cadenas, como ha hecho el fundador de Facebook.

Axel Springer, la empresa matriz de Business Insider, ha llegado a un acuerdo para permitir que OpenAI entrene sus modelos con la información de sus marcas de medios.

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