Fondos perfilados o carteras gestionadas: diferencias y parecidos

Diego Lorenzana
Inversiones
  • Los fondos perfilados y las carteras gestionadas buscan el mismo fin: adaptase al perfil del inversor.
  • Aunque comparten muchas similitudes, en realidad son vehículos de inversión diferentes con características distintas.
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Las entidades financieras se afanan cada vez más en ofrecer productos personalizados que se ajusten a las cambiantes necesidades de cada cliente. Por eso, en los últimos años, han lanzado una serie de instrumentos y vehículos de inversión en esta línea que han sido todo un éxito.

Entre ellos, los dos productos que más auge están teniendo son los fondos perfilados y las carteras gestionadas. Dos vehículos de inversión que tratan de responder a perfiles de inversión distintos. Sin embargo, aunque muchas veces se confunden, lo cierto es que tienen una serie de características diferentes que es conveniente conocer.

Qué son los fondos perfilados 

Los fondos perfilados son vehículos de inversión instrumentalizados en un fondo de inversión en los que el gestor realiza una asignación de activos basándose en el riesgo que quiere asumir el cliente y de su visión sobre los mercados.

Normalmente, el inversor realiza un test de idoneidad, donde se establece el perfil de la inversión y el tipo de activos en los que invertirá su fondo. Por eso, es un tipo de instrumento que se puede clasificar en diferentes categorías (de renta fija, de renta variable, mixto…) dependiendo de las respuestas del inversor.

Un fondo perfilado no deja de ser un fondo de inversión, con todo lo que ello implica a nivel legal y fiscal.

Qué son las carteras gestionadas

Las carteras gestionadas son un producto a través del cual la entidad financiera invierte el dinero de un cliente, siempre de acuerdo al perfil de riesgo y a la rentabilidad que se quiere obtener.

Es un servicio que combina la gestión del patrimonio del inversor con el asesoramiento. El gestor de las carteras gestionadas va realizando cambios en su composición de la cartera de acuerdo a las condiciones de mercado y a lo que se considera adecuado si cambia el perfil del cliente.

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Este tipo de productos suele gestionarse a través de fondos de inversión, aunque no es un fondo como tal. En la actualidad, las carteras gestionadas que más éxito están teniendo en Europa y en Estados Unidos son los roboadvisors. Entre todas las modalidades de carteras gestionadas hay un volumen total de 5.500 millones de euros según un reciente estudio de Feel Capital.

Diferencias entre carteras gestionadas y fondos perfilados

La diferencia fundamental entre una cartera gestionada y un fondo perfilado es el tipo de producto utilizado. Así, mientras el fondo perfilado está materializado en un fondo de inversión, las cuentas gestionadas es un producto propio, creado por los bancos o por algunas fintech, pero que no comparte las características propias de otros instrumentos.

Esta diferencia tiene mucha importancia. Así, por ejemplo, el gestor de un fondo perfilado puede cambiar con celeridad su cartera para ajustarla a la situación del mercado, ya sea comprando o vendiendo los activos en cartera o cubriendo ciertas posiciones con derivados. En el caso de una cartera gestionada, en cambio, es necesario realizar traspasos entre diferentes fondos para ajustar su composición, lo cual puede dilatarse hasta tres días. Es decir, las cuentas gestionadas tienen menos armas a la hora de enfrentarse a los mercados.

Otra de las diferencias entre unos y otros sonlas comisiones. En las carteras gestionadas, el cliente paga la comisión de forma explícita que, además, se grava con IVA. En los fondos perfilados, la comisión se deduce diariamente del valor liquidativo de la participación y no se aplica el IVA. 

Diferencias entre un roboadvisor y un fondo de inversión

Por último, un fondo perfilado ofrece la información de forma pública, y es posible conocer su evolución diariamente. En el caso de las cuentas gestionadas, su transparencia depende de que la entidad financiera quiera ofrecer estos datos, algo que no siempre ocurre, a pesar de que la CNMV establece que las entidades deben remitir a su cliente información periódica sobre la composición y valoración de sus inversiones, los rendimientos y su comparación con el indicador de referencia.

Eso sí, ambos productos comparten una serie de elementos comunes. El primero es la fiscalidad, ya que en ambos casos, se tributa por las ganancias obtenidas dentro de la base imponible del ahorro, al tipo impositivo que corresponda entre un 19 y un 23%, dependiendo de la plusvalía. Aunque, eso sí, mientras el fondo perfilado se puede traspasar a otro fondo de inversión sin impacto fiscal, no ocurre lo mismo en el caso de las carteras gestionadas, donde es necesario liquidar primero la inversión para poder capitalizarla en otro instrumento.

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