Intel, Qualcomm y otras empresas de tecnología de Estados Unidos han dejado de proveer software esencial para Huawei tras la lista de negra de Trump

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Business Insider España
A Huawei staff member at the Huawei Digital Transformation Showcase in Shenzhen, in China's Guangdong province, on March 6.
A Huawei staff member at the Huawei Digital Transformation Showcase in Shenzhen, in China's Guangdong province, on March 6.WANG ZHAO/AFP/Getty Images
  • Las compañías de tecnología y los proveedores de Estados Unidos están dejando de proveer software y componentes esenciales a Huawei.
  • En los últimos meses, Estados Unidos ha aumentado la presión ante la preocupación de que la tecnología Huawei pueda suponer un riesgo para la seguridad y pueda ser utilizada como puerta trasera para el espionaje del gobierno chino.
  • Fuentes han dicho aBloomberg que varios de los principales fabricantes de chips, entre ellos Intel Corp., Qualcomm Inc., Xilinx Inc. y Broadcom Inc. han decidido cortar sus vínculos con Huawei hasta nuevo aviso.
  • Fuentes han comunicado  a Reuters que Google ha suspendido su negocio con Huawei y ha retirado su licencia para Android.
  • La semana pasada, la administración Trump añadió a Huawei a una lista negra comercial, lo que impide que la empresa compre piezas y componentes a empresas estadounidenses sin la aprobación del gobierno estadounidense. No está claro cómo afectará a las operaciones de Huawei, ya que la empresa depende en gran medida de componentes estadounidenses.

Las principales empresas y proveedores de tecnología de Estados Unidos han dejado de proveer software y componentes críticos para Huawei en la última campaña de represión de Estados Unidos contra el gigante chino de las telecomunicaciones.

Estados Unidos ha aumentado la preocupación de que la tecnología Huawei -junto con la tecnología de la compañía de telecomunicaciones china ZTE- pueda suponer un riesgo para la seguridad y pueda ser utilizada como puerta trasera para realizar acciones de espionaje.

Fuentes le han dicho aBloomberg que varios de los principales fabricantes de chips, entre ellos Intel Corp., Qualcomm Inc., Xilinx Inc. y Broadcom Inc. han decidido romper sus vínculos con Huawei hasta nuevo aviso. Intel es el principal proveedor de chips para servidores de Huawei, mientras que Qualcomm proporciona a la empresa procesadores y módems para sus teléfonos inteligentes, añade Bloomberg.

El domingo, fuentes le dijeron a Reuters que Google ha suspendido su negocio con Huawei y ha retirado su licencia para Android. Como parte de la decisión de Google, Huawei perderá el acceso a actualizaciones importantes del sistema operativo Android, y la próxima generación de teléfonos Huawei que se ejecutan en Android también perderá aplicaciones populares como Gmail y la tienda Google Play.

La semana pasada, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva declarando una emergencia nacional sobre "amenazas contra la tecnología y los servicios de información y comunicaciones" en Estados Unidos. Poco después, la administración Trump añadió a Huawei a una lista negra, lo que impide que la empresa compre piezas y componentes a empresas estadounidenses sin la aprobación del gobierno estadounidense.

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El impacto de la lista negra en Huawei -el mayor productor mundial de equipos de telecomunicaciones- aún no se conoce, aunque los expertos han puesto en duda la capacidad de la compañía para continuar sus operaciones sin tecnología estadounidense, explica Reuters.

Google ha aclarado que los usuarios de los actuales smartphones Huawei podrán seguir descargando actualizaciones de seguridad en sus dispositivos.

"Estamos cumpliendo con la norma y analizando las implicaciones", dice un portavoz de Google en una declaración.

"Para los usuarios de nuestros servicios, Google Play y las protecciones de seguridad de Google Play Protect seguirán funcionando en los dispositivos Huawei existentes".

Sin embargo, lo que sí parece claro es que los dispositivos actuales no recibirán la actualización por parte de Google a la nueva versión de Android y, sobre todo, que los futuros smartphones de Huawei no podrán contar de fábrica ni con Google Play Store ni con los Servicios de Google Play, fundamentales para el acceso a millones de aplicaciones Android, incluyendo Gmail y Maps.

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No son los únicos en adoptar esta postura movidos por la preocupación y la presión de Trump. A principios de abril, el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, en español) anunció que había puesto fin a cualquier tipo de colaboración con Huawei y ZTE porque sus equipos representan un "elevado riesgo" para la seguridad.

Huawei ha criticado a la administración Trump por su decisión, y dice que prohibir sus negocios en Estados Unidos sólo serviría para perjudicar los intereses estadounidenses a medida que el país avanza hacia el despliegue de las redes móviles de próxima generación 5G.

"Restringir a Huawei de hacer negocios en Estados Unidos no hará a Estados Unidos más seguros o más fuertes", dice un portavoz de Huawei a Business Insider. "En cambio, esto sólo servirá para limitar a Estados Unidos a alternativas inferiores pero más costosas, dejando Estados Unidos rezagado en el despliegue de 5G, y eventualmente perjudicando los intereses de las empresas y consumidores de Estados Unidos".

La compañía también ha criticado a Estados Unidos por sus "restricciones irracionales", que según la compañía infringen los derechos de Huawei y podrían conducir a serias batallas legales en el futuro.

Fuentes le han dicho a Bloomberg que los ejecutivos de Huawei creen que están siendo utilizados como una "moneda de cambio" en la guerra comercial en curso entre Estados Unidos y China.

A principios de este mes, altos funcionarios estadounidenses y chinos se reunieron en Washington para negociar una resolución a la creciente guerra comercial entre los dos países. Cuando las negociaciones dieron un giro, Trump anunció un aumento de los aranceles sobre bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares para una amplia gama de productos que van desde minerales hasta alimentos y ropa. China respondió diciendo que aumentaría los aranceles sobre bienes estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares a partir del 1 de junio.

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