Por qué la NASA no quería lapiceros a bordo de las naves espaciales: la verdadera razón que se esconde tras el mito

Wendy Lawrence muerde un bolígrafo mientras trabaja en la cubierta de vuelo del Discovery .
Wendy Lawrence muerde un bolígrafo mientras trabaja en la cubierta de vuelo del Discovery .
  • Seguro que alguna vez has escuchado la historia: la NASA gastando sumas ingente de dinero para dar con un bolígrafo antigravedad y los rusos solucionándolo con un lápiz. 
  • La realidad es que el bolígrafo capaz de escribir boca abajo, en condiciones extremas e incluso bajo el agua fue diseñado en 1965, pero por una empresa privada que después se lo ofreció a la NASA. De todos modos, los lápices no eran la mejor opción por los riesgos que conllevan en un entorno sin gravedad.

La solución al problema de la escritura ingrávida quizá sea uno de los mejores ejemplos sobre el poder de la sencillez y el ahorro. Escribir a mano en el espacio es necesario pero hacerlo no es tan sencillo. Cualquiera que haya probado un bolígrafo en posición vertical lo sabe. La ausencia de gravedad dificulta aún más la salida de la tinta.

Como cuenta una de las historias más populares que circula por internet, a mediados del siglo XX y en plena carrera espacial, la NASA invirtió millones en diseñar un bolígrafo espacial mientras que sus homólogos soviéticos optaron por solucionarlo con algo tan simple como utilizar un lápiz.

La anécdota es fabulosa, pero tiene un inconveniente. Es totalmente falsa. El problema de la escritura ingrávida no fue resuelto ni por la asombrosa simplicidad soviética ni por la ostentosa inversión estadounidense, sino por una buena idea y el dinero de una empresa privada.

Por qué la NASA no quería lapiceros a bordo de las naves espaciales

Recurrir a los lápices parece una solución obvia y fácil. Sin embargo este inocente instrumento en una nave espacial pasa a convertirse en un arma peligrosa

Entre las diversas cosas que no conviene que floten en el espacio, los lápices son una de ellas. Como explican en ScienceAlert, la mina podría romperse, lo que supone en sí un riesgo en un ámbito sin gravedad. 

"Pero tampoco se quieren virutas de madera inflamables flotando sueltas en una nave espacial, ni las partículas microscópicas de grafito conductor de la electricidad que se desprenden de un lápiz al escribir". Después de que un incendio acabara con la vida de los 3 miembros del Apolo 1 en 1967, el fuego pasó a ser un  problema serio de seguridad en las naves espaciales, y la NASA no lo trató a la ligera.

 

Ahora bien en los orígenes, es decir en los 60, tanto los astronautas estadounidenses como los soviéticos usaban lápices. De hecho, en 1965 la NASA ordenó 34 lápices mecánicos a Tycam Engineering Manufacturing, Inc, por los que pagaron 4.382,50 dólares, relata Scientific American.

Cuando estos precios se hicieron públicos la noticia no gustó lo que seguramente dio pie a la leyenda del boli de la NASA y el lápiz ruso.

 El Fisher Space Pen, el bolÍgrafo del Apolo 7

Los bolígrafos de la época también eran peligrosos. La razón es que pueden gotear y esos restos de tinta flotando en el ambiente es otra de las cosas que no quieres en una cápsula espacial.

La NASA comenzó a investigar cómo crear un bolígrafo que funcionara en condiciones de ingravidez y temperaturas extremas. Pero cuando intuyeron que dar con ello supondría una suculenta inversión, la idea fue desterrada. 

Es entonces cuanto entra en escena Fisher Pen Company. La empresa se puso a trabajar de forma independiente en un diseño, y una vez creado el  bolígrafo espacial "antigravitatorio" AG-7 se lo ofreció a la NASA.

Estos bolígrafos utilizan cartuchos de tinta a presión y pueden funcionar en una serie de condiciones en las que un bolígrafo normal tendría problemas: temperaturas muy variables, boca abajo, bajo el agua o sobre grasa. Además duran 3 veces más que un bolígrafo medio, con una vida útil estimada de 100 años, según la compañía.

Tras someterlos a rigurosas pruebas, la NASA decidió adquirirlos para las futuras misiones Apolo. De esta manera el Fisher Space Pen debutó en el Apolo 7 en 1968 y  ha estado presente en todos los vuelos espaciales tripulados de la NASA desde entonces.

Este modelo se sigue utilizando en la actualidad, pero los integrantes a bordo de la Estación Espacial Internacional tienen hoy en día muchas más opciones. Disponen de bolígrafos Sharpie de varios colores y también de lápices mecánicos, no de madera, especificó Clayton Anderson, astronauta de la NASA, en una publicación de Quora.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.