He viajado por primera vez en un crucero de lujo por el Mediterráneo: 5 razones por las que merece la pena pagar los 5.000 euros que cuesta

The author leans against the side of a cruise ship with blue skies behind her.
Joey Hadden/Business Insider
  • El verano pasado me embarqué en mi primer crucero de lujo con la compañía Virgin Voyages, exclusiva para adultos.
  • Reservé un crucero de siete días por el Mediterráneo en un camarote con balcón por 5.900 dólares.

He vivido muchas experiencias de viajes de lujo, desde alojarme en hoteles frecuentados por famosos hasta pasar una noche en el Orient Express del siglo XXI.

Si algo he aprendido de estos viajes es que algunas ofertas de lujo merecen la pena, y otras no.

En 2023, hice un viaje de lujo que merecía totalmente la pena por su elevado precio: un crucero por el Mediterráneo de 5.900 dólares solo para adultos con Virgin Voyages, una compañía de cruceros que ya ha recibido varios premios por todo, desde los camarotes hasta los barcos, después de tan solo tres años en funcionamiento.

Hice el crucero de siete días desde Barcelona en el barco Valiant Lady, que tiene una capacidad máxima de 2.700 huéspedes. Navegamos a puertos de Italia, Francia y España.

Seis meses después de mi crucero, sigo pensando en los detalles de lujo que hicieron que mereciera la pena pagar el precio.

El verano pasado hice un crucero de lujo solo para adultos con Virgin Voyages

El buque Valiant Lady de Virgin Voyages atracado en Ibiza.
El buque Valiant Lady de Virgin Voyages atracado en Ibiza.Joey Hadden/Insider

Era el segundo crucero de mi vida, tras un viaje de siete días a bordo del Wonder of the Seas de Royal Caribbean.

Después de ese primer crucero, quería experimentar una versión de lujo de este estilo de vacaciones. Reservé con Virgin Voyages porque es una línea de cruceros exclusiva para adultos.

Desde el momento en que subí a bordo, me maravilló el diseño moderno y armonioso con elementos artísticos

Inside. a cruise ship lobby are white walls and a circular ceiling feature with blue and purple lights shining down
Joey Hadden/Business Insider

El barco, de 278 metros de eslora, contaba con 17 cubiertas repletas de camarotes, locales, restaurantes y actividades.

Todas las estancias estaban cuidadosamente decoradas con muebles elegantes, esculturas únicas y luces multicolores.

Me di cuenta de la temática del diseño en todo el barco. El atrevido color rojo característico de la marca estaba siempre a la vista. A menudo, contrastaba con otros colores llamativos, desde rosas y verdes hasta azules y morados. La mayoría de los espacios también presentaban paneles iridiscentes, que añadían un resplandor de arcoíris que me hacía sentir envuelta en lujo.

Explorar el barco era como pasear por una obra de arte, o como estar en una película sobre ricos. No faltaban momentos para hacerse fotos dignas de Instagram y sentirse como un auténtico VIP.

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Incluso el camarote era elegante y estaba repleto de detalles VIP

L: The author sits on a bed with white sheets and a red pillow on the left. Behind her is the cruise ship cabin R: the author in a black top and blue shorts relaxes in a red hammock
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Reservé un camarote de categoría media con balcón al mar por 5.910 dólares (5.465 euros). Estaba un nivel por encima de un camarote con ventana y un nivel por debajo de una suite.

En cuanto entré en el camarote de 21 metros cuadrados, me sorprendió lo espacioso que parecía. Los muebles modernos combinaban con el diseño de las cubiertas comunes, y el camarote estaba lleno de trucos para ahorrar espacio.

Un sofá de dos plazas se transformaba en una cómoda cama de matrimonio. Un armario oculto tras una cortina iridiscente dejaba ver cajones y compartimentos vacíos.

También había detalles de alta gama que me hicieron sentir rodeada de lujo de la mañana a la noche, como un cabezal de ducha de lluvia y una tablet para controlar la iluminación ambiental, las cortinas y la televisión.

