La humanidad está cerca de grandes avances científicos, pero a nadie le importa: necesita un 'momento ChatGPT'

Hasan Chowdhury
| Traducido por: 
- Actualizado:
Científicos del Gobierno de EEUU habrían obtenido por segunda vez en la historia un aumento de energía durante una reacción de fusión, en un posible gran avance.
Científicos del Gobierno de EEUU habrían obtenido por segunda vez en la historia un aumento de energía durante una reacción de fusión, en un posible gran avance.

Damien Jemison/Lawrence Livermore National Laboratory

  • La humanidad podría estar a punto de lograr grandes avances en múltiples áreas de la ciencia: la inteligencia artificial, los semiconductores a temperatura ambiente y la fusión nuclear.
  • ChatGPT ha dejado una lección que puede aprovecharse: la gente se entusiasma con el progreso cuando entiende lo que significa.

Hace exactamente una década, en la reunión anual del Milken Institute en 2013, un debate entre algunas de las figuras más poderosas de Silicon Valley sopesó una cuestión crítica: ¿dónde está lo bueno?

Peter Thiel, inversor multimillonario y panelista en el evento, consideró que era justo preguntarse si todo lo que la innovación podía ofrecer eran iPhone que permitieran a la gente enviar fotos de su gato al otro lado del mundo. En su opinión, no es la razón más convincente para ser un 'tecnooptimista'. 

No es una actitud sorprendente del hombre que también dijo "queríamos coches voladores; en lugar de eso tenemos 140 caracteres".

Afortunadamente para Thiel, puede que lo bueno esté por llegar. Pero los técnicos y científicos tienen que mejorar el marketing de sus productos.

Casi todos los usuarios habituales de internet habrán comprendido, en masa, el potencial de la inteligencia artificial (IA) gracias al lanzamiento por OpenAI de ChatGPT, una aplicación de chatbot que da vida a los grandes modelos lingüísticos (LLM) GPT-3.5 y GPT-4 subyacentes de la empresa.

La IA ya está acelerando el desarrollo de medicamentos: así mejora la investigación de nuevos fármacos

Los LLM existen desde hace años, pero el consumidor medio solo ha comprendido su importancia cuando ha podido ver de forma tangible lo potentes que pueden llegar a ser. Esta comprensión masiva ha impulsado sin duda el campo de la IA.

Otros descubrimientos que también cambiarán la sociedad pueden estar en camino y deberían provocar el mismo entusiasmo entre el público.

El mes pasado, en Corea del Sur, unos investigadores anunciaron el descubrimiento del primer superconductor del mundo a temperatura ambiente y presión ambiental: un material similar a la roca conocido como LK-99. Si es real, podría acabar con las ingentes cantidades de residuos eléctricos que tenemos hoy en día y abrir, en opinión de sus investigadores originales, "una nueva era para la humanidad".

Dado que los hallazgos no han sido sometidos a revisión por pares, el anuncio se ha recibido primero con escepticismo. Un artículo presentado el 6 de agosto por investigadores de la Universidad de Pekín (China) sugiere que el entusiasmo inicial podría ser exagerado. Se sigue intentando reproducir la creación de un superconductor a temperatura ambiente. Sin embargo, pocas personas comprenden la importancia del descubrimiento de un superconductor a temperatura ambiente.

También se ha sabido que científicos estadounidenses han logrado por segunda vez "una ganancia neta de energía en una reacción de fusión", según Financial Times, lo que da más peso a los argumentos de los defensores de la energía nuclear, que afirman que no hay nada que temer de ella y que es una buena fuente de energía verde.

La ciencia dura necesita buenas relaciones públicas y marketing

El chatbot de OpenAI ha alcanzado un nivel de popularidad poco común. Puede que hagan falta esfuerzos similares para traducir los descubrimientos de las ciencias duras en beneficios tangibles para el ser humano medio.

Otro problema, según la multitud aceleracionista de Silicon Valley, es el aparente miedo al progreso.

Marc Andreessen, capitalista de riesgo y copanelista de Thiel en la conferencia del Milken Institute en 2013, ha opinado durante un podcast emitido recientemente que el mundo se ha "bifurcado en dos dominios" desde la década de 1970 que han dividido dónde se puede progresar y dónde no.

En opinión de Andreessen, el mundo de los "bits" que constituye todo, desde internet a las redes sociales, ha experimentado asombrosos saltos hacia adelante, mientras que el mundo de los "átomos" que constituye cosas como la energía nuclear se ha perdido en décadas de estancamiento. 

"Si estás en el mundo virtual es como 'wau'. Es increíble, todo es espectacular. En el momento en que te subes a un coche, en el momento en que enchufas algo a la pared, en el momento en que comes alimentos, sigues viviendo en los años 50", compara.

 

Ese estancamiento se produce en parte, según Andreessen, por lo que ocurre cuando una nueva tecnología interactúa con los sistemas sociales: "Lo que hace es amenazar con poner patas arriba el orden social", explica en el podcast Hermitix.

Las innovaciones en el mundo atómico parecen tener aún más consecuencias que las del mundo digital, en opinión de Andreessen, que afirma que por eso hubo prohibiciones de nuevas centrales nucleares en los años 70 en lugares como California (EEUU).

El impacto de cualquier nueva tecnología en la sociedad debe examinarse a fondo. Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, ha sido sometido a duras pruebas por el Congreso estadounidense y otros legisladores de todo el mundo sobre el impacto potencial de la IA en el empleo, la desinformación y la posibilidad de influir en las elecciones. 

Sin embargo, si Andreessen y los de su índole quieren que el público en general se entusiasme con la energía nuclear y los superconductores, tienen la respuesta en su propio patio trasero, en ChatGPT. Los seres humanos necesitan ver y comprender por sí mismos los beneficios del progreso.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.