Hace unos meses, decidí profundizar un poco más en las emociones que me provocan mis finanzas.

Me di cuenta de que me invadía una sensación de miedo cada vez que tenía que tomar decisiones financieras, desde realizar nuevas inversiones hasta cerrar cuentas bancarias antiguas que ya no necesitaba para nada. 

Por eso decidí reunirme con la Dra. Erika Rasure, una terapeuta especializada en gestiones financieras, y averiguar cómo puedo gestionar la ansiedad que me produce tomar decisiones cruciales sobre mi dinero.

El problema: me da mucha ansiedad gastar dinero

Cuando le conté a la Dra. Rasure mis hábitos y miedos relacionados con el dinero —que van desde no tener suficiente en mi fondo de emergencia, hasta ser una gastadora muy precavida—, me dijo que muchos de nuestros hábitos relacionados con el dinero se forman a los 7 u 8 años.

"Primero, empieza a entender cuáles son tus límites con el dinero frente a los límites que te han enseñado otras personas y con los que puede que no estés de acuerdo", me explicó.

Guía para empezar a ahorrar

Entonces, me hizo una serie de preguntas para reflexionar: ¿qué hábitos financieros aprendí de mis padres que quiero dejar atrás? ¿Cuáles quiero mantener? Esto me sirvió para identificar que mi reticencia a gastar dinero en general viene de cómo veía a mis padres gastar con mucha cautela cuando yo era pequeña.

A día de hoy, aunque hacer mi presupuesto y ahorrar dinero son hábitos financieros que quiero mantener, ponerme excesivas restricciones al gasto realmente me frena a tomar estas decisiones, sobre todo cuando son cosas necesarias y que afectan a mi salud y seguridad. Por ejemplo, medicamentos no cubiertos por el seguro o una cámara de vigilancia para mi casa.

La solución: reescribir mis historias con el dinero

"Reescribir nuestras historias con el dinero nos ayuda a entender por qué hacemos lo que hacemos", explica. "Dos de los guiones que siempre se repiten sobre el dinero son 'no merezco tener dinero' y 'nunca tengo suficiente dinero'". 

"Si te sientes culpable por gastar, puedes intentar esclarecer tus pensamientos en el contexto de estos dos escenarios sobre el dinero, y así aprender a profundizar un poco más en cómo tus sentimientos sobre el gasto de dinero están asociados a las historias sobre el dinero que has interiorizado a lo largo de tu vida".

Por ejemplo, en mi caso, explica la Dra. Rasure, como mis padres me dijeron que debía ser muy prudente comprando cosas motivadas por el deseo, de adulta me cuesta gastar dinero en objetos que, si bien no son imprescindibles, mejoran mi calidad de vida. Y cuando gasto dinero en cosas porque simplemente me gustan, me siento culpable o egoísta.

Desde que fui a consulta, lo que hago es replantearme esas preguntas cuando estoy valorando o pospongo la compra de algo que realmente necesito simplemente porque es caro. Así, me intento quitar parte de esa ansiedad con las historias que tengo con el dinero y tomo mejores decisiones.

Mi bebé estaba congestionado y quería comprarle un nebulizador que costaba unos 45 euros. Pospuse la compra por el precio que tenía. Pero entonces me di cuenta que estaba volviendo a viejos hábitos y que realmente tenía motivos para comprarlo. El primero de todos, que era algo que necesitaba (ningún otro remedio casero funcionaba) y, segundo, que me lo podía permitir. 

Eso me ayudó a actuar más rápido y a comprar el producto para mi bebé.

El problema: me da miedo mover mi dinero

La última vez que revisé mis finanzas, me di cuenta de que había muchos movimientos que planeaba hacer hace meses y que no los hice porque tenía miedo. 

Quería vender unas acciones que compré hace años y sacar dinero de una cuenta de ahorros que me estaba dando muy pocos intereses. Pero me sentía atascada e incapaz de hacer esos simples movimientos. Y, claro, quería saber por qué.

La Dra. Rasure me sugirió entonces que valorase la posibilidad de que estuviera sufriendo un poco de parálisis en la toma de decisiones, lo que me lleva a pensar demasiado mis decisiones hasta el punto de que parece más cómodo no hacer nada.

"El miedo es un motivador para quedarse atrapado", advierte. "Lo primero que hay que hacer es parar, reducir la velocidad y superarlo. Averigua qué te impide tomar esas decisiones: ¿es falta de educación, procrastinación o una mentalidad que arrastras de tu pasado?".

La solución: dar pequeños pasos

Una vez que identificas el motivo por el que te sientes incapaz de hacer algo, puedes dar un pequeño paso adelante.

Por ejemplo, no he vendido mis acciones individuales porque no sé qué quiero hacer con el dinero. Entonces, me recomendó que buscara inversiones con un nivel de riesgo con el que me sintiera cómoda, me reuniese con un asesor financiero para que me aconsejara o que lo pusiera en un lugar seguro (como una cuenta de ahorro de alto rendimiento) hasta que estuviera preparada.

"Identifica el miedo, averigua qué lo desencadena y elige una acción con la que te sientas cómoda", anima la Dra. Rasure. "Para progresar, cuando luches contra el miedo, piensa en pequeño y celebra los pasitos de bebé que vayas dando por el camino".

El problema: me preocupa mezclar mis finanzas con mi pareja

Una de las cuestiones que ronda a mis finanzas que se está convirtiendo en algo prioritario son las finanzas conjuntas con mi pareja. Llevamos casados casi tres años y tenemos un bebé. A día de hoy, mantenemos el 90% de nuestras finanzas separadas. Sólo tenemos una cuenta corriente y una tarjeta de crédito comunes.

Una de las principales razones por las que temo mezclar las finanzas es porque tengo miedo de perder mi independencia financiera o no tener una red de seguridad a la que recurrir si ocurre algo en mi matrimonio. Pero no he sido del todo sincera sobre por qué me siento así. 

"Un buen primer paso es ser transparente con tu pareja acerca de por qué tienes miedo de perder tu autonomía sobre el dinero con la fusión de vuestras finanzas", me dijo la experta. "En lugar de combinar el 100% de las finanzas y sentir culpa o vergüenza, lo que podéis trabajar es en encontrar un terreno común".

La solución: hablar abiertamente y tener objetivos comunes

La terapeuta lo que me recomendó fue fijarnos objetivos financieros mutuos como matrimonio y que fuéramos dando pequeños pasos para alcanzarlos. También que reconsideremos nuestros valores financieros como cónyuges y como individuos y que utilicemos esos valores para enmarcar la creación de nuestros objetivos.

La Dra. Rasure también ha hecho especial hincapié en que es importante revisar nuestros valores y objetivos con regularidad para asegurarnos de que siguen siendo una prioridad, porque pueden cambiar a medida que la vida evoluciona.

"Ser flexible y creativo, junto con ser auténtico y transparente, mantiene abiertas las líneas de comunicación y reduce la probabilidad de que se acumule algún resentimiento", dice la Dra. Rasure. 

"En esta conversación podríais decidir que, durante el próximo año, vais a trabajar para llegar a combinar el 75% de vuestras finanzas. O puede que decidan que lo mejor para ustedes es mantener separadas el 90% de sus finanzas. Lo más importante es que tú y tu pareja sepáis cuáles son las expectativas y por qué hacéis las cosas que hacéis para que podáis hacerlas juntos, y no a ciegas".