Los fabricantes de móviles han evolucionado en paralelo al MWC: así ha cambiado el negocio desde la Nokia de 2006 hasta los gigantes de hoy como Apple y Samsung

Este 27 de febrero comienza el evento de tecnología y telecomunicaciones más importante que se celebra actualmente en España y en Europa: el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona. La edición de 2023 roza la mayoría de edad, ya es la decimoséptima y la primera edición tuvo lugar allá por el año 2006.

Seguramente ya te imaginas que la feria ya ido creciendo mucho en importancia desde aquel primer evento organizado en 2006 hasta ser la feria actual, que en 2019 atrajo a 109.000 personas a Barcelona solo en asistentes y que tiene un impacto económico millonario, además de ser la referencia del sector tanto para fabricantes de móviles como operadores.

Por eso no te voy a hablar de eso, sino de lo muchísimo que ha cambiado el sector de los fabricantes de móviles desde el primer Mobile World Congress hasta hoy. Te hablaré sobre 18 años que, si echamos la vista atrás, han dado para bastante.

A continuación te cuento los principales cambios de una industria que en 2006 ya era muy importante pero que en la actualidad se ha convertido en una de las más prósperas y extendidas del mundo: la de fabricar smartphones.

Del trono de Nokia al de Samsung: así han cambiado las marcas que dominan el mercado, desde 2006 hasta hoy

En 2006, cuando la GSMA decide cambiar el formato de la feria que celebraba antes y cambiar su sede en Barcelona, los smartphones (y las icónicas BlackBerry) ya existían pero la mayoría de las personas seguíamos utilizando móviles sin conectividad a Internet, que nos servían para hacer llamadas, mandar SMS y poco más.

En línea con esto, las marcas líderes también eran otras diferentes a las actuales.

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En 2006, la marca más vendida del mundo era la finlandesa Nokia, con 105,5 millones de unidades y una impresionante cuota del 35,8% del mercado, según datos del analista IDC. Hoy Nokia sigue en el mercado de móviles pero no vive su mejor momento y está muy lejos del top 10 global.

Por detrás se encuentran otras marcas conocidas en el mercado actual: Motorola, segunda con el 22,3% (65,7 millones de terminales), y la surcoreana Samsung, tercera con el 11% del total y 32 millones de móviles. Motorola en la actualidad pertenece a la china Lenovo, líder mundial de PC.

Completan el ranking de marcas de móviles más vendidas de 2006 Sony Ericsson, que fue cuarta con el 8,8% –entonces era una joint venture recién formada de la japonesa Sony con la sueca AB–, y LG, quinto fabricante global con el 5,8% de cuota de mercado, que ya no hace móviles.

Cualquier parecido con el mercado actual es casi una casualidad.

Durante el pasado año 2022, la primera marca mundial de móviles ha sido Samsung, que vendió 258 millones de smartphones, haciéndose con un 22% de cuota global, según datos del analista Canalys.

Le sigue de cerca Apple, segunda en el mercado de móviles mundial con un 19% de cuota y 232 millones de unidades de sus terminales vendidas. En 2006 aún faltaba un año para que Apple anunciase su primer iPhone, y un año más para que llegase un modelo a la venta en España.

Completan el mercado 3 marcas chinas: Xiaomi, tercera con el 13% de cuota; OPPO, cuarta con el 10% del mercado; y vivo, que vende el 9% de los móviles comercializados en todo el mundo. Solo OPPO se había creado ya en 2006, pero no había móviles aún, y las otras 2 compañías ni siquiera existían.

La evolución que ha seguido el mercado muestra también un cambio de nacionalidades en los fabricantes. 

Las marcas europeas (Nokia, Ericsson) se han ido quedando atrás en favor de las estadounidenses (Apple) y las asiáticas (Samsung), sobre todo las chinas (Xiaomi, OPPO, vivo). 

Volumen de las empresas: ya están entre las mayores compañías del mundo

Y con la evolución del mercado no solo han ido cambiando las marcas que ocupan el trono del móvil mundial, sino que han ido cambiando también los volúmenes de las empresas tecnológicas, que ya eran muy grandes entonces, pero que hoy son auténticos gigantes y están entre las más valoradas del mundo.

Durante todo el año 2006, Nokia tuvo unos ingresos de 11.701 millones de euros al nivel mundial, de los cuales 7.046 millones procedieron de la venta de teléfonos móviles. 

