La generación Z es la más infeliz en el trabajo: estas son las dos cosas que quieren realmente

Eve Upton-Clark
| Traducido por: 
Los trabajadores de la Generación Z sólo quieren dos cosas de un trabajo: un buen salario y un ascenso rápido.

Business Insider

  • A sus 25 años, Kimi Kaneshina fue despedida y dejó atrás la cultura del trabajo que había aprendido hasta entonces: a partir de ese momento, no se andaría con rodeos en la búsqueda de trabajo. 
  • "Ahora mismo existe un movimiento de transparencia salarial", asegura Kaneshina. Ella primero se asegura de que el salario está a la altura de lo que pide y luego pasa a valorar otras cosas como la cultura interna de la empresa. 

A sus 25 años, Kimi Kaneshina no está donde pensaba que estaría en su carrera. Tras un año trabajando como directora de producto en el sur de California, la despidieron en junio. El trabajo era estupendo, pero la experiencia de ser despedida cambió sus prioridades. Ahora, en la búsqueda de empleo, no se anda con rodeos. 

En lugar de preocuparse por la cultura de la empresa o por si el trabajo le parece interesante, lo primero en lo que se fija Kaneshina cuando busca empleo es el salario. "Ahora mismo existe un movimiento de transparencia salarial. Así que en muchos de los puestos a los que me presento conozco el sueldo desde el principio", explica. Una vez satisfecha con el rango salarial, Kaneshina indaga en la empresa: ¿hacen un trabajo en el que tenga experiencia? A continuación, comprueba si la vacante ofrece posibilidades de crecimiento: ¿cuánto tardará en ascender? Para presentar su candidatura, tienen que coincidir los tres factores. 

Cada vez más jóvenes dicen lo mismo: el salario y el desarrollo profesional son lo más importante de un trabajo. Y esto podría explicar por qué los trabajadores de la generación Z están mucho más insatisfechos con su trabajo que sus colegas de más edad. Sólo el 44% de los trabajadores estadounidenses menores de 30 años dijeron a Pew Research en mayo que estaban muy satisfechos con su trabajo, en comparación con el 67% de los trabajadores mayores de 65 años. Esto también supone un cambio con respecto a cuando las generaciones mayores eran jóvenes: en una encuesta realizada en 1995 por la consultora Wyatt Co., los menores de 30 años de la generación X —la generación del "trabajo es una mierda, lo sé"— eran de hecho los más satisfechos con su empleo que cualquier otro grupo de edad. En los últimos años, la diferencia entre jóvenes y mayores se ha acentuado.

Las investigaciones han revelado que los miembros de la generación Z tienen prioridades distintas de las de sus jefes de la generación boomer. Mientras que el salario y la progresión profesional son fundamentales para los trabajadores más jóvenes, a los mayores les importa más si el trabajo en sí es agradable. La edad desempeña un papel importante a la hora de explicar esta diferencia, pero la generación Z también se está incorporando al mercado laboral en un momento único. 

Después de ser testigos de cómo a los millennials se les vendía la falsa promesa de que conseguir un trabajo y fichar horas les llevaría a un ascenso constante en la escala profesional y salarial, y de todo el caos que ello provocó, los miembros de la generación Z son mucho menos propensos a confiar su futuro a sus empleadores. Como escribió Aki Ito en Business Insider, el contrato de lealtad entre empleadores y empleados está roto. Ahora, en una época de alta inflación y deuda masiva por préstamos estudiantiles en Estados Unidos, la generación Z está tomando su futuro en sus propias manos al priorizar los salarios altos y la progresión por encima de todo lo demás.

"En el pasado, a la gente se le ofrecían puestos de trabajo realmente buenos, pensiones y carreras que podían desarrollar en una empresa durante 20 años. Hoy no es así", dice Kaneshina. "Acabo de aceptar cómo es realmente la edad adulta". 

Las prioridades cambian con el tiempo

Una cosa sigue siendo cierta en todas las generaciones: lo que valoramos de nuestro trabajo cambia con el tiempo, cuenta Julia Kensbock, profesora de gestión y organización en la Universidad de Bremen en Alemania. Ella publicó un artículo en 2019 que descubrió que el salario era especialmente importante para la satisfacción laboral de los jóvenes. 

