Las 3 razones por las que la economía española crece más que Europa

El presidente Pedro Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente Pedro Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

REUTERS/Albert Gea

  • Nunca en la historia había pasado que, con Alemania en recesión, la economía española siga creciendo, y que lo haga muy por encima de sus socios de la zona euro.
  • La jefa de división en el departamento de Economía de la OCDE, Aida Caldera, explica las 3 razones que hacen que España esté resistiendo mejor a la crisis.

La economía española se ha convertido en la gran sorpresa de esta crisis. Mientras Alemania se convierte en el gran enfermo de Europa, España ni se inmuta

Nunca en la historia había ocurrido que, habiendo entrado Alemania en recesión, la economía española siga creciendo, y que lo haga muy por encima de sus socios de la zona euro. "Es una situación inédita en mucho tiempo", comenta Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor del IE School of Global and Public Affairs. 

Alemania entró en recesión en el primer trimestre de 2023, y todo apunta a que grandes economías del euro, como Francia o Italia, terminarán el año estancadas y lastradas por la inflación y la subida de tipos de interés.

No parece que ese vaya a ser el caso de España, cuyo PIB sigue creciendo, y cuando son cada vez más los organismos que mejoran sus previsiones para este año y el que viene: a la revisión al alza que hizo la OCDE hace un par de semanas se sumó el Banco de España estos días.

En su última actualización de previsiones, la OCDE pronostica que economía española crecerá un 2,1% en 2023 y un 1,9% en 2024, por encima de lo esperado. 

Pero no es solo el PIB. A este indicador se suman los datos récord de creación de empleo, exportaciones en máximos históricos, un turismo que recupera niveles prepandemia o una de las inflaciones más bajas de la zona euro. Ya en mayo la inflación bajó a su menor nivel desde julio de 2021. La cesta de la compra se encareció un 3,2%.

"Diversos indicadores, incluidos los datos de encuestas a las empresas, el empleo, y los datos de la inflación, han confirmado la mejora de las perspectivas económicas observada en los últimos meses" apunta Aida Caldera, jefa de división en el departamento de Economía de la OCDE, en conversación con Business Insider España.

No era lo esperable, sin embargo. Históricamente, Alemania es una de las economías más robustas y que se han mantenido más estables, por lo menos en el último cuarto de siglo. Mientras en la última crisis financiera el PIB de España se contrajo en 2009, y volvió a hacerlo en 2011, 2012 y 2013, la economía alemana sólo retrocedió en 2009.

"Las economías europeas tienen fuertes lazos. Si la economía alemana está empeorando o mejorando, eso afectará en cierta medida a la economía española", explica Caldera.

De sobra es sabido que, cuando Alemania estornuda, el resto de Europa se resfría. El peso de la economía germana y los estrechos vínculos con sus vecinos europeos son tales que, en caso de sufrir un shock, los arrastraría consigo. Pero esto no está ocurriendo… al menos por el momento. 

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez

En esta ocasión, la economía española está mostrando una mayor resistencia al impacto de la crisis de precios, y hay varias razones detrás de ese mejor comportamiento.

1. Equilibrio entre consumo interno y sector exterior

En primer lugar, por un modelo económico donde el consumo interno tiene más peso. "El crecimiento económico de España puede apoyarse en factores domésticos, como el consumo de los hogares, que se apoyará en el dinamismo del empleo y la caída de la inflación, y el gasto público, que se verá impulsado por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia", añade Caldera.

Tras la caída del muro de Berlín y la masacre de Tiananmén en 1989, Alemania lo apostó todo al modelo de comercio exterior. La clave estaba en las exportaciones: daba igual que el consumo interno del país fuera bajo, porque el superávit comercial era tremendo.

Pero la fortaleza de ser una nación exportadora encarna un arma de doble filo: si la economía mundial se enfría, puede convertirse en una vulnerabilidad. Y eso es precisamente lo que ha pasado: EEUU es su cliente número uno y China su principal proveedor, y ambas economías llevan meses renqueando.

