Cuando fuera el termómetro marca temperaturas infernales nada puede parecer más atractivo en el horizonte que matar el calor con un chapuzón helado. Un gesto aparentemente inocente que, sin embargo, podría resultar mortal en otro sentido más trágico.

Así que para futuras olas de calor, desgraciadamente todo apunta a que habrá más, antes de correr a zambullirte en el agua helada ten algunos aspectos en mente. 

Aunque las temperaturas ambientales superen los 30 grados, las masas de agua naturales pueden estar a unos 5 o 10 grados. En esas condiciones, incluso los nadadores más expertos corren el riesgo de ahogarse, tal y como informó en sus redes sociales el Servicio Meteorológico Nacional de Seattle.

La razón, el agua fría desencadena reflejos involuntarios en el cuerpo, lo que provoca jadeos, hiperventilación, desorientación y falta de control muscular, explican desde National Geographic

Si esto sucede cuando estás sumergido en el mar, un lago o piscinas naturales puedes tener dificultades para mantenerte a flote y terminar con agua en los pulmones. El contraste de temperatura puede iniciarse con manos y pies entumecidos.

"También puede desorientarte y perder la noción del camino. Al cabo de unos 2 minutos, empezarás a perder el control muscular de las extremidades. Todo se combina para impedir que te salves", alerta el medio.

Para disfrutar de un chapuzón helado cuando afuera el sol calienta los expertos aconsejan llevar chaleco salvavidas, ya que impedirá que tu cabeza se sumerja si empiezas a sentirte mal o que te hundas si fallan tus extremidades.