Comienza la campaña en el País Vasco y el Gobierno contiene la respiración: qué hay en juego en esta carrera electoral de 90 días

Carles Puigdemont presenta en Francia su candidatura a las elecciones catalanas de mayo de 2024.
Carles Puigdemont presenta en Francia su candidatura a las elecciones catalanas de mayo de 2024.

REUTERS/Albert Gea

  • Anoche comenzó la campaña para las elecciones del País Vasco del 21 de abril. El 12 de mayo serán las catalanas y el 9 de junio las europeas.
  • Este intenso trimestre electoral ya está desplazando la acción legislativa del Gobierno de España en los medios. No es para menos: esto es lo que hay en juego.

Esta medianoche ha dado comienzo la campaña para las elecciones vascas del próximo 21 de abril. Con ella, también empieza un intenso periodo electoral que no se irá hasta ya entrado el mes de junio, razón por la cual desde la Moncloa se asume que la legislatura continuará a medio gas hasta verano, casi un año después de las generales del 23J.

2024 empezó, sin ir más lejos, con tres decretos leyes en el aire porque el Ejecutivo de Sánchez no lograba cerrar del todo el apoyo de grupos parlamentarios como el de Podemos o el de Junts. 

De uno de esos decretos, de hecho, dependía la llegada de 10.000 millones de los fondos europeos. El Gobierno logró salvar los muebles, sacando adelante el decreto ómnibus o la prórroga del escudo social. Pero el decreto sobre la reforma del subsidio por desempleo que defendió la vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, acabó decayendo.

Lo que se vivió en aquella sesión en el Congreso, todavía en enero, ha sido una constante en política nacional durante los últimos meses. Los grandes anuncios del Gobierno han dejado de calar en los martes de Consejo de Ministros. 

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Uno de los ejes de la legislatura va a ser la protección de la infancia en los ámbitos digitales, pero desde hace semanas no se discute de otra cosa que no sea la controvertida ley de amnistía para el procés catalán. En las últimas semanas el Ejecutivo ha presentado leyes orgánicas para reformar la Justicia —en realidad, transposiciones de directivas— o para avanzar de igualdad.

Pero la agenda del Gobierno ha pasado a un segundo plano por la convocatoria electoral en el País Vasco y en Cataluña, y en menor medida, por la cita con las urnas europeas en junio. El resto: tramitación parlamentaria de la ley de amnistía, el supuesto reconocimiento del estado Palestino antes de junio y supuestos escándalos relacionados con las parejas de Díaz Ayuso o del propio Sánchez.

El panorama no va a cambiar mucho a corto plazo. Al fin y al cabo, aunque las cartas estén repartidas en Cortes, lo que suceda tanto en las elecciones vascas como en las catalanas va a cambiar el escenario en el que discurre el debate político a nivel nacional. Y las europeas de junio serán un buen termómetro político para el conjunto del país.

Esto es, ahora mismo, lo que hay en juego.

El posible punto de inflexión sobre el escrutinio que se hace sobre los pactos del PSOE con EH Bildu

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, durante la sesión de investidura de 2023.
La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, durante la sesión de investidura de 2023.

REUTERS/Susana Vera

En términos estrictamente locales, lo que están jugándose los vascos en las elecciones de este mes es la consolidación de dos grandes fuerzas hegemónicas. El PNV ya lo era, y EH Bildu es el principal partido de la oposición desde 2012, pero en estos comicios la Lehendakaritza está más reñida que nunca.

También PNV y EH Bildu protagonizan un importante relevo generacional con sus candidatos y equipos. Al frente de las listas de los primeros está Imanol Pradales, llamado a suceder a Íñigo Urkullu tras un mandato de tres legislaturas. Al frente de la coalición EH Bildu está Pello Otxandiano, cuyo nombre asciende tras la renuncia de Arnaldo Otegi del pasado año.

Por su parte, a nivel estatal la izquierda a la izquierda de los socialistas vascos se presenta dividida, con Miren Gorrotxategi repitiendo el encabezamiento de la candidatura de Podemos y Alba García haciendo lo propio por Sumar. Los reproches entre ambas fuerzas han sido constantes en los últimos meses.

¿Qué hay en juego? El papel que jugarán los socialistas vascos en caso de que se conviertan en llave para formar Gobierno: los socialistas han prometido vetar cualquier acuerdo con EH Bildu. Sin embargo, en Pamplona a finales del año pasado prosperó una moción de censura contra la alcaldesa de UPN que le dio el bastón de mando a EH Bildu con el apoyo de los socialistas navarros.

