Los países están preocupados por la posibilidad de que las vacunas COVID-19 estén empezando a perder eficacia; a pesar de algunos indicios preocupantes, aún no está claro que sea así

Marianne Guenot
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Los países están preocupados por la posibilidad de que las vacunas COVID-19 estén empezando a perder eficacia; a pesar de algunos indicios preocupantes, aún no está claro que sea así

Ronen Zvulun/Reuters

  • Pfizer ha sugerido que los datos procedentes de Israel indican que la inmunidad de su vacuna contra el coronavirus podría estar disminuyendo.
  • Sin embargo, los expertos explican a Business Insider que los datos no son concluyentes.
  • Incluso si la inmunidad disminuyera, las vacunas seguirían protegiendo contra las enfermedades graves, según los expertos.
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Las autoridades sanitarias están empezando a estudiar planes para la aplicación de terceras dosis de vacunas contra el coronavirus, lo que plantea la posibilidad de que 2 dosis no sean suficientes. 

La semana pasada, Pfizer ha anunciado que iba a solicitar autorización para la tercera dosis de su vacuna. El director de I+D de Pfizer, Mikael Dolsten, ha dicho que los datos procedentes de Israel podrían significar que la vacuna ha empezado a perder eficacia en las personas vacunadas en enero y febrero

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias estadounidenses han dicho que los datos no apoyan todavía la necesidad de una vacuna de refuerzo.

Los datos de Israel sugieren que la eficacia de la vacuna ha disminuido

La semana pasada, el Ministerio de Sanidad israelí ha afirmado que la eficacia de la vacuna de Pfizer contra la infección y los síntomas leves había descendido al 64% en junio, frente a los máximos anteriores que superaban el 90%.

El cambio se ha producido al mismo tiempo que la variante delta, más resistente a las vacunas, se extendía en Israel, por lo que es difícil decir exactamente a qué se debe. Según el ministerio, la vacuna sigue reduciendo el riesgo de enfermedad grave y hospitalización en un 93%.

El periodista israelí Nadav Eyal, del medio de comunicación Ynet, ha publicado datos que sugieren la disminución de la inmunidad en los primeros grupos que han recibido las vacunas, como se muestra en este gráfico:

Eyal atribuye las estadísticas al Ministerio de Sanidad, pero sus funcionarios no han confirmado que sean auténticas. El gráfico muestra que hay más personas vacunadas en enero que se vuelven a infectar en comparación con las vacunadas en marzo, por ejemplo.

Según Meaghan Kall, epidemióloga que trabaja para el Public Health England —el equivalente al centro de alertas sanitarias en España—, los datos preliminares del Reino Unido también podrían indicar que la inmunidad de la vacuna está disminuyendo.

En el gráfico siguiente, la línea azul corresponde a las infecciones en un estudio de trabajadores sanitarios (HCW, por sus siglas en inglés), el 96% de los cuales están totalmente vacunados. 

"Esto podría representar una inmunidad menguante (los trabajadores sanitarios fueron de los primeros vacunados en enero/febrero) o una evasión de la vacuna/inmunidad de [la variante] delta", señala Kall en el siguiente tuit.

El presidente mundial de investigación y desarrollo de Pfizer, Mikael Dolsten.
El presidente mundial de investigación y desarrollo de Pfizer, Mikael Dolsten.

Neil Hall/Reuters

¿Disminución de la inmunidad, o algo más?

El profesor Eyal Leshem, especialista en enfermedades infecciosas del centro médico Sheba de Israel, aclara a Business Insider que existen varias explicaciones plausibles más allá de la disminución de la inmunidad.

También es posible que la variante delta esté rompiendo la protección que dan las vacunas. Israel dio prioridad a la vacunación de los más vulnerables, por lo que los vacunados en enero también son más propensos a hacerse la prueba, por temor a las consecuencias de una infección.

Shane Crotty, virólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla (California, EEUU), no está convencido de los datos de Israel.

Los resultados publicados por Pfizer en abril mostraron que la vacuna seguía siendo un 91% eficaz contra la infección 6 meses después de la segunda dosis. "Es lo mejor que se puede esperar", asegura Crotty.

Como ha informado recientemente la Dra. Catherine Schuster-Bruce, de Business Insider, los datos de otros países sitúan la eficacia de la vacuna mucho más alta que en Israel: un 88% de eficacia en un estudio publicado en el Reino Unido en mayo, y un 87% de eficacia según un estudio de Canadá publicado el 4 de julio.

"Le doy mucha importancia a esos datos, en contraposición a los datos no divulgados de estudios pequeños de Israel", explica Crotty.

La protección contra la enfermedad grave probablemente dura más que contra cualquier infección

En declaraciones a Bloomberg, Mikael Dolsten, presidente mundial de investigación y desarrollo de Pfizer, ha dicho que los datos de Israel podrían significar que los anticuerpos de primera línea de la vacuna se han atenuado

"Cuando se tienen niveles bajos de un anticuerpo en la sangre, los virus que son altamente contagiosos pueden volverse a infectar y causar una enfermedad leve", explica.

No obstante, es probable que la protección contra la enfermedad grave dure más tiempo porque hay otras respuestas inmunitarias en juego, añade Dolsten.  

Una dosis de refuerzo podría elevar de nuevo ese nivel, aclara. Los resultados preliminares publicados por Pfizer sugieren que una tercera dosis de la vacuna aumentó entre 5 y 10 veces el número de anticuerpos neutralizantes contra el virus.

Leshem, el experto israelí en enfermedades infecciosas, no cree que los datos de Israel sean tan preocupantes. "Quizá haya una reducción de anticuerpos y quizá eso sea una disminución de la protección contra la infección, pero no parece haber una reducción en el resultado más importante: la protección contra la hospitalización", concluye.

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