DART: así es el innovador proyecto de Moderna y el Ejército estadounidense para transformar el proceso de fabricación de vacunas, un arma decisiva para la próxima pandemia

Andrew Dunn,Allison DeAngelis
| Traducido por: 
Business Insider España
Un investigador trabaja en el laboratorio de investigación de Moderna en Norwood, Massachusetts.
Un investigador trabaja en el laboratorio de investigación de Moderna en Norwood, Massachusetts.

Franco Sacchi/Insider

  • Moderna y el Ejército estadounidense están trabajando en un proceso de fabricación de vacunas en miniatura.
  • El objetivo es desarrollar un contenedor portátil que pueda producir dosis en pocos días.
  • Podría mejorar el acceso global a la tecnología de ARN mensajero y ayudar a detener los brotes.
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NORWOOD, Massachusetts — Mientras Moderna ha estado ocupada enseñando a cientos de personas a fabricar miles de millones de dosis de su vacuna contra el coronavirus, un pequeño equipo de científicos del laboratorio de la empresa biotecnológica quiere reducir el tamaño de su producción. Literalmente.

Un equipo de unos 15 científicos del centro de investigación de Moderna en Norwood (Massachusetts, Estados Unidos) ha estado trabajando con el Ejército estadounidense durante los últimos meses para desarrollar una forma miniaturizada de producir vacunas.

Estas cápsulas de fabricación a pequeña escala están todavía a varios años de distancia del mundo real. Si tienen éxito, podrían tener un efecto aún mayor en el mundo que el que ha tenido Moderna con su vacuna contra el coronavirus: detener las pandemias antes de que empiecen. Internamente, el proyecto se conoce como DART, por sus siglas en inglés de Tecnología de ARN Acelerada Desplegable.

Un científico en el centro de investigación y desarrollo de Moderna en Norwood, Massachusetts.
Un científico en el centro de investigación y desarrollo de Moderna en Norwood, Massachusetts.

Franco Sacchi/Insider

El próximo paso para las ambiciones de Moderna

Las cápsulas serían un paso hacia la materialización de todo el potencial de la tecnología de ARNm de Moderna para responder a los brotes. El CEO de Moderna, Stéphane Bancel, ha pregonado un enfoque  de tipo "plug and play" para la creación de vacunas, y la empresa ya utiliza el ARNm para crear vacunas contra patógenos como el virus respiratorio sincitial y el citomegalovirus.

Su vacuna de 2 dosis contra el coronavirus tiene una eficacia del 94% y fue autorizada en EEUU en diciembre del año pasado, mientras que en Europa se aprobó el 6 de enero de 2021 y comenzó a utilizarse en la campaña de vacunación en la primera quincena de enero. Moderna tiene previsto producir entre 800 y 1.000 millones de dosis para finales de este año y hasta 3.000 millones de dosis para finales de 2022.

Las unidades experimentales se están diseñando para que el proceso de fabricación quepa en un cubo de 2 metros y produzca 500 dosis de una vacuna contra prácticamente cualquier virus. Solo habría que introducir el código genético de lo que se quiere atacar.

"El caso de uso se volvió realmente evidente con el coronavirus", explica Brynne Cassidy, ingeniera senior de Moderna que dirige el proyecto. "Si puedes neutralizar la situación en un área local antes de que se extienda por todo el mundo, eso supone una gran ventaja".

En marzo de 2020, Moderna se convirtió en la primera empresa en empezar a probar una vacuna contra el coronavirus en humanos; habían pasado solo 42 días desde la obtención de la secuencia genética del virus hasta el lanzamiento del primer ensayo en humanos. Cassidy explica que el objetivo de DART es ir todavía más rápido.

"La idea es que se pueda usar en instalaciones militares de todo el mundo y que, si surge alguna necesidad urgente, sea capaz de producir rápidamente dosis de vacunas", ilustra Cassidy. "El objetivo es que en cuestión de días se puedan conseguir las dosis finales".

El trabajo podría ayudar a hacer más accesibles estos medicamentos, subraya. El despliegue de las vacunas contra el coronavirus ha estado marcado por la desigualdad, ya que los países ricos han adquirido la mayor parte del suministro.

Las unidades de producción de vacunas podrían dispersarse por todo el mundo, ayudando a las naciones de ingresos bajos y medios a acceder a ellas. Y con una fabricación local y prácticamente instantánea, también se podrían superar los retos logísticos de mantener las vacunas frías durante su almacenamiento, detalla la experta.

La investigación sobre la miniaturización está en su fase inicial

Brynne Cassidy, ingeniera principal de Moderna, trabaja con un pequeño equipo para desarrollar una cápsula de fabricación miniaturizada que podría producir cientos de dosis de vacunas en apenas unos días.
Brynne Cassidy, ingeniera principal de Moderna, trabaja con un pequeño equipo para desarrollar una cápsula de fabricación miniaturizada que podría producir cientos de dosis de vacunas en apenas unos días.

Franco Sacchi/Insider

Moderna anunció el proyecto en octubre. Este cuenta con una financiación de hasta 47 millones de euros de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) del Ejército estadounidense. Un portavoz de Moderna explicó entonces que la propuesta para el proyecto se presentó antes de empezar a trabajar en la vacuna contra el coronavirus.

La investigación se encuentra todavía en las primeras fases, y Moderna aún tiene que encajar su tecnología en este pequeño cubo. El proyecto está repartido en un par de salas de laboratorio equipadas con robots que manipulan líquidos y máquinas que producen ADN.

La máquina DART empezaría generando una plantilla de ADN de longitud completa en un proceso sin células. El ARN mensajero, que constituye la columna vertebral de la vacuna, se fabrica a partir de este ADN. La unidad incluiría un equipo que purifica y comprueba la calidad del ARNm durante y después del proceso.

Una vacuna de ARNm puede enseñar a las células inmunitarias del organismo a combatir un virus. Este instrumento tendría la flexibilidad necesaria para codificar las instrucciones genéticas de una vacuna contra cualquier virus.

El equipo está averiguando ahora qué componentes del proceso de fabricación son esenciales, cuáles pueden omitirse y cómo reducir e integrar las piezas necesarias en una unidad de producción automatizada que pueda caber en una caja pequeña.

La fabricación es clave para aprovechar la tecnología del ARNm en la lucha contra los virus, el cáncer y otras enfermedades

La idea se basa en la promesa de las vacunas de ARNm, un nuevo enfoque de la vacunación basado en la genética. Las vacunas tradicionales requieren instalaciones de fabricación masivas y personalizadas que a menudo pueden tardar varios años en construirse.

Moderna no está sola en sus esfuerzos a pequeña escala. El desarrollador de vacunas alemán CureVac está trabajando con una filial de Tesla para desarrollar lo que Elon Musk ha llamado "microfábricas de ARN". SQZ Biotech también está trabajando en cápsulas de producción de vacunas miniaturizadas.

El contrato de Moderna con DARPA es de 5 años y tiene el objetivo de realizar un estudio en el quinto año para demostrar que el proyecto DART puede producir medicamentos equivalentes a las prácticas de fabricación tradicionales.

Por ahora, el objetivo es fabricar el producto de ARNm. Las unidades de producción no incluirían el último paso de la fabricación: el llenado y envasado de viales individuales. Cassidy explica que, aunque existe una opción en el contrato para incluir ese proceso de llenado y acabado, la atención se centra ahora en la validación de la tecnología principal.

Este artículo fue originalmente publicado en BI PRIME.

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