Si tenemos en cuenta que la inflación del euro ha sido del 34,62% entre 2006 y 2022, estos ingresos aún serían mayores: 15.752 millones de euros en ingresos totales y 9.485 millones solamente en su negocio de móviles.

Samsung, actual líder mundial de smartphones, facturó 218.024 millones de euros millones durante el pasado año 2022. La marca no detalla exactamente cuánto ingresa solo por sus móviles, pero la unidad de dispositivos, en la que el móvil es el producto reinante, ingresó 136.580 millones de euros.

Apple es la segunda marca en cuanto a volumen de ventas, pero en la actualidad es la que obtiene más ingresos del sector por un amplio margen de diferencia. De los 299.804 millones de euros que obtuvo Apple durante su año fiscal de 2022 –de octubre de 2021 a septiembre de 2022–, 194.836 millones de euros le llegaron gracias a sus iPhones.

Estos ingresos desorbitados le sirvieron a Apple para convertirse en enero del año pasado en la primera empresa de la historia en superar los 3 billones de dólares en capitalización bursátil y en la más valiosa del mundo, aunque su valor ha bajado en la actualidad hasta los 2,32 billones de dólares, a años luz de lo que lograba Nokia.

Los 4 grandes motivos que explican el crecimiento del sector

El cambio tan importante en los ingresos que generaban los móviles en 2006 con respecto a la facturación que producen hoy tiene que explicarse por varios motivos distintos, como coinciden los expertos a los que he preguntado.

En primer lugar, ha habido un cambio en la sociedad y en la forma en que las personas ya no utilizamos la tecnología sino que esta forma parte de nuestro día a día de forma inevitable.

"La tecnología ha cambiado drásticamente la forma en que las personas interactuamos entre nosotros. De hecho, antes podíamos considerar que accedíamos al mundo digital, pero ahora directamente estamos inmersos en él, queramos o no", asegura Carlos García, profesor de la Universidad Carlemany e Ingeniero del Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).

Y este hecho provoca la tormenta perfecta, ya que es nuestra propia necesidad de tecnología la que hace crecer a este tipo de compañías.

"La inmersión digital es algo intrínseco de las sociedades modernas. Nos facilita muchas tareas, pero también nos genera dependencia. Es por ello que las marcas tecnológicas crecen y crecen de manera natural", afirma García.

Otro de los motivos a los que apuntan los expertos es el avance de las redes, que no solo han llevado la cobertura a casi todos los lugares sino que al mejorar en ancho de banda, permiten hacer cosas con el móvil que hace 17 años hubieran resultado impensables.

"La democratización de los dispositivos ha sido posible también gracias a la evolución de las redes móviles, que actualmente cubren un porcentaje amplio de la población", como destaca Ángel Barbero, profesor de EAE Business School y Director de Estrategia Corporativa de Nateevo.

Sin este tipo de avances en redes, hoy sería imposible el auge de las plataformas de streaming como Netflix o Spotify, o la facilidad para tener una videollamada en cualquier lugar mediante Zoom o Google Meet.

"Los avances en las redes móviles han permitido conexiones de alta velocidad sobre las que se han creado servicios nuevos, como streaming móvil o videoconferencia, por poner 2 ejemplos", apostilla Barbero.

Precisamente el software y los servicios digitales son el motivo que otros expertos ven como la mayor razón del cambio de paradigma en el negocio de los móviles en 2006 con respecto a la actualidad. Y esta diferencia les permite escalar con mayor rapidez.

En el caso de empresas como Samsung y sobre todo Apple, "buena parte de sus productos o son digitales o tienen un componente digital, por lo tanto, de coste de producción no existe, simplemente se descargan", como apunta Esteve Almirall, profesor del departamento de Operaciones, Innovación y Data Sciences de ESADE.

Este es el caso de diferentes contenidos, como la música, los libros digitales, las redes sociales, el buscador de Google o incluso las ventas a través de una plataforma de ecommerce como Amazon. En todos los casos, el coste para las empresas es marginalmente nulo, muy cercano a cero.

Esto permite crecer a las empresas con una "escalabilidad infinita" y "no con rendimiento decreciente sino creciente", según Almirall.

"En las fábricas tradicionales, en la economía real, a partir de un tamaño de fábrica los rendimientos son decrecientes. No sucede así en el mundo digital, donde son lo contrario, crecientes. El incentivo es pues ser lo más grande posible", concluye el experto.

Y otra diferencia entre las compañías de 2006 y las de la actualidad, aunque algunas como Samsung sean las mismas, es que cada vez son empresas con una mayor transversalidad.