Pero lo mejor del camarote era el balcón. Cuando reservé el camarote, simplemente esperaba una vista amplia frente a la que pararme mientras sentía la brisa en la cara.

Era mucho más que eso.

En el balcón, encontré una pequeña mesa con dos sillas y una hamaca grande y acogedora. Pasar tiempo en el espacio al aire libre viendo puestas de sol, divisando islas, y obtener una vista previa de cada parada portuaria antes de desembarcar hizo que el precio mereciera la pena.

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En las cubiertas comunes me relajé al máximo gracias a la ausencia de niños

The author lays on a white bed on a cruise ship deck with a plunge pool behind her.
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Los cruceros de Virgin Voyages son solo para mayores de 18 años. Como viajaba en pareja –y no tengo hijos–, me entusiasmaba la idea de descansar en las tranquilas cubiertas de las piscinas, cenar en restaurantes relajantes y tener acceso a una serie de actividades para adultos.

Y eso es exactamente lo que obtuve.

Las actividades del barco dirigidas a los adultos fueron sorprendentes y divertidas

An empty deck on a cruise ship with a black seesaw, swings, and  a red staircase
Joey Hadden/Business Insider

El barco estaba repleto de actividades para adultos, tanto en el interior como al aire libre. Una sala de juegos en el interior estaba llena de mesas alargadas, juegos de mesa y rompecabezas. Un salón recreativo con carreras virtuales y máquinas retro despertaba la nostalgia.

En el exterior, había una cubierta con dos grandes piscinas y otras más pequeñas.

Todas las instalaciones me parecieron encantadoras, pero nada sorprendentes.

Pero en un crucero sin niños, no esperaba encontrar una zona de juegos para adultos.

En una de las cubiertas superiores del barco, encontré columpios y balancines para adultos, un futbolín, una cancha de baloncesto y un ajedrez gigante. Me divertí mucho jugando sin ningún niño a la vista.

Junto a la zona de juegos había un montón de equipamiento deportivo inspirado en los años veinte, desde un ring de boxeo y sacos de boxeo hasta bancos y barras para hacer un entrenamiento de fuerza.

Aunque me mantuve alejada del gimnasio cubierto del barco porque no me gusta hacer ejercicio durante las vacaciones, disfruté dando patadas y puñetazos a los sacos de boxeo. Era tan diferente del ejercicio que hago en casa que me olvidé de que estaba haciendo ejercicio.

Cada escala portuaria fue única y memorable

Imágenes de las excursiones a Marina di Carrara (izda.) e Ibiza (dcha.).
Imágenes de las excursiones a Marina di Carrara (izda.) e Ibiza (dcha.).Joey Hadden/Business Insider

Navegando por el Mediterráneo, hay una gran variedad de escalas portuarias. Nosotros nos detuvimos en cuatro, y cada uno tenía características que lo diferenciaban del resto.

Quizá la parada más singular fue Marina di Carrara (Italia). Hice una excursión por una cadena montañosa de mármol para ver las canteras donde artistas como Miguel Ángel viajaban en busca de los mejores materiales.

Pero el puerto que más me sorprendió fue el último: Ibiza.

No esperaba otra cosa de la "capital mundial de la fiesta" que un ambiente de clubes nocturnos, así que me sorprendieron los llamativos edificios de la ciudad y sus vistas al mar mientras paseaba por sus calles empinadas. Me hipnotizó el casco antiguo de Ibiza, donde vi calles empedradas, catedrales renacentistas y murallas del siglo XVI bordeadas de cañones.

De pie sobre el bastión de Santa Lucía, en Ibiza, durante la última puesta de sol de mi viaje, me sentí como en un libro de cuentos. Mientras disfrutaba de las vistas de la isla, pensé en lo especial que me había parecido todo el viaje, desde los destinos hasta el propio barco.

Echando la vista atrás, el precio mereció la pena y estoy deseando volver a navegar con Virgin Voyages.

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