¿Demasiado pronto para alegrarse? Los fantasmas de la recesión reaparecen en Estados Unidos

Ilustración recesión

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  • En verano, Estados Unidos dio esperanzas de un "aterrizaje suave": una victoria sobre la inflación sin que los elevados tipos de interés hundieran la economía en una recesión.
  • Con el comienzo del otoño, el optimismo se está desvaneciendo cada vez más. El aumento de los precios de la energía, la caída de los beneficios y los elevados costes de los préstamos estudiantiles, por ejemplo, aumentan el riesgo de recesión.

Las esperanzas de que la economía estadounidense pudiera tener un aterrizaje suave se avivaron durante el verano, pero ahora las señales y tendencias vuelven a ser más negativas.

Aunque los tipos de interés se dispararan en los últimos 18 meses, un mercado laboral sólido y el elevado nivel de consumo hicieron que la economía estadounidense se mantuviera en movimiento. Esto hizo que los expertos y los inversores se sintieran un poco más optimistas respecto a la posibilidad de vencer a la inflación sin una recesión.

En una encuesta sobre política económica realizada en agosto, la Asociación Nacional de Economía Empresarial concluyó que el 69% de los economistas encuestados consideraba que un aterrizaje suave era al menos algo probable, frente al 30% de marzo. Asimismo, una encuesta realizada en julio por Bank of America reveló que el 68% de los gestores de fondos encuestados anticipaban una ralentización de la economía sin recesión.

En septiembre, la Reserva Federal alimentó esas esperanzas al mantener los tipos de interés sin cambios por primera vez desde el primer trimestre de 2022. Sin embargo, a medida que avanzó el mes, la economía se ha ido enfrentando a algunos vientos en contra que podrían oscurecer el cielo de ese breve momento soleado.

Durante el verano, reinó el optimismo económico

Los estadounidenses parecían sentirse seguros sobre el futuro de su dinero al gastar mucho durante el verano, especialmente en experiencias como la gira 'The Eras Tour' de Taylor Swift.

Con la ayuda de la gira de Swift —y del 'Rennaisance World Tour' de Beyoncé, así como de los estrenos de las películas Barbie y Oppenheimer— Estados Unidos entró en una era económica con un acertado calificativo: "ricitos de oro". Es decir, la economía no estaba ni demasiado caliente ni demasiado fría.

Prueba de ello son los sentimientos de los estadounidenses hacia la evolución de la economía. Aunque la confianza de los consumidores bajó en agosto, el número de personas que piensan que una recesión es algo o muy probable en los próximos 12 meses siguió bajando desde su nivel máximo de los últimos 12 meses alcanzado en primavera.

Probabilidad percibida de recesión en Estados Unidos en los próximos 12 meses.
Probabilidad percibida de recesión en Estados Unidos en los próximos 12 meses.

The Conference Board

La subida de los tipos de interés ha tardado en hacerse sentir, pero está empezando a llegar a su fin

Estas opiniones podrían cambiar en las próximas semanas y meses a medida que la presión de varios factores empiece a aumentar sobre el consumidor estadounidense.

JPMorgan escribió en una reciente nota de investigación que Estados Unidos podría haberse adormecido en la creencia errónea de que la inflación podría ser derrotada sin una recesión, "lo que ha dado lugar a la complacencia y la aceptación generalizada de la tesis del aterrizaje suave, o incluso del no aterrizaje", según escribieron los autores.

Eso podría deberse a que, como señalaba JPMorgan, el impacto de las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal se ha retrasado, algo que también ha sucedido en Europa.

Al comienzo de la subida de tipos, muchos consumidores, como los propietarios de viviendas, tenían asegurados tipos de interés hipotecarios bajos. Los estadounidenses también tenían un gran colchón de efectivo en ese momento, estaban disfrutando de un respiro en los pagos de préstamos estudiantiles, y es posible que tuvieran una demanda reprimida de ciertos servicios después de la flexibilización de las restricciones COVID.

Como dice el economista David Rosenberg, una recesión suele tardar seis meses en afectar a la economía después de que los tipos de interés suban de tal manera.

Aunque no se puede reemplazar el dólar de la noche a la mañana, puede erosionarse a través de un esfuerzo conjunto.

Los estadounidenses se están volviendo más cautos

Ahora, los compradores empiezan a dar señales de que, como mínimo, saben que las cosas siguen mal y se muestran más cautos.

La gente está gastando menos en artículos no esenciales y de gran valor en lugares como Costco. Incluso las tiendas de todo a cien están empezando a sentir la presión de un gasto más moderado, después de haberse beneficiado inicialmente de la inflación, ya que las personas más pudientes buscaron más valor.

Y otros factores van a empeorar la situación.

Un reciente sondeo de Bloomberg Markets Live Pulse concluyó que el 21% de más de 500 inversores pronosticaron que el consumo personal se contraería en el cuarto trimestre. Otro 56% afirmó que el consumo retrocedería a principios de 2024.

Los ahorros de la era de la pandemia se están agotando debido a los niveles récord de deuda en tarjetas de crédito, a la reanudación de los pagos de préstamos estudiantiles y a que está a punto de producirse el impacto retardado de la subida de los tipos de interés. Todo ello se suma a una tormenta perfecta de presión sobre los consumidores estadounidenses.

Los precios de la gasolina siguen disparándose —todavía lo hacen más en Europa—, y eso no sólo significa que los estadounidenses tienen menos dinero para gastar en otros sitios, sino que podría hacer que la inflación invirtiera su curso y empezara a subir de nuevo.

Además, está pendiente el cierre del Gobierno. El impacto inmediato sería la volatilidad en el mercado de valores y millones de trabajadores públicos sin sueldo. A principios de septiembre, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, se mostró optimista sobre la posibilidad de evitar una recesión, pero admitió que un cierre prolongado podría aumentar las posibilidades de una recesión.

Y aunque el público puede haber visto como una buena noticia la decisión de la Reserva Federal de no subir los tipos de interés en septiembre, hubo otros detalles preocupantes en el anuncio. El presidente de la Fed, Jerome Powell, insinuó que los tipos seguirían subiendo durante más tiempo, lo que hizo bajar a las bolsas. El S&P 500 va camino de su peor mes del año, y algunos expertos creen que es probable otra subida de tipos en noviembre.

Y aunque Powell dijo que un aterrizaje suave es "posible", también advirtió que podría ser decidido por factores "fuera de nuestro control."

La buena noticia es que los estadounidenses no parecen haber entrado en pánico, lo que ejercería aún más presión sobre la economía. La mala noticia es que quizá deberían estar más preocupados de lo que están.

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