He creado varias fotos con IA para mis perfiles profesionales y mi currículum: los resultados han sido al mismo tiempo horribles y divertidos

Redactar un currículum atractivo a la hora de buscar trabajo es una tarea complicada, pero hacerse la foto adecuada que acompañe a la vida laboral tiene la misma dificultad. 

El retrato que incorporemos junto a nuestra carta de presentación principal para aplicar a nuevos puestos debe ser profesional y no vale cualquiera que tengamos por la galería y salgamos bien. Por ello, muchas personas recurren a profesionales para hacerse una foto más formal, pero puede ser caro.

No todo el mundo está dispuesto a pagar mucho dinero por una instantánea, pero sí es preferible que la foto tenga un aspecto profesional. Al fin y al cabo, en LinkedIn es donde muchos posibles reclutadores, clientes y empleadores te ven por primera vez. Sin querer parecer superficial, tu foto importa. 

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Por eso, cuando vi en TikTok que había una herramienta de IA que aseguraba hacer retratos profesionales por un precio relativamente razonable, decidí ver si era verdad. 

El resultado de las imágenes generadas por inteligencia artificial ha sido terrible: manos de más, dedos de salchichas y ojos de muerta. Sin embargo, el experimento ha sido una victoria porque dentro de algunos retratos horribles, había algunas buenas fotos. Merecía la pena intentarlo. 

Al fin y al cabo, no soy más que una madre trabajadora, cuarentona y ligeramente vanidosa que quiere tener un aspecto medianamente decente en LinkedIn. 

El problema es que no todas las fotos han sido precisamente para subirme la autoestima, algunas han sido tan horribles como divertidas.

Fotos profesionales desde la comodidad de casa

La plataforma que ofrece este servicio es Try It On AI, una herramienta muy sencilla de usar: creas una cuenta online, pagas 17 dólares (unos 15 euros) y subes al menos 10 fotos tuyas. La plataforma recomienda adjuntar más de 10 fotos, pero con esas 10 se pueden generar hasta 100 retratos en 72 horas. 

Elegir las fotos que quería subir me llevó mucho tiempo. He de decir que casi el mismo que ir a un estudio y hacerme las fotos, es decir, algo más de una hora. 

La página web de la herramienta recomienda subir primeros planos tomados de pecho a cabeza. No puedes llevar sombrero ni gafas de sol, y si envías fotos borrosas, pixeladas o tomadas desde ángulos extraños, los resultados se verán afectados.

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Seleccioné mis fotos cuidadosamente. En mi opinión, el retrato perfecto para un perfil profesional es el que transmite ser una persona sería, pero que tampoco es alguien creído o demasiado frío. Quería parecer diligente y trabajadora, el tipo de periodista que cumple sus plazos, pero que también es capaz de abrirse a nuevos mundos. 

También había otros aspectos a tener en cuenta. Existe una discriminación acentuada a la hora de buscar trabajo cuando pasas la barrera de los 35 años. Eres joven, pero no lo suficiente para el mundo laboral centrado en la tecnología y que busca perfiles jóvenes y frescos. Así que quería que mis retratos fueran fieles a mi edad, pero no que me envejeciera prematuramente.   

Los estudios sugieren que las mujeres también se enfrentan a retos adicionales. Lo que yo considero una imagen apropiada sería una que transmitiese calidez personal, pero según las investigaciones, las personas atractivas tienen más probabilidades de ser llamadas para una entrevista. Sin embargo, esto nunca debe exagerarse si hablamos de IA. 

La feminista que llevo dentro es reacia a doblegarse, pero la realista que también hay en mí es más práctica.

Consideré todos estos retos mientras buscaba las fotos que debía subir a la plataforma y mientras me daba cuenta de que ninguna era lo suficientemente buena. Pero al final, todo eso no importaba en absoluto.

Glamour, profesionalidad y brazos de Michelle Obama

Los resultados de los retratos fueron a ratos agradables, a ratos horripilantes y algunos francamente ridículos y graciosos. En realidad, es muy divertido ver fotos de gente que se parece a mí, que lleva ropa que no tengo y que hacen expresiones faciales que yo no hago. 

Sin más preámbulos, aquí están algunos de los grandes éxitos:

Este es el que más me ha hecho reír. El cuello de tortuga negro fue popularizado por primera vez por el cofundador de Apple, Steve Jobs. Más tarde, Elizabeth Holmes, la fundadora de la empresa de análisis de sangre Theranos, lo adoptó y, según el New York Times, se convirtió en un símbolo de fraude. Así que no creo que sea la elección más inteligente para un retrato.

El toque glamuroso de esta foto también me pareció divertida. Sería un buen retrato si la cadena ABC volviese a emitir la serie de televisión Cougar Town, pero le falta cierta profesionalidad. Además, los brazos ultradefinidos de Michelle Obama no parecen adecuarse a una foto para un perfil profesional.

Aunque aprecio esos pómulos perfectamente esculpidos y los pendientes me encantan, la persona de esta imagen no se parece en nada a mí.

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Con esta me pasa lo mismo con el añadido de que esa sutil expresión facial no entra dentro de mis características. Pero me gusta ese abrigo.

Esta se lleva el primer premio. Este será el aspecto que tenga dentro de un par de décadas, cuando me hayan crecido las manos y mis dedos hayan evolucionado para escribir más rápido. 

Solo estas 2 creo que son las que más se parecen a mí y tienen el aire profesional adecuado. Mi marido, que ve mi cara más que yo, también las aprueba.

Vale. Es evidente que son una versión de mí en mis mejores días. Pero he conseguido 2 fotos útiles para poner tanto en mi currículum como en mis perfiles profesionales y han hecho que merezca la pena pagar los 15 euros. 

Para los retratos que no se adaptaron a los criterios mínimos, han merecido la pena las risas.