A sus 102 años, Gladys McGarey ha visto empezar y terminar muchas vidas.

Como médica de formación y experta en partos, ha presenciado el nacimiento de miles de bebés en todo el mundo. También ha vivido la muerte de su ex marido y de algunos de sus 5 hijos. 

Ahora, que vive en una soleada casa en el patio trasero de su hija en Arizona (EEUU), ha desarrollado una práctica que, según ella, le ayudará a cumplir su plan de 10 años. 

Lo cuenta en su nuevo libro, The Well Lived Life: A 102-year-old doctor's six secrets to health and happiness at every age, (La vida bien vivida: los seis secretos de una doctora de 102 años para alcanzar la salud y la felicidad a cualquier edad). Aunque ya no puede ejercer la medicina, "no me han dicho que tenga que dejar de hablar", afirma.

Empieza el día rezando, con Raisin Bran y zumo de ciruelas

McGarey empieza la mayoría de los días de la misma sencilla manera: se levanta, saluda al nuevo día con una oración matutina, baja las escaleras y desayuna cereales Raisin Bran y zumo de ciruelas pasas. 

Más tarde, "almuerzo ensalada y ceno algún tipo de sopa o algo parecido", explica a Business Insider. "Es la rutina, y creo que me funciona. Es importante que cada uno encuentre lo que le funciona".

Mantiene ocupadas sus manos y su mente durante todo el día

Para mantener las manos ocupadas durante el día, McGarey sigue tejiendo con regularidad. 

"Ahora no puedo ver para tejer patrones porque mis ojos no lo permiten, pero puedo tejer pequeños regalos que doy, y eso mantiene mis manos ocupadas", comenta. "Si no mantengo las manos ocupadas, recurro al móvil y eso pone tensa a la gente, ¿sabes?". 

También sigue pasando consulta, y se mantiene fiel al enfoque "holístico" de la medicina que ella ayudó a popularizar en Estados Unidos en los 70. McGarey cree que tratar a la persona en su totalidad — teniendo en cuenta su estado mental y social, así como cualquier síntoma físico de angustia—  es primordial para la curación.

Cuando no está tejiendo o en consulta, McGarey escucha audiolibros o habla con los amigos, algo que, según los expertos en envejecimiento, es crucial para la felicidad humana y puede ayudarnos a vivir más tiempo.

Hace poco se sometió a una infusión intravenosa de células madre que, en su opinión, ha mejorado su vitalidad, aunque los científicos aún están reuniendo evidencias para determinar si esta técnica ayuda realmente a retrasar el envejecimiento.

"No estoy realmente robusta y resistente, pero creo que me ha ayudado, y estoy impaciente de seguir", afirma. 

En su opinión crear un plan a 10 años es fundamental para envejecer con salud

Por último, McGarey afirma que lo más importante para envejecer bien es encontrar el propósito central, el "jugo" de la vida, que sustenta la misión y lo que uno se esfuerza por hacer durante su estancia en la Tierra.  

En la actualidad, utiliza su propio "zumo" para pensar en cómo crear mejores formas de convivencia y de cuidado mutuo. Su propio plan a 10 años —algo que cree que todo el mundo debería tener—incluye la creación de una aldea de "medicina viviente" en la que ancianos, bebés y todos los demás puedan convivir y cuidarse mutuamente de forma más armoniosa. 

"Un plan a 10 años da cabida a todo", escribe en el libro. "Es un alcance lo suficientemente lejano como para mantener activada nuestra fuerza vital. Sin embargo, está lo suficientemente cerca como para que podamos lograrlo, sacudirnos el polvo y planear de nuevo". 

No le preocupa cuál pueda ser su "número" final de años que pasará en el mundo. En su lugar, mantiene la mirada fija en lo que vendrá después. 

"Sigo pensando que me queda trabajo por hacer, y voy a seguir trabajando en ello", afirma.