"Las empresas tecnológicas pasan de ser fabricantes de teléfonos a empresas de servicios tecnológicos (y algunas además fabrican teléfonos) o a empresas de fabricación de todo tipo de tecnología. Las empresas crecen como elemento competitivo en un mercado que tiene a concentrarse", según Javier de Ramón, director MBDA de ESIC Barcelona.

Esto hace que sus ingresos y beneficios no se limiten solamente a la venta de móviles sino que cada vez proceden de mayor número de fuentes, lo que convierte a las empresas en más resistentes frente a los altibajos de las ventas.

"No hablamos de un mercado de móviles sino de acceso a internet, publicidad, hosting, redes sociales, etc", añade de Ramón.

Los móviles ya no se venden igual: de móviles regalados por los operadores a comprar los smartphones directamente al fabricante

Seguro que te acuerdas de esto: en 2006 nadie compraba teléfonos pero todo el mundo tenía uno. En estos 17 años, la forma en la que los usuarios nos hacemos con un móvil ha cambiado totalmente.

Por aquel entonces, el éxito o fracaso comercial de un móvil dependía de los acuerdos que los fabricantes fueran capaces de hacer con los operadores de telefonía como Movistar, Vodafone u Orange.

En la mayoría de los casos, las personas contrataban tarifas de telefonía en las que el hardware estaba incluido a cambio de un contrato, casi siempre con permanencia: cuanto más largo o más caro, mejor era el dispositivo que te daba tu compañía, que siempre te hacía pensar que estabas ahorrando dinero, aunque realmente no siempre fuera así.

Pero con el tiempo y la extensión de los smartphones este modelo ha cambiado en la actualidad y los consumidores cada vez más gastan compran sus propios móviles libres y de forma directa, ya sea a través de cadenas de retail, de los mismos operadores o de las tiendas virtuales de las propias marcas.

Este cambio también se debe a diferentes factores, según los expertos.

"El principal cambio es el del propósito de los terminales. Hace 15 años eran una herramienta muy pegada a las capacidades de la red y a la comunicación tradicional. Sin embargo la aparición de nuevos sistemas operativos y servicios de valor sobre la red móvil han hecho que los dispositivos vayan más allá de la mera comunicación", señala Ángel Barbero. 

A día de hoy, con tu móvil puedes hacer infinidad de cosas, prácticamente una por cada aplicación que tengas instalada. Y esto hace que los operadores de telefonía pierdan el control sobre la venta.

"Ya no tenemos asociado el móvil a una línea de voz y datos, sino que pensamos en él como un accesorio muy personal, desvinculado del proveedor de comunicaciones", añade el profesor de EAE Business School.

Pero al mismo tiempo, que todo el mundo hoy tenga móviles puede ser uno de los motivos por los que los operadores no están tan interesados como antes en que se los compres a ellos y no directamente al fabricante u otros retailers.

"Hemos asistido a un proceso de saturación del mercado. Ya no queda nadie que no tenga móviles y lo que durante muchos años ha sido un elemento de crecimiento de las operadoras ya no lo es", señala Almirall.

Otros expertos creen que la responsabilidad de que los operadores ya no monopolicen la venta de móviles tiene que ver con el propio producto, que ahora es más reconocido y demandado por los consumidores.

"Creo el principal hito es la aparición del iPhone, cuando los consumidores están dispuestos a pagar por un modelo de teléfono que aporta servicios diferentes a las telco. Después la entrada de nuevos fabricantes como Samsung, LG o Xiaomi abarata el precio del dispositivo, lo que hace que la oferta de la operadora sea menos atractiva", apunta de Ramón.

Paradójicamente, los precios de los móviles no son hoy en día menores que en 2006, ni mucho menos. La BlackBerry Curve 8520 fue el modelo más popular de la ya extinta marca de smartphones canadiense, y se puso a la venta en 2009 por 294,99 euros en España (precio libre).

Hoy, el iPhone 14 Pro Max se vende por un precio de partida de 1.419 euros en España –160 euros más que el mismo modelo del año pasado–, mientras que el nuevo Samsung Galaxy S23 Ultra parte de los 1.409 euros.

Esta diferencia, que desde luego no se explica por la inflación sino porque el mundo en general ya no es igual, es un rasgo significativo de cómo ha cambiado radicalmente el negocio de fabricar móviles desde que se celebró el primer Mobile World Congress en Barcelona en 2006 al sector que conocemos hoy.