¿Qué va a pasar con la economía en la segunda mitad de 2023? Se avecinan vientos de cara, pero lo peor ha quedado atrás

Ilustración economía euro

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  • Business Insider España pregunta a los expertos qué va a pasar con la economía española de aquí a final de año.
  • El resumen es que se avecina viento de cara y España crecerá menos, pero podemos darnos con un canto en los dientes: lo peor ha quedado atrás.

En 2006, en pleno apogeo económico previo a la crisis financiera, Nelly Furtado llegó a lo más alto de las listas de éxitos cantando all good things come to an end (todo lo bueno termina). Todo termina, desde las llamas hasta el amor: Pero, ¿también la economía? 

La economía española empezó 2023 a todo gas, y lo hizo batiendo pronósticos y a pesar de los obstáculos que iban interponiéndose en la senda de crecimiento, desde la inflación hasta la subida de tipos de interés, pasando por las turbulencias bancarias o la recesión en Alemania. 

Aunque no se espera que España entre en recesión (a diferencia de otros países de la eurozona), con medio año a las espaldas los obstáculos de hace unos meses ya van pesando cada vez más. 

En Business Insider España hemos consultado a los expertos para saber qué va a pasar en los próximos 6 meses con la economía, y el resumen es que se avecina viento de cara, pero podemos darnos con un canto en los dientes: lo peor ha quedado atrás.

"La economía se ha beneficiado durante el primer semestre del año del impulso derivado de la fuerte corrección de los precios de la energía y del buen comportamiento del sector exterior, especialmente del turismo. De cara al segundo semestre, prevemos que los vientos de cara dominen y limiten la capacidad de crecimiento de la economía", confirma Oriol Carreras, economista sénior en el departamento de Economía Española de CaixaBank Research.

La ralentización prevista para la economía contrasta con la sorpresa del PIB en los últimos meses, cuyo dinamismo ha provocado que organismos como el Banco de España o la OCDE revisaran al alza sus previsiones de crecimiento

"Se preveía un fin de año en negativo, pero la caída inesperada de precios energéticos ha favorecido un rebote. Eso nos ha permitido recuperar una dinámica de crecimiento que pensábamos que perderíamos", apunta Manuel Hidalgo, senior fellow de EsadeEcPol y Universidad Pablo de Olavide.

La economía española va a echar el freno, pero eso no significa necesariamente estancamiento. "No será dramático y seguiremos haciéndolo mejor que el mundo desarrollado", observa Leopoldo Torralba, economista senior de Arcano. 

"La segunda mitad del año no va a ser tan dinámica como la primera, pero hay que recordar que la zona euro está en recesión técnica. Si nos comparamos con países de nuestro entorno, nos damos con un canto en los dientes", coincide María Romero, socia directora de Economía en Analistas Financieros Internacionales (Afi).

Ilustración economía

Inflación: los vientos de cara se desvanecen… 

Hace meses que la inflación se ha moderado y empieza a dar tregua. En junio pegó un bajón y los precios subieron un 1,9%, el mejor dato registrado desde marzo de 2021, situando a España como la primera economía en alcanzar el objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE).

Lo que ocurre, explica Carreras, es que "aquellos shocks que desencadenaron el repunte inflacionario empiezan a desvanecerse". Por un lado, los precios de la energía han experimentado un declive notable y ya están cerca de sus niveles promedio históricos.

Por otro, los famosos cuellos de botella que provocaron la crisis de suministros al final de la pandemia (cuando la demanda salió en tromba del confinamiento y se topó con una oferta paralizada que no daba abasto), "están empezando a disiparse", añade Carreras, y eso también alivia precios.

"Lo peor lo hemos dejado atrás", augura Romero. Para 2024, coincide Torralba, la inflación estará bastante normalizada, y esa normalización permitirá sacar algo de presión sobre el poder adquisitivo de los hogares. Pero en 2023 la inflación todavía dará la lata. La previsión de CaixaBank Research es que la inflación termine el año todavía en niveles altos, cercanos al 4%. 

Que se confirmen estas predicciones dependerá de si se mantiene el abaratamiento de la energía y la contención de precios de los alimentos. Si los vientos de cara se desvanecen, la economía podría coger velocidad gracias a una mayor contribución del consumo y de la inversión, señala Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. La bajada de costes energéticos podría añadir casi 1 punto porcentual al PIB en 2023, según estimaciones de BBVA Research.

Chica joven ahorra con un ordenador y una tarjeta.

… pero pesan los tipos de interés

Está bien, puede que el freno en la inflación le haya quitado un peso de encima a los hogares, que empiezan a recuperar poder adquisitivo. Pero ahora es el impacto de los tipos de interés lo que empieza a estrujar el bolsillo. 

Lo confirma el Banco de España, en su último informe sobre la situación financiera de hogares y empresas: "La situación económica de los hogares ha experimentado una mejora, con una recuperación progresiva del poder adquisitivo perdido desde 2021 como consecuencia de la elevada inflación, si bien se ha intensificado el efecto adverso de la subida de los tipos de interés". 

La subida de tipos se ha traducido en préstamos más caros para hogares y empresas, y también en que los bancos están cerrando el grifo. El endurecimiento en la concesión de préstamos comenzó el año pasado, cuando el BCE empezó a subir tipos, y se ha prolongado durante 2023. "Para el segundo trimestre de 2023, los bancos esperan una nueva contracción de la oferta crediticia, aunque más moderada", apunta el Banco de España.

La buena noticia es que las subidas de tipos tienen fecha de caducidad. Si la inflación continúa moderándose, llegará un momento (el más esperado) en el que los bancos centrales no tendrán que subir más los tipos de interés. 