Los acuerdos que el PSOE ha alcanzado con EH Bildu en los últimos años para desbloquear la tramitación de leyes —o la última investidura de Pedro Sánchez, sin ir más lejos— han servido como munición para la oposición al Gobierno de coalición en Madrid. Los resultados de las elecciones vascas podrían suponer un punto de no retorno en cuanto a estos debates.

El regreso de Puigdemont, de quien a veces depende que la legislatura se consiga terminar

Carles Puigdemont, durante la presentación de su candidatura a las elecciones catalanas.
Carles Puigdemont, durante la presentación de su candidatura a las elecciones catalanas.

REUTERS/Albert Gea

Apenas una semana después de que los vascos hayan votado, dará comienzo la campaña para las elecciones catalanas. Eso sucederá el próximo viernes 26 de abril, terminando el período el 10 de mayo para que sean esta vez los catalanes los que depositen su voto en los colegios durante todo el domingo 12 de mayo.

Hay mucho en juego en estas catalanas, que se celebran de forma anticipada después de que el presidente de la Generalitat adelantara su convocatoria tras el veto de los Comuns a los presupuestos autonómicos. Precisamente los Comuns se presentarán de nuevo en las catalanas, esta vez sin Podem y bajo el nombre de Comuns Sumar.

En las elecciones de 2021 el ganador de las elecciones fue el exministro de Sanidad, el socialista Salvador Illa. Los socialistas confían en repetir tal resultado, aunque el escenario es muy distinto al de hace tres años. La candidatura de ERC la volverá a encabezar Pere Aragonès, pero la de Junts esta vez la liderará un nombre propio de calado: Carles Puigdemont.

De esta forma el expresident volverá a España y a la primera línea política, lo que presumiblemente incendiará el debate público. Ciudadanos, por su parte, acudirá en solitario a las catalanas tras no lograr cerrar un acuerdo para presentar una candidatura conjunta con el PP.

Ahora mismo el papel que Junts tiene en el Congreso de los Diputados es el mayor desafío para el Gobierno de España, y también la mayor razón por la que la legislatura no se da por segura cuando apenas se ha cumplido un año desde que esta diese comienzo. Por si fuera poco, en mitad de campaña comenzará a reunirse la ponencia de la ley de amnistía en el Senado.

Mientras la extrema derecha avanza en Europa, España se pone el termómetro

Una campaña llamando al voto en uno de los espacios de la Eurocámara en Bruselas.
Una campaña llamando al voto en uno de los espacios de la Eurocámara en Bruselas.

Parlamento Europeo/Alexis Haulot

Con menos de un mes de diferencia desde las catalanas se celebrarán las elecciones europeas. 

Seguramente sean los comicios más inhóspitos para los electores españoles, dado la falta de conocimiento general que hay sobre el funcionamiento de las instituciones europeas. Se votará en circunscripción única a los eurodiputados españoles (61) que se sentarán en el Parlamento Europeo durante los próximos cinco años.

Este mismo mes de abril se publicará la convocatoria de las europeas en el Boletín Oficial del Estado, y es de esperar que la campaña, por lo tanto, comience a finales de mayo, apenas un par de semanas después de que se hayan celebrado las catalanas. 

100 días para las elecciones europeas: cómo funcionan y cuándo se constituirá la nueva Eurocámara y la nueva Comisión

A nivel comunitario hay mucho en juego. La carrera geopolítica ahora mismo la compiten dos grandes potencias tecnológicas y militares: EEUU y China. Frente a ese desafío, frente a la guerra a las puertas de Europa, frente al órdago de Putin en Ucrania y frente al desafío regulatorio de nuevas tecnologías o del cambio climático, Europa necesita tener voz.

La Unión, en ese sentido, se ha marcado una serie de prioridades que ha tratado de atender la última Comisión Europea dirigida por Ursula von der Leyen. Pero las mayorías de la Eurocámara, así como la composición del Consejo Europeo —que representa a los gobiernos de los Veintisiete, en los cuales hay bastantes elecciones este año— puede hacer que esas prioridades cambien.

Sobre todo cuando lo presumible es que la extrema derecha —ahora repartida en dos grupos parlamentarios de la Eurocámara— avance. 

A nivel local, las elecciones europeas serán el mejor termómetro para que los partidos políticos con representación en las Cortes determinen qué desafíos deberán afrontar por sí mismos. El PSOE y Sumar lograron maquillar en las generales de julio del año pasado el aviso que le lanzaron los electores en las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año pasado.

Habrá que esperar a ver qué sucede en estos comicios. Después, continuará la legislatura: ya con nuevas cartas sobre la mesa y nuevas manos que jugar.

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