"Cuando somos jóvenes, nos preocupamos más por nuestro futuro a largo plazo", explica. A medida que envejecemos, tendemos a cambiar nuestro enfoque hacia objetivos a corto plazo que nos ayudan a mantener sentimientos positivos y bienestar mental. "También queremos aportar algo a la sociedad o a las organizaciones en las que trabajamos", añade Kensbock.

Tenemos que luchar por nosotros mismos porque realmente no sabemos cómo nos van a ayudar nuestros empleadores a largo plazo. 

Un estudio de Bain & Co. publicado en julio descubrió algo parecido. Los trabajadores mayores de 62 años dijeron que el trabajo interesante era su principal prioridad en el trabajo, pero los trabajadores de entre 18 y 25 años confesaron que priorizaban una buena remuneración, por delante del aprendizaje y el crecimiento. Aunque todo el mundo dice que un buen salario es importante, su importancia tiende a disminuir a medida que la gente envejece. 

La investigación de Kensbock también reveló que la satisfacción laboral de los empleados más jóvenes estaba vinculada principalmente al rendimiento. Si tienen la sensación de que no se les ha recompensado lo suficiente o de que sus esfuerzos no se han traducido en beneficios económicos satisfactorios, se sienten peor en su trabajo. En cambio, la satisfacción laboral de los trabajadores veteranos está vinculada principalmente a la aportación: si contribuyen de forma significativa a una tarea, están más satisfechos con su trabajo.

Kensbrock subraya que este fenómeno se debía en gran medida a la edad, no a la generación. "Se tiende a mezclar estos efectos generacionales con los efectos de la edad". Sin embargo, añade que "hay, por supuesto, tendencias sociales en una base más amplia que afectan a cómo percibimos el trabajo como sociedad."

Y en los últimos años se ha producido un cambio sísmico en el lugar de trabajo, que ha dejado a los miembros de la generación Z tambaleándose.

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¿Qué ha cambiado en la generación Z?

En el pasado, a los nuevos trabajadores se les decía que si se quedaban en una empresa, esa empresa les recompensaría. La forma de ascender y conseguir ese codiciado sueldo era agachar la cabeza y trabajar para conseguirlo. Pero hoy eso ya no es cierto. En los últimos años, el trabajo a distancia, la "Gran Dimisión" y una avalancha de despidos han cambiado la forma en que la gente ve su trabajo. Los empresarios han demostrado su infidelidad a su personal pagando a los trabajadores leales, de media, un 7% menos que a los nuevos contratados; hace 20 años, los salarios eran prácticamente los mismos entre los empleados nuevos y los de toda la vida. 

Nada de esto pasó desapercibido para quienes acababan de incorporarse a la plantilla. En 2021, los trabajadores principiantes valoraban a sus empresas un 2,4% peor que sus colegas veteranos, según reveló Revelio Labs en un análisis de las opiniones de empleadores en sitios como Glassdoor. En noviembre, esa brecha había aumentado al 4%.

"Ahora casi desconfiamos de nuestros empleadores", resume Kaneshina. "Vamos a abogar más por nosotros mismos porque realmente no sabemos cómo nuestros empleadores nos van a ayudar a largo plazo".

Sin la promesa de grandes beneficios a cambio de su lealtad, la generación Z ha aprendido a seguir el dinero. En la encuesta realizada por el CFA Institute en 2021 a más de 15.000 universitarios recién licenciados, el 45% de los jóvenes de entre 18 y 25 años afirmó que un "buen salario" era el criterio más importante a la hora de buscar trabajo. En la encuesta de 2023, el porcentaje aumentó al 62%. En una encuesta realizada el año pasado por la empresa de contratación LaSalle Network, el 54% de los jóvenes de la generación Z que acababan de incorporarse al mercado laboral afirmaron que esperaban conseguir su primer ascenso en el plazo de un año.

Aunque todas las generaciones han tenido que empezar en algún sitio, la generación Z se enfrenta a unos costes récord de vivienda, universidad y productos básicos como la comida. Para muchos, conseguir un buen salario es sólo cuestión de poder cubrir gastos. En la encuesta 2023 Gen Z de EY, más del 50% de los jóvenes de la generación Z reconocieron estar "extremadamente preocupados por no tener suficiente dinero."

