La gran renuncia española avanza sin límites: este gráfico muestra el aluvión de dimisiones en 2023

Dimisiones de empleados

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  • En la primera mitad de 2023 ya han dimitido casi 50.000 empleados, a solo un tercio de superar las dimisiones de todo 2022.
  • Hace un año que el Gobierno descartó que hubiera un problema de dimisiones, pero las estadísticas continúan arrojando datos históricos.

La gran renuncia avanza sin límites en España, al menos por el momento. Ni la inflación, ni las amenazas de recesión, ni las subidas de tipos han logrado frenar la oleada de dimisiones de trabajadores en los últimos meses.

Las alarmas saltaron en abril de 2022. Ese mes dimitieron más trabajadores que nunca en España, y 2022 pasó a la historia como el año de la gran renuncia

En todo 2022 hubo más de 70.000 trabajadores que renunciaron a sus empleos en España, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Nunca en la historia se habían producido tantas dimisiones como ahora.

Por aquel entonces, un informe de Hays avisaba de que más de la mitad de los españoles estaban desmotivados en su trabajo, pero no lo dejaban. Pero parece que eso está cambiando. Ninguna de las turbulencias sufridas en los últimos meses ha logrado frenar lo que parece una nueva tendencia en el mercado de trabajo, y un año después, el boom de dimisiones continúa.

En la primera mitad de 2023 ya han dimitido casi 50.000 empleados, a solo un tercio de superar las dimisiones de todo 2022. Hace un año, el número de bajas voluntarias a la Seguridad Social de empleados indefinidos fue de 30.742 entre enero y junio, casi un 40% menos.

Todo empezó algo más de un año, al calor del boom de creación de empleo. En marzo de 2022 la Seguridad Social registró 4.000 bajas voluntarias, que pasaron a ser 7.997 en julio y 8.567 en agosto, alcanzando un récord histórico de renuncias en España.

Es la misma tendencia que sacudió el mercado laboral de Estados Unidos tras la pandemia, a la que bautizaron como la gran resignación, y que se tradujo en 50 millones de estadounidenses dejando su empleo en 2021. 

La coincidencia, ahora, lanza la pregunta: ¿Estamos ante una gran renuncia a la española?

Hace un año que el Gobierno descartó que el mercado laboral español sufra este problema. "Quiero mandar un mensaje de tranquilidad. En España no hay un problema de renuncia", aseguraba la entonces vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a mediados de mayo del año pasado.

Pero lo cierto es que, a tenor de los datos, podría decirse que sí hay un fenómeno de dimisiones en España, aunque en términos absolutos no sea alarmante por el momento.

Mes tras mes en 2022, España ha ido registrando la cifra de renuncias más alta jamás vista. Hasta el punto de que, para diciembre, en el acumulado del año ya se superaban las 70.000 dimisiones, un máximo histórico desde que comenzó la serie, en 2001. 

En 2021, en cambio, se registraron 25.630 bajas voluntarias, lo que significa que las dimisiones se dispararon un 170% en un año, a pesar de la incertidumbre derivada de la guerra y la inflación.

Gran renuncia

¿Qué ha pasado? Un mercado laboral boyante

Presentarse en el despacho del jefe con una carta de dimisión porque aspiras a algo mejor suena muy bien, pero no es fácil. Sin alternativa laboral, una ventana de oportunidad rápidamente cobra el aspecto de un precipicio

Pero, ¿qué ocurre cuando el mercado laboral va como un tiro?

Abril fue el primer mes del año en el que saltó la alarma de las renuncias. Casualmente, ese mismo mes España rompía la barrera de los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social por primera vez en la historia. 

Un año después y contra todo pronóstico, habida cuenta de la ralentización económica, España continúa creando empleo a toda velocidad. En la primera mitad de 2023 España creó prácticamente tantos puestos de trabajo como en todo 2022.

"Estamos hablando de más de 420.000 nuevos afiliados en lo que llevamos de año, es decir, prácticamente las mismas cifras que teníamos en el conjunto del año pasado", destacó el presidente en funciones, Pedro Sánchez, hace unos meses.

Pero no es una casualidad que, al mismo tiempo que el mercado laboral bate récords de afiliación, se disparen las dimisiones.

Una mujer se marcha feliz de la oficina

“Cuando las cosas van mal, la gente se agarra a su puesto de trabajo, pero en épocas expansivas se produce un fuerte repunte de renuncias, porque hay menor riesgo de quedarse en paro", explica Marta Martínez-Matute, doctora en Economía y profesora del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid.

Un año y medio después, la fuga de empleados continúa. Ni siquiera en 2007, en plena euforia económica por la burbuja inmobiliaria, hubo tantas dimisiones como ahora.

En 2007, coincidiendo con la mayor época de expansión de la economía y el mercado laboral de España, el número de dimisiones y bajas voluntarias alcanzó un pico histórico con más de 43.194 casos de baja. Pero en 2008, con la crisis, esa cifra empezó a caer.

