La historia de Berta Lázaro, cofundadora de TeamLabs: "La conciliación familiar no existe"

Berta Lázaro

TeamLabs

  • Berta Lázaro es la cofundadora de TeamLabs, un laboratorio de emprendimiento que, junto con la Universidad de Mondragón, trata de dar herramientas a los jóvenes que lideran las empresas.
  • Arquitecta de formación, conoce de primera mano las dificultades que tienen una nueva generación de emprendedores para sacar adelante sus empresas y su proyecto de vida.
  • Esta entrevista forma parte del espacio que Business Insider España dedica al liderazgo de las mujeres. Puedes leer más en Fundadoras.

Probablemente, pocas personas conozcan mejor que Berta Lázaro, cofundadora del campus de innovación y emprendimiento TeamLabs, la realidad que vive una generación entera de jóvenes que, por una parte, sueña con liderar su propio proyecto empresarial, pero que, por otra, padecen los problemas de un mundo que exige cada vez más de ellos.

Y eso, hablando solo del ámbito profesional. Aspirar también a desarrollar un proyecto de vida es para muchos poco menos que un imposible: "La conciliación no existe. Así de claro. Tener una empresa y tener un hijo son dos trabajos distintos que exigen que vuelques casi cada célula del cuerpo. No sé cómo hay gente que llega a todo".

Arquitecta y diseñadora de formación, Lázaro supo pronto que el suyo no iba a ser un camino fácil: "En las obras veían que era joven y que era mujer y me trataban como si no tuviera ni idea", cuenta por teléfono a Business Insider España.

Pronto recaló en el mundo del emprendimiento de la mano de la Universidad de Mondragón para terminar cofundando TeamLabs, una cooperativa de enseñanza especializada en crear laboratorios con equipos de jóvenes empresarios que van aprendiendo a resolver problemas por vía directa.

En esencia, esto quiere decir que aprenden haciendo: nada de lejanos casos hipotéticos ni de pesadas clases teóricas. En TeamLabs, cada equipo monta de verdad su proyecto empresarial, con todos los retos que ello conlleva.

"Queremos generar espacios de creación y experimentación y borrar la barrera entre la universidad y la empresa con aprendizaje constante. La famosa épica emprendedora al final son personas con pensamiento afín y un propósito que sirva a la sociedad", resume Lázaro, que cuenta con más de 10 años de experiencia como parte del ecosistema.

Sabe, por tanto, perfectamente las tendencias que hay y lo que se cuece. Y conoce también, mucho mejor que muchos, los mensajes que les llegan por redes sociales a los más jóvenes. Esto ha despertado en ella una preocupación: muchos discursos llegan viciados, pervertidos.

Mujeres emprendedoras.

"Lo que les llega a los jóvenes es que lo mejor que hay en el mundo es hacerse rico. El algoritmo de Instagram manda mensajes nocivos: que si el éxito en cinco pasos, que si las criptomonedas, que si haciendo tal cosa ganas dinero seguro… Nosotros en TeamLabs les decimos lo contrario, que para conseguir algo hay que trabajar mucho y currárselo".

¿Y cómo interpretan las emprendedoras más jóvenes estos mensajes? "No las interpelan. La imagen del emprendimiento sigue siendo esencialmente masculina. Antes era de alguien joven llevando chaqueta y zapatillas y ahora piensan en Zuckerberg, Musk, Jobs... Son todo hombres. A las mujeres se las vincula con el autoempleo, con volverse influencer y esas cosas", explica Lázaro.

"Hay muchas chicas que se sienten muy empoderadas y me dicen: 'Berta, no pasa nada'. Otras son más conscientes de este tipo de dinámicas y están algo más preocupadas porque ven que, en efecto, están pasando muchas cosas que tienen que ver con ellas".

La proliferación de estos mensajes hace mella: "Aunque no me gusta demasiado hablar de los problemas que tenemos las mujeres porque en realidad tenemos oportunidades maravillosas, es verdad que a los chicos se les termina escuchando más, aunque eso es algo que tratamos de trabajar desde TeamLabs", comenta Lázaro.

Son dinámicas que vienen de lejos: "Yo he sido afortunada porque cuando hay un equipo este tipo de cuestiones muchas veces se neutralizan. Mi proyecto era nuestro proyecto. He sido emprendedora en un equipo muy igualitario. Era la más joven, la que venía sin experiencia, pero pude hablar".

"Incluso así, a veces cuesta dar una opinión. Yo he vivido el famoso síndrome de la impostora, y me ha llevado a los demonios encontrarme con el famoso techo de cristal. No daba crédito, porque por educación me enseñaron a pensar primero si yo estaba haciendo algo mal. Pero después ves parámetros objetivos, y el jefe tiene complicidad con quien la tiene".

María Berruezo

Son situaciones que van cambiando, aunque muy poco a poco, incluso entre quien es capaz de ver estos problemas: "Incluso en TeamLabs, que somos bastante sensibles a estas cuestiones, cometemos torpezas. El otro día hicimos un acto y no había ninguna chica en el escenario. Es verdad que hay más chicos, pero entre un 35% de alumnas seguro que alguna podría haber participado".

Para Lázaro, todo pasa por que las mujeres se mentalicen de que también deben explicar sus proyectos: "Me peleo conmigo misma porque a veces me da pereza enfrentarme a los medios. Me da apuro, vergüenza. Por lo que comentaba antes de la falta de conciliación, las mujeres siempre estamos enredadas en otras cosas, no queremos salir a hablar de lo buenas que somos".

Para la emprendedora, se trata de un esfuerzo que hay que hacer, entre otras muchas cosas, porque tiene claro su diagnóstico: "No falta formación. Faltan mujeres que sean referencia".

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