"No se trata del dinero en lo que se refiere a ser avaricioso", dice Corey Seemiller, profesor de liderazgo organizacional en la Universidad Estatal de Wright. "Se trata del dinero y de poder pagar los gastos de subsistencia, lo cual es razonable. Cada dólar se podía estirar mucho más cuando los baby boomers entraron en el mercado laboral. Ahora no llega tan lejos".

La generación Z también es muy consciente de los retos financieros a largo plazo a los que se enfrenta, y muchos de ellos se fijan como objetivo salarios de seis cifras al principio de sus carreras para ahorrar para comprar una casa y jubilarse. En una encuesta realizada por Cigna a 12.000 trabajadores de todo el mundo, el 39% de los miembros de la generación Z identificaron la inseguridad financiera como su principal factor de estrés, el más alto de todas las generaciones. "Saben que, más adelante, elegir una determinada trayectoria profesional tendrá repercusiones económicas de las que el resto de nosotros no tuvimos que preocuparnos", afirma Seemiller.

Esta generación también tiene un acceso sin precedentes a la información sobre el mundo laboral. Antes de Internet, los nuevos trabajadores tardaban tiempo en conocer los entresijos de sus respectivos campos: la única opción era aprender en el trabajo. Pero los influencers de TikTok, YouTube y LinkedIn han ganado cientos de miles de seguidores compartiendo consejos sobre cómo superar entrevistas, negociar salarios y gestionar evaluaciones de rendimiento. Y al ver en internet a personas que progresan rápidamente en sus carreras, los jóvenes adquieren la confianza necesaria para hacerlo ellos mismos.

"El horizonte y las posibilidades han cambiado, haciendo transparente y visible lo que la gente puede hacer", subraya Felizitas Lichtenberg, responsable mundial de diversidad e inclusión de la empresa de tecnología financiera SumUp. "Debido a las redes sociales y la presión que tienen los adolescentes hoy en día, es tan hacia el exterior que esto también está impactando en lo que la gente está buscando en términos de oportunidades de crecimiento".

Seemiller dice que el deseo de la generación Z de ser ascendida no debería molestar a las generaciones mayores. "Querer ascender en uno o dos años es razonable para cualquiera", afirma. "Las generaciones mayores tienen muy poca memoria porque nosotros también queríamos ascender en ese periodo de tiempo. Seamos sinceros".

 

No hay que poner todos los huevos en la misma cesta

Cuando un aumento y una promoción no llegan rápidamente, la generación Z se apresura a abandonar el barco. En una encuesta de 2023 de ResumeLab, el 83% de los jóvenes de la generación Z confesaron reconocerse como job hoppers, lo que significa que tomaron "un enfoque dinámico de sus carreras que a menudo implica cambios de trabajo frecuentes". Y en una encuesta de 2022 de la fintech Paychex, alrededor de la mitad de los jóvenes de la generación Z dijeron que tener dos o más empleos, más que cualquier otra generación. "Cada vez es más difícil, debido tanto a la cultura organizativa como a los trámites burocráticos, ascender desde dentro", afirma Seemiller. "Así que lo que sucede es que más o menos obligas a los jóvenes a tener que irse".

Para gran parte de la generación Z, un trabajo es solo un trabajo. En un estudio de Deloitte de marzo, sólo el 61% de los participantes de la generación Z afirmaron que su trabajo era importante para su identidad. Esto contrasta con el 86% de sus jefes. Kaneshina, por ejemplo, dice que ya no ve el trabajo como una parte fundamental de su identidad. "Donde yo vivo, la gente no necesariamente te conoce y te pregunta inmediatamente a qué te dedicas", sentencia.

Pero la generación Z "no ha perdido la pasión por lo que quiere hacer", dice Seemiller, y añade: "Simplemente no ponen todos los huevos en la cesta". 

En cambio, los trabajadores más jóvenes se centran en las dos cosas que les ayudarán a estar seguros en una economía cambiante: un salario y un impulso ascendente.

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