Esto significa que, lejos de ser un hecho puntual, las dimisiones podrían estar convirtiéndose en una nueva tendencia en el mercado laboral español, tal como ocurre con la gran renuncia en EEUU.

Pero conviene poner los datos en perspectiva. El aumento de renuncias en España es preocupante, pero está años luz de parecerse al drama de EEUU.

Si se compara con los más de 20 millones de ocupados en el mercado español, el dato no es muy significativo. Las dimisiones en 2022 apenas representarían el 0,3% de todos los ocupados.

La gran renuncia española está años luz de lo que está ocurriendo en EEUU. Si en España dimitieron 7.786 empleados en marzo, en EEUU fueron más de 4 millones cada mes durante todo 2021.

Un jefe despide a una empleada

¿Gran renuncia a la española?

Como dijo la propia Díaz, en España no hay una gran renuncia o gran dimisión como en EEUU. Pero, ¿puede haber una gran renuncia a la española?

La principal diferencia entre EEUU y España, apunta Ansgar Seyfferth, colaborador de la Fundación Alternativas y director para España y Portugal de STAT-UP, es que "en España para mucha gente tener un buen trabajo es un activo que no se tira así como así por la borda. Esto en EEUU es otra historia. La estabilidad laboral como la conocemos aquí, allí apenas la hay". 

En España, los derechos laborales aumentan en función de la antigüedad en la empresa. Como si de un programa de fidelización se tratara, el salario crece conforme pasas más años en la compañía y la indemnización por despido también es proporcional al tiempo de trabajo. Es una gran diferencia respecto a EEUU, donde el trabajador tiene muy poca protección en el empleo.

Otro factor que motiva la rotación laboral en EEUU es un paro en mínimos. En 2022, la tasa de desempleo se situó en el 3,5% en EEUU, lo que significa que, de hecho, hay sobreempleo y la demanda de trabajo supera a la oferta. En España, en cambio, el paro es el triple, el 12,6%

Como en Estados Unidos el paro es muy bajo, es más fácil dimitir, porque uno sabe que vuelve y va a encontrar empleo. En España, en cambio, hay una tasa de paro mayor. 

Tanto la protección en el empleo como la tasa de paro se resumen en una frase: hace mucho frío fuera del puesto de trabajo y eso disuade a personas que, aunque sientan frustración en su empleo, no la manifiestan de esta forma. De hecho, el número de desmotivados no deja de crecer: 

En 2021, el porcentaje de trabajadores desmotivados en sus empresas se situó en el 47%, según Hays. A principios de 2022, esa cifra había escalado al 54% de los profesionales. Es lo que se ha popularizado como la renuncia silenciosa.

Dimisión silenciosa o quiet quitting

Que los trabajadores españoles hayan saltado estas barreras a la rotación y se hayan disparado las dimisiones deja claro un cambio de tendencia en la forma de concebir el trabajo y el mercado laboral.

"El dato de dimisiones de marzo es un magnífico diagnóstico de cómo está el mercado español y cómo lo perciben los trabajadores. Hay más movimiento porque crece la percepción de que pueden encontrar un empleo mejor, y eso es positivo", apunta Gonzalo Bernardos, profesor titular de Economía de la Universidad de Barcelona.

Según explica Bernardos, hay 3 grandes motivaciones para dejar un trabajo. Son el salario, un jefe o mayor flexibilidad: "Diría que en un país de salarios precarios como este, la principal causa del cambio es el salario".

En España, el sueldo medio bruto supera por poco los 26.000 euros anuales, un 26% menos que el salario medio de la eurozona. En términos relativos, de hecho, es menos de lo que se ganaba hace 20 años.

Sin embargo, no es la única. "La pandemia ha hecho reflexionar a la gente sobre el trabajo que tienen y qué es lo que valoran en el trabajo, y están tomando decisiones", añade Christopher Dottie, director general de la consultora Hays España y vicepresidente de la Cámara de Comercio Británica.

Este cambio de mentalidad fue precisamente el detonante de la gran renuncia en EEUU, según señala Marta Bengoa, catedrática de Economía Internacional en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) y vicepresidenta ejecutiva de la Asociación de Comercio Internacional y Finanzas de EEUU: 

Mujer usando el móvil de vacaciones

"En EEUU la mentalidad emprendedora, la tolerancia al riesgo y las oportunidades de trabajo han provocado que muchos trabajadores se plantearan su estilo de vida durante el pico de la pandemia (centrado en el trabajo, con largas horas, pocas vacaciones, alta productividad, mayor estrés...) y decidieran cambiarlo".

A principios de año, un informe de Hays avisaba de que más de la mitad de los españoles están desmotivados en su trabajo, pero no lo dejaban.

Por lo pronto, ni el estallido de la guerra en Ucrania, ni la escalada inflacionaria, ni los tambores de recesión parecen haber frenado la creación de empleo. Aunque todo podría cambiar si el mercado laboral termina pinchando.

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