En el caso de España, en cambio, el consumo interno continúa teniendo un papel protagonista. Esta dependencia también puede convertirse en un problema, ahora que empiezan a notarse los primeros síntomas de agotamiento en el consumo de los hogares por la inflación y la subida de tipos. En los últimos días, el Banco de España alertó precisamente de "señales incipientes de debilitamiento" del consumo.

Sin embargo, aunque el consumo se resienta, las exportaciones han ganado peso en la economía y representan en torno al 26% de la economía (el 41,7% si se suman también las exportaciones de servicios, que tienen en cuenta el turismo, del que somos mucho más dependientes), y en los últimos meses están demostrando un comportamiento sorprendentemente bueno. 

"El buen desempeño del comercio exterior español explica dos tercios del crecimiento del PIB el último año", destaca Caldera: "Esto no es algo nuevo, pero es una excelente noticia que, a pesar de la alta inflación, España siga demostrado un buen desempeño".

El presidente Pedro Sánchez y la vicepresidenta y ministra de Economía Nadia Calviño

2. Todavía queda PIB por recuperar…

Sí, la economía española va como un tiro y crece a la cabeza de la eurozona e incluso que las economías avanzadas de la OCDE. Pero es que también fue la gran economía que más cayó por el varapalo del COVID-19, y ha tardado más en recuperar lo perdido por la pandemia.

Después del batacazo sufrido por la crisis del COVID-19, cuando el PIB se desplomó un 11,3% en 2020, la economía no ha vuelto a ser la misma. "La recuperación de la pandemia fue más tardía en España que en países de nuestro entorno como Alemania, Italia o Francia", señala Caldera.

En estos países, continúa Caldera, "los niveles de actividad previos a la pandemia se alcanzaron a principios de 2022, mientras que en España se han alcanzado a principios de 2023". Básicamente, la enorme dependencia que tiene España del turismo, fuertemente golpeado por las restricciones sanitarias, provocó que la economía tardara más en iniciar su recuperación, conforme se levantaban las restricciones sociales y de movilidad. 

Ilustración sobre la guerra

3. El efecto de las medidas anticrisis

Por último, hay una parte de gestión en todo esto. En las últimas crisis (la pandemia y la guerra en Ucrania) la apuesta del Gobierno (y del resto de Europa) se ha basado en un giro hacia las políticas keynesianas de expansión de gasto. 

En lugar de contener por la vía de los ajustes, el Gobierno no ha tenido miramientos a la hora de desembolsar grandes cantidades de dinero público en medidas para amortiguar el impacto de la crisis en el bolsillo de hogares y en las cuentas de empresas.

En los últimos meses, el Gobierno ha desembolsado 45.000 millones de euros de fondos públicos en medidas para aliviar el impacto de la inflación, entre rebajas fiscales, bonificaciones al transporte, ayudas directas y topes de precio de la electricidad y límites a los alquileres.

"El gasto público está dando un fuerte apoyo a la economía, a través de las importantes medidas adoptadas para proteger a las familias y empresas de la inflación, y a través de los fondos europeos", confirma Caldera.

El problema es que, precisamente ahora que la economía española crece, y que lo hace muy por encima del resto, y que la inflación se ha moderado a niveles no vistos en los últimos 2 años, toca regresar a la normalidad.

"Ahora que la inflación ha comenzado a bajar y que la recuperación está en marcha, se deben retirar gradualmente las medidas de apoyo para proteger a los hogares y las empresas de las consecuencias de la guerra en Ucrania", avisa Caldera. Una advertencia que ya lanzó la Comisión Europea hace unas semanas. Ahora, el Gobierno tiene que decidir qué medidas empezará a retirar, a pesar de que puede pasarle factura, a escasas semanas de las elecciones generales.

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