Las grandes tecnológicas se adelantan a los fondos de inversión en su apuesta por la IA

Ilustración sobre ChatGPT y OpenAI

 REUTERS/Dado Ruvic

  • Dos tercios de los más de 24.400 millones de euros que recaudaron las startups centradas en IA son de Amazon, Google y Microsoft, según Pitchbook.
  • La cifra representa la decidida apuesta de las grandes tecnológicas por esta tecnología y la prudencia que conservan los fondos de inversión.

No lo arriesgan todo, pero casi. Como jugadores de póker que acaban de recibir una buena mano, las grandes tecnológicas se han pasado 2023 redoblando su apuesta por la IA

Por contra, en un contexto macroeconómico marcado por la inflación y los tipos altos de interés, los fondos de inversión han preferido en muchos casos arrojar sus cartas, pasar de la jugada y poner pies en polvorosa. 

El resultado, según ha adelantado este miércoles el Financial Times con datos de la plataforma de información en inversión Pitchbook, es que solo Amazon, Google y Microsoft han invertido más en IA que todos los fondos de inversión juntos. 

En concreto, de los 24.400 millones de euros que se han invertido en esta tecnología en 2023, dos tercios, es decir, más de 16.000 millones de euros, se corresponden con lo puesto en la mesa por parte de estos tres gigantes. Los fondos de inversión convencionales cierran el año por debajo de los 10.000 millones de euros de inversión en IA.

A ello han contribuido de manera decisiva operaciones como la inversión de 10.000 millones de dólares de Microsoft en OpenAI, así como los miles de millones de euros recaudados por Anthropic, startup de IA levantada por exmiembros de OpenAI, tanto de Google, que anunció hace meses una inversión de 1.900 millones de euros en la empresa, como de Amazon.

No contento con su decisiva apuesta por OpenAI, la propia Microsoft también ha invertido junto con Nvidia 1.300 millones de dólares en Inflection, otra empresa emergente de IA generativa, en su intento de desbancar a rivales como Google y Amazon.

La tendencia tiene sentido por varias razones. La primera es que la IA es lo que se conoce en el ecosistema inversor como una tecnología intensiva en capital. Esto quiere decir que, antes de poder recoger resultados, los fondos deben invertir en las startups ingentes cantidades de dinero, algo que no está al alcance de todos.

En segundo lugar, las startups de IA tienden a asociarse con las grandes tecnológicas también por una cuestión de sinergias. Al fin y al cabo, de empresas como Google, Amazon y Microsoft pueden aprovechar no solo su dinero, sino su infraestructura, su tecnología en la nube y los chips que requiere la ingente potencia de cálculo de la IA.

A partir de aquí, como sucede con el marisco en Navidad, han obrado las leyes de la oferta y la demanda. A fuerza de meter billetes, las grandes tecnológicas han puesto a las startups basadas en IA en valoraciones que las han convertido en una inversión poco menos que inalcanzable para muchos fondos. 

Como muestra, OpenAI, cuya valoración se dice que supera ya los 80.000 millones de euros, el triple que hace un año.

"Incluso los principales inversores de capital riesgo del mundo, con decenas de miles de millones bajo gestión, no pueden competir para mantener la independencia de estas empresas de IA y crear nuevos competidores que desbanquen a las grandes tecnológicas", afirma al Financial Times Patrick Murphy, socio fundador de Tapestry VC, una empresa de capital riesgo en fase inicial.

"En el último año, hemos visto cómo el mercado se consolidaba rápidamente en torno a un puñado de modelos básicos, con la llegada de grandes empresas tecnológicas que han invertido miles de millones de dólares en compañías como OpenAI, Cohere, Anthropic y Mistral", explica a este mismo medio Nina Achadjian, socia de la empresa de capital riesgo estadounidense Index Ventures.

El repliegue de los fondos no afecta solo a la IA. 

Tal y como adelantaba este año Business Insider, en general los fondos corporativos le están ganando cada vez más terreno al capital riesgo. En concreto, la inversión del venture capital ha caído un 45% en Europa, según la consultora Atomico.

"Podemos permitirnos ser más pacientes porque buscamos mejoras radicales", resumía al respecto a Business Insider España Nicolas Sauvage, presidente de TDK Ventures, el brazo inversor del gigante tecnológico japonés TDK.

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