¿Habrá clásicos de las plataformas de streaming dentro de 25 años? El volumen de estrenos, su rápida vida comercial y la fugacidad de su huella en el espectador podrían impedirlo

Los Soprano

HBO

  • Esta semana ha cumplido 25 años Los Soprano, una serie que representa una manera de producir ficción que marcó toda una edad dorada para la televisión.
  • La explosión del streaming ha traído consigo inmediatez y diversidad, pero también ha puesto en riesgo la producción de clásicos cocinados a fuego lento.

Esta semana la célebre Los Soprano (HBO) ha celebrado su 25 aniversario. Para su creador, David Chase, sin duda es una efeméride digna de celebración, pero también es una suerte de funeral para la Edad de Oro de la Televisión que la serie representa. 

El fin de la que fue una de las épocas más dulces para los creadores es, según Chase, consecuencia de muchos factores: cierta acomodación en la mediocridad, una audiencia con una atención cada vez más limitada y un nuevo tejido de producción y distribución (las plataformas) más receptivo a las historias sencillas que a las tramas complejas, signo distintivo de la denominada prestige TV

Las palabras de Chase llegan en un momento en que el modelo de producción de las plataformas está siendo sometido a revisión dada su falta de sostenibilidad

Estas ponen sobre la mesa además una cuestión interesante: la persistencia en el tiempo de todo este contenido. ¿Veremos alguna serie de plataformas ocupar dentro de 25 años el lugar que, en la actualidad, ocupan series como Los Soprano, The Wire o Breaking Bad

It's not TV

La segunda edad de oro de la televisión en EEUU (finales de la década de los 90 y principios de 2000) supuso la eclosión de un enorme talento narrativo. Esto fue posible, en gran medida, gracias a un modelo industrial que decidió apostar por historias de calidad cocinadas a fuego lento, desarrolladas a lo largo de semanas, meses y años. 

Eran series que requerían un gran compromiso por parte del creador, pero también de la audiencia. La recompensa a la convocatoria semanal era un producto de calidad, completamente diferente a lo que entonces se emitía en la televisión en abierto. 

Lo explica Concepción Cascajosa en su artículo La nueva edad dorada de la televisión norteamericana. “La televisión por cable redefinió el concepto de éxito y, por tanto, la longevidad de las series y su capacidad para influir en la producción posterior. Para las Networks tradicionales, el éxito se mide principalmente por el número de espectadores que pueden atraer y, de manera complementaria, por el número de espectadores dentro de la codiciada—por los anunciantes—franja de edad entre los dieciocho y los cuarenta y nueve años". 

Y prosigue: "Para el cable premium, como HBO o Showtime, el concepto de éxito supone un cambio de eje radical, ya que su modelo industrial supone transformar el concepto de espectador en el de cliente. El concepto de marca sigue siendo importante, pero lo es más aún satisfacer a una audiencia cuyo nivel de exigencia es proporcional a su inversión económica en el canal".

La persistencia de muchos de los programas emitidos entonces, que a posteriori han sido capaces de seducir a nuevas generaciones de espectadores, no habría sido posible sin su filosofía de producción. Así lo explica Alejandro Rojas, responsable de Analíticas aplicadas en la consultora Parrot Analytics, en declaraciones a Business Insider:  “En el pasado, con audiencias más cautivas, el énfasis se centraba en desarrollar audiencias a largo plazo con contenidos que lograban ser exitosos si se mantenían en emisión durante una gran cantidad de temporadas". 

Este panorama ha cambiado radicalmente en el modelo directo al consumidor. “Todo parece indicar que el auge del streaming ha generado una explosión de series que logran captar la atención de manera efímera, quizás porque están sustentadas bajo un modelo de negocio que usa lo novedoso como herramienta para atraer audiencias”, puntualiza. 

El juego del calamar: el desafío

La era del Fast Fiction 

El negocio directo al consumidor ha construido un modelo de explotación tan disruptivo que, por el camino, ha destruido parte de los cimientos que permitían que una serie se convirtiese un clásico con una vida comercial extensa. 

Sin entrar en los aspectos narrativos que separan ambos modelos de televisión, las series clásicas de antes tenían un sistema de explotación radicalmente diferente al que están llevando a cabo las plataformas. 

