Ni siquiera los recién llegados a este mundo se libran de la contaminación: científicos californianos han encontrado sustancias químicas eternas en la sangre de mujeres embarazadas y en el cordón umbilical de sus bebés.

Las sustancias químicas eternas, también llamados "químicos para siempre" como los perfluoroalquilos y polifluoroalquilos son una familia de compuestos químicos sintéticos conocidos como PFAS, que contienen más de 4.700 moléculas sospechosas de tener graves impactos dañinos en la salud. 

Hay más de 12 000 tipos de productos químicos PFAS: no se descomponen de forma natural y persisten no solo en el medio ambiente, sino también en los cuerpos de los animales y las personas.

Estos componentes tienen un largo ciclo de vida y se emplean para la producción de plástico y una amplia gama de otras aplicaciones industriales. La investigación, publicada este miércoles en la revista Environmental Health Perspectives, pretende contribuir a comprender las consecuencias que tienen en la salud, según The Guardian.

La investigación, realizada por un equipo de la UCSF, halló múltiples sustancias químicas dañinas, incluidos tipos de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), en la sangre de 302 participantes embarazadas del estudio, así como en la sangre del cordón umbilical de sus bebés.

Al menos el 97% de las muestras de sangre contenían un tipo de PFAS conocido como PFOS, que durante mucho tiempo se ha asociado con múltiples problemas de salud graves, incluidos defectos de nacimiento. Otras sustancias halladas incluyen ácidos grasos anormales y otras sustancias químicas utilizadas para fabricar pesticidas, ciertos medicamentos y plásticos.

Los PFAS se han relacionado con problemas de salud como el cáncer, la disminución de la fertilidad y enfermedades renales. Están más extendidos de lo que crees: presentes en el papel higiénico, o en el agua de lluvia de cualquier parte del mundo. 

Algunos componentes químicos se asocian con preeclampsia, hipertensión y diabetes gestacional. Los ácidos grasos de cadena larga encontrados anteriormente solo se habían documentado en personas que padecían el síndrome de Reye, una afección grave que causa inflamación en el hígado y el cerebro, pero no en individuos sanos, anotaron los investigadores.

El trabajo, que fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud, el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental y la EPA, busca ser una "llamada de atención" para los legisladores con respecto a los efectos de la proliferación de productos químicos plásticos y PFAS, hallados en el agua potable de numerosas ciudades estadounidenses como Austin, Denver y Los Ángeles.

A principios de este mes, el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS), una unidad del Departamento del Interior de EE. UU., informó que el 45 % del agua potable de EE. UU. está contaminada con PFAS. 

No es el primer hallazgo preocupante en torno a embarazadas y recién nacidos: recientemente se descubrió la presencia de 11 productos de cuidado personal en el cordón umbilical, mientras que otros estudios han revelado microplásticos en la leche materna y también en la placenta. Preocupantes muestras de las consecuencias de la basura que generamos.