La estrategia de Google con Android parece estar desmoronándose

La Play Store de Google está en peligro.

Epic, la creadora del gran éxito Fortnite, ha salido victoriosa de un pleito contra Google, después de que un jurado de San Francisco dictaminara que el gigante de las búsquedas ha construido y mantenido un monopolio ilegal con su tienda de aplicaciones.

La sentencia culmina una campaña de Epic Games que ha durado varios años contra la forma en que Google y Apple controlan sus respectivas tiendas de aplicaciones y cuánto cobran a los desarrolladores por estar en ellas.

Y amenaza con desmantelar uno de los principales modelos operativos en los que Google ha confiado durante años para hacer de Android un sistema operativo de éxito.

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No sabremos qué medidas impondrá el juez a Google hasta enero, y Google ha dicho que planea apelar el fallo, pero Epic quiere grandes cambios estructurales. Quiere que se obligue a Google a permitir que los desarrolladores de aplicaciones creen sus propias tiendas de aplicaciones y utilicen sus propios sistemas de facturación en Android libremente y sin limitaciones ni castigos.

Eso podría suponer un duro golpe para el negocio de Google Play Store.

Aunque no es ni mucho menos la gallina de los huevos de oro que es la App Store de Apple, la Play Store sigue generando mucho dinero cobrando a los desarrolladores hasta el 30% de las ventas de aplicaciones y de las compras dentro de la aplicación.

Google oculta lo lucrativa que es la Play Store, pero una demanda judicial de 2021 reveló que la tienda generó 11.200 millones de dólares en 2019.

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En teoría, los usuarios de Android pueden instalar una tienda de aplicaciones que no sea la Play Store. Pero durante años, Google ha confiado en una estrategia en la que los fabricantes externos incluyen su software Android en sus dispositivos. Estas empresas obtienen un sistema operativo que no tienen que desarrollar ellas mismas y, a cambio, Google consigue una amplia distribución de sus servicios, como Gmail, Maps, Chrome y, sí, la Play Store. Esto, junto con los acuerdos secretos que Google ha alcanzado con posibles rivales, ha socavado el auge de las tiendas de aplicaciones alternativas.

Este acuerdo también le ha valido a Android una cuota de mercado mundial de aproximadamente el 70% y podría decirse que ha retrasado el impulso de Google para fabricar sus propios smartphones y otros dispositivos.

Si Google se ve obligada a permitir realmente que otras tiendas de aplicaciones entren en los dispositivos Android, los ingresos de la Play Store pronto podrían empezar a reducirse, algo de lo que Google es muy consciente.

Anteriormente en el juicio, Epic se refirió a una presentación interna de Google de 2019 que estimaba que la compañía podría experimentar pérdidas de hasta 6.000 millones de dólares para 2022 si Epic y rivales como Samsung fueran capaces de crear tiendas de aplicaciones competidoras exitosas en Android.

Eso por sí solo demuestra lo importante que es la Play Store para la estrategia de Android de Google, y por qué el juicio contra Epic podría estar quitando el sueño a algunos ejecutivos de Alphabet.

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Puede parecer extraño que Epic perdiera en gran parte un caso antimonopolio similar contra Apple en 2020, pero existen algunas diferencias importantes en este caso.

Principalmente se reducen al hecho de que los consumidores compran un iPhone sabiendo que la App Store está totalmente vinculada a él, además de la forma en que Google opera en el mercado de los smartphones. "Google... ha intentado tener su pastel y comérselo también", resumía el analista Ben Thompson en 2021. "Tras competir inicialmente por ser abierta y libre de trabas, la empresa ha cambiado desde entonces las reglas, por así decirlo, para bloquear las ventajas mediante una combinación de zanahorias para compartir ingresos y palos contractuales".

Dichas zanahorias incluían un acuerdo secreto conocido internamente como Project Hug (Proyecto Abrazo), en el que Google supuestamente pagaba a los desarrolladores de juegos cientos de millones de dólares por mantener sus juegos en la Play Store (¡los abraza y los mantiene cerca!).

Si Google hubiera fabricado y vendido un smartphone tan popular como el iPhone, quizá no se encontraría en esta situación. Pero quizás sabía que este día siempre iba a llegar.

"Por mucho que a Google le guste hablar del éxito del modelo Android, internamente se considera muy arriesgado", confesó recientemente un antiguo googler a Business Insider.

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No es la única estrategia arriesgada que le está pasando factura a Google.

En Washington DC, otro de los modelos asociados a la empresa ha sido amenazado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que ha demandado a Google por supuestas violaciones antimonopolio en el ámbito de las búsquedas.

El caso gira en torno a los acuerdos de ingresos que Google ha alcanzado con Apple y otras empresas para que su motor de búsqueda sea el predeterminado en el iPhone y en navegadores como Firefox. Google argumenta que su motor de búsqueda es el más popular porque es el mejor, mientras que paga decenas de miles de millones de dólares para mantenerlo como predeterminado. Esas dos cosas, dicen los críticos, simplemente no cuadran.

Hasta finales del año que viene no se conocerá la sentencia del caso, y entre las soluciones podría figurar la prohibición de que la empresa pague a Apple y a los fabricantes de teléfonos Android miles de millones de dólares al año para asegurarse esa posición por defecto.

La mejor solución para Google sería que su laboratorio de ideas locas (moonshots) preparara una máquina del tiempo, volviera aproximadamente a 2005 y formulara una estrategia de hardware que hubiera convertido al teléfono Pixel en un competidor del iPhone.

Google puede justificar el desarrollo y la potencia de Android gracias al éxito de su modelo de distribución y a lo mucho que recauda la Play Store. Con ese modelo amenazado, la estrategia de Android podría estar empezando a desmoronarse.