La reducción de la vida comercial de las series de televisión en el ecosistema de plataformas, tanto por el modelo de estreno (en muchos casos, en bloque) como por el sistema de distribución (durante años encerrado dentro de los límites de cada servicio) ha reducido a la mínima expresión el tiempo de contacto de la audiencia con el programa, lo que afecta a su persistencia

Este tipo de consumo, cada vez más concentrado, afecta al tamaño de las curvas de éxito. Como explica Eduard Nafría, director de Insights y Desarrollo de negocio de Kantar Media, en declaraciones a Business Insider España, "en Reino Unido, Kantar Media trabaja para el BARB en un estudio de audiencias de contenido de plataformas de streaming (Netflix, Prime Video y Disney+). En España hemos hecho algún estudio puntual. En general, se aprecia que la ventana del éxito de una serie con mucha audiencia está muy acotada en el tiempo".

"Suele pasar que la audiencia empieza subiendo, pronto llega al máximo, está unos días a niveles altos hasta que se agota y casi desaparece. Eso, más o menos, abarca entre 2 y 4 semanas. No suele durar mucho más. Pero también se observa que hay otros contenidos de un consumo mucho más uniforme y constante en el tiempo, por ejemplo, los asociados a contenido infantil”.

Los Bridgerton

A la velocidad a la que fluyen los estrenos en streaming se une otra circunstancia que también afecta a la capacidad del programa de tener una vida extensa. El mercado está saturado, de servicios y contenidos, lo que ha fragmentado tremendamente la audiencia. 

Baste un dato: en 2022 se estrenaron casi 600 series de ficción en EEUU, sumando televisión en abierto, cable y plataformas de streaming. 

Si a ello le sumamos el contenido internacional, la producción local, los programas de no ficción y todo el contenido distribuido a través de otros canales, como YouTube, Instagram o TikTok, es fácil de entender lo poco propicio que es el audiovisual que rodea al espectador para que algo se asiente. 

Al menos no durante un tiempo considerable. Además, los programas no consiguen echar raíces por la presión de los nuevos estrenos, y cada programa estrenado va a parar a una larguísima cola de programas pendientes.

El streaming ha apostado por esta aceleración de la ficción porque, como apuntaba Rojas, su modelo de captación se asienta en la novedad. Buscan el momentum, esa coyuntura en que el programa consigue el espaldarazo del fenómeno cultural. Pero este es tan limitado en cuanto al número de programas que lo logran como finito en el tiempo. 

Parrot Analytics ha desarrollado su propia métrica de longevidad con la que se pueden comparar todos los programas de TV en base a su capacidad de mantenerse relevantes a lo largo del tiempo.

“Si observamos el ranking global de los primeros 10 programas de TV más longevos de la historia, se puede observar cómo solo uno se estrenó en la década de 2010 hacia delante (Juego de tronos) y uno en la década del 2000 (Big Bang Theory). El resto tienen una larga trayectoria en pantalla” señala Rojas. 

Al incluir los siguientes 20 programas en el ranking de longevidad, la tendencia mejora un poco con dos programas provenientes de la década de 2010 hacia adelante y 6 programas de la década del 2000.

Top 30 de los programas más longevos de la historia (fuente: Parrot Analytics) 

Programa más longevo

Parrot Analytic

Top 20 de programa más longevoS

Parrot analytics

Programa más longevo Parrot Analitics

Parrot Analytics

Abundancia y aceleración son, además, las dos fuerzas que han provocado una transformación en los propios formatos. Dado que el streaming ha acostumbrado al usuario a un flujo inagotable de estrenos, la compactación de episodios y temporadas ha sido inevitable en aras de la eficiencia económica. 

Algo que, de nuevo, afecta a la persistencia, al reducir el tiempo de contacto con la historia. “lgual que la longitud por el mero hecho de extender una historia puede fomentar el relleno o la redundancia, la brevedad forzada tiene sus propias trampas, cortando historias prometedoras y limitando la capacidad única de la televisión para seguir a los personajes a lo largo del tiempo”, apunta Alison Herman en The Ringer

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Si la novedad es un elemento de captación fundamental, la diversidad lo es a la hora de retener clientes, el segundo gran objetivo de negocio de las plataformas. Dada la capacidad de la televisión por Internet tiene para segmentar nichos, la diversidad de las series se ha convertido en algo intrínsecamente asociado a la propuesta de valor de las plataformas. 

De ahí que la producción sea breve y variada con un objetivo claro. Sin esa diversidad no sería posible satisfacer a todas las demografías que pueden caer bajo el paraguas de una plataforma. 

El negocio del streaming lleva dos años inmerso en un proceso de reajuste para corregir todo aquello que no era económicamente sostenible. Pensar a largo plazo en cuanto a la producción es, todavía, la gran asignatura pendiente si no se quiere que el pan de hoy se convierta en el hambre de mañana. 

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