Una economía a prueba de tormenta energética: por qué España aguantará mejor el riesgo de recesión en invierno que otros países europeos

¿Puede España esquivar la recesión en la que está entrando la eurozona? Parece que sí.

Mientras que grandes de la UE como Alemania o Italia están al borde de una recesión, la economía española continuará creciendo, aunque sea a un ritmo raquítico.

"España ahora mismo tiene capacidad de mantener el crecimiento", diagnostica Carlos Ocaña, director general de Funcas. El think tank ha mejorado al 4,5% su estimación de crecimiento para la economía española este año, mientras que el que viene el PIB subirá un 0,7%.

Un crecimiento del 0,7% supone un hachazo en toda regla a las previsiones de 2023, teniendo en cuenta que esperaba un crecimiento del 2%. Pero, viendo los nubarrones que se aproximan a otras grandes economías, España sí podría resistir a una recesión.

Lo reconoció el propio Fondo Monetario Internacional, la semana pasada, cuando aseguró que "España es uno de los países para los que no prevemos una recesión técnica el año que viene. Otras economías la experimentarán, pero España no".

¿Habrá crisis en 2023? ¿Cuánto durará la recesión económica?

El organismo vaticina que Alemania e Italia entrarán en recesión en 2023. La locomotora germana se contraerá un 0,3% interanual, mientras que Italia lo hará en un 0,2%. Ambas economías suponen nada menos que el 45% del PIB de la zona euro, por lo que su caída no pasará desapercibida.

2 razones que diferencian a España de otros países

Si España resiste, incluso a pesar de la caída de sus vecinos, es por 2 razones. 

Para empezar, explica Raymond Torres, director de Coyuntura económica de Funcas, "porque no existe el riesgo de racionamientoque se vislumbra en otros países. Alemania puede tener que parar su industria para distribuir energía. Nosotros lo pagaremos caro, pero no prevemos racionamiento de suministro". 

Alemania e Italia, precisamente las 2 economías que se espera que entren en recesión en 2023, son también las más dependientes de la eurozona del gas ruso. Alrededor de un 60% de sus compras de gas proceden de Rusia, frente a un 10% en el caso de España.

En segundo lugar, por la competitividad de la economía española. El sector exterior fue uno de los primeros en recuperarse tras el batacazo de la pandemia. En 2021, y a pesar de la crisis de suministros, las exportaciones españolas alcanzaron un máximo histórico y rompieron la barrera de los 300.000 millones de euros en ventas al exterior, por encima de los niveles prepandemia.

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En 2022, apunta Torres, "observamos incrementos en exportaciones no energéticas de más del 20% entre enero y julio. Esto es más que Alemania, Francia o Italia". 

Según el organismo, "el entorno de competitividad es favorable para España, y aunque se enfríe la economía mundial tenemos ese elemento diferencial que nos hace aguantar mejor el shock".

Estas diferencias permitirán aplacar el agujero que va a dejar el consumo interno en la economía. "En 2023 vemos una desaceleración muy potente por el enfriamiento de la demanda interna, que crecerá un punto y medio menos", añade Torres.

La inflación empezó erosionando el bolsillo de los españoles en 2021 a base de sablazos en la factura de la luz. En 2022 ha continuado, sumándose también el precio de la gasolina o de los alimentos, y cada vez son más partidas de la cesta de la compra las que agujerean el poder adquisitivo de los hogares.

2023 no será una excepción. Funcas calcula que la inflación continúe subiendo alrededor de un 5%, y eso que será subida sobre aumentos ya históricamente altos en 2022, lo que significará que los hogares perderán cada vez más poder de compra. Una percepción agravada por la subida de tipos de interés, que tendrán como resultado un menor consumo de la demanda interna.