Torralba confía en que "la subida de tipos ralentizará mejor la inflación y se ganará poder adquisitivo. En 2024 caerán los tipos de nuevo y la economía también lo agradecerá".

"El final del ciclo de subidas en el coste de financiación está próximo", coincide Cardoso. BBVA Research prevé que al BCE le queda margen para aumentar tipos en sólo 50 puntos básicos más, alcanzando el 4,25%, después de haber subido 250 puntos básicos en el segundo semestre 2022 y 375 puntos hasta mayo de este año.

Ilustración de inflación o de escalada de precios

El consumo, la gran incógnita

Con este panorama, la gran incógnita va a ser el consumo: ¿aumentará al calor de la moderación de precios o llegarán a estrangularlo los tipos de interés? 

"Persiste la incertidumbre sobre cuánto durará el episodio de alta inflación y elevado coste de financiación", confirma Cardoso. La apuesta de algunos economistas se decanta más por el lado de la moderación del consumo y la inversión, que cederán ante las presiones financieras. "De cara al segundo semestre, prevemos que los vientos de cara dominen y limiten la capacidad de crecimiento de la economía", asegura Carreras. 

¿De qué dependerá que el consumo vaya bien o mal? Del empleo y del ahorro

Hasta ahora, España ha estado creando empleo a un ritmo frenético. "Las empresas están creando puestos de trabajo a un ritmo que supondría añadir casi 500.000 empleos en el año, el doble de lo que se preveía en marzo", señala Cardoso.

En la primera mitad de 2023 se crearon más puestos de trabajo que en todo 2022, y el paro tocó su nivel más bajo en 15 años. Pues bien, ese crecimiento podría empezar a perder fuelle. "Es probable que el crecimiento del empleo también se modere en los próximos trimestres aunque prevemos que la economía siga generando empleo en términos netos", añade Carreras.

Al fin y al cabo, coincide Romero, "se nota cierto agotamiento, pero es normal, porque en volumen nunca hemos tenido tantos ocupados en España".

Además de por el empleo, el consumo podría verse limitado si los hogares deciden aumentar su tasa de ahorro después de la fuerte pérdida de poder adquisitivo. Pero esto no tiene por qué ocurrir. La tasa de ahorro ya está por encima de la media histórica, mientras que la deuda de los hogares está en sus niveles más bajos desde 2003, según el Banco de España.

Personas en la calle con bolsas de la compra

"Estos recursos acumulados durante el último semestre podrían convertirse en mayor gasto en la medida en que disminuya la incertidumbre sobre el coste de la cesta de consumo, se consolide la confianza sobre la situación del mercado laboral y se confirme la finalización del encarecimiento del coste de financiación", confía Cardoso.

Romero, por su lado, pronostica que "el consumo se va a quedar en stand by o crecerá, pero de forma modesta".

¿El final del milagro exportador?

Además de la demanda interna, cabe preguntarse qué puede pasar con el sector exterior, que en los últimos meses ha estado sacándole las castañas del fuego a la economía con un comportamiento récord.

"Las empresas españolas han sido competitivas y hemos logrado aumentar cuota de exportaciones con nuestros socios. El sector exterior nos ha salvado los muebles en la primera mitad del año, tanto en bienes como en servicios", destaca Romero.

Aunque el consumo se resienta, las exportaciones han ganado peso y representan en torno al 26% de la economía (el 41,7% si se suman también las exportaciones de servicios, que tienen en cuenta el turismo, del que somos mucho más dependientes), y en los últimos meses están demostrando un comportamiento sorprendentemente bueno. 

"El buen desempeño del comercio exterior español explica dos tercios del crecimiento del PIB en el último año", destaca Aida Caldera, jefa de división en el departamento de Economía de la OCDE, en conversación con Business Insider España: "Esto no es algo nuevo, pero es una excelente noticia que, a pesar de la alta inflación, España siga demostrado un buen desempeño".

El problema es que, con Alemania en recesión y grandes economías del euro estancadas, como Francia o Italia, las exportaciones españolas (de bienes, pero también el turismo) podrían verse afectadas. 

"Nuestros principales socios están en recesión técnica y no van a demandar tantos bienes y servicios. Hasta ahora hemos aguantado bien, pero ese fuelle va a ir perdiendo dinamismo, y lo notaremos en que creceremos menos, las empresas venderán menos al exterior y eso se traducirá en menos actividad y menor creación de empleo", añade Romero.

Con ella coincide Cardoso, que avisa de que "existe incertidumbre acerca de qué tan sostenible es el reciente crecimiento de las exportaciones de servicios no turísticos".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

Sectores tocando techo

Más allá de las exportaciones, hay empresas de determinados sectores que acumulan un gran crecimiento desde el final de la pandemia, y que podrían empezar a tocar techo.

"Existen dudas sobre cuánto tiempo más se puede sostener el crecimiento en algunos sectores", aclara Cardoso, que cita a alojamiento o la hostelería como ejemplos que han recuperado márgenes y que se situarán próximamente en torno a los niveles de capacidad utilizada de 2019.

En el caso de la alimentación, la sequía ha representado un golpe importante para el sector, y podría empeorar de cara a final de año. De acuerdo a las estimaciones de BBVA Research, la anormal falta de lluvia durante la primera mitad de 2023 habría reducido el crecimiento trimestral del VAB agrario 2,2 puntos porcentuales cada trimestre. "De mantenerse estas condiciones durante los próximos meses, los efectos podrían ser mayores", avisa Cardoso.

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