Qué infecciones respiratorias hay este invierno además de COVID y gripe

Seguro que en tu entorno más cercano alguien tiene fiebre, congestión nasal, la cabeza le estalla, no puede parar de toser o los huesos le duelen como nunca. Este invierno está siendo un caldo de virus en España, pero ojo, no todo se trata de gripe y COVID.

La incidencia de gripe se acerca a su pico: en la primera semana del año, la tasa de incidencia en Atención Primaria se situó en 387,4 casos por 100.000 habitantes, frente a los 430,7 casos en la semana previa. Por el contrario, la tasa de hospitalización ha crecido cuatro puntos en los últimos siete días, llegando a los 14 casos por 100.000 habitantes.

También hay un aumento de las hospitalizaciones por COVID, tal y como recoge el informe, que pasan de una tasa de 3,8 casos por 100.000 habitantes en la última semana de 2023 a los 4,2 casos registrados en la primera de 2024. En Atención Primaria, la tasa se sitúa en 98,8 casos por 100.000 habitantes, frente a los 93 de la semana anterior.

Hay otros virus respiratorios: adenovirus y VRS

Detrás de tu pico de fiebre, tu faringitis o tus mocos no solo pueden estar la gripe y el COVID —que pueden detectarse mediante un test de farmacia—, sino otros virus invernales que andan pululando. Son dos sospechosos habituales muy comunes en estas fechas: el virus sincitial respiratorio (VRS) y los adenovirus. 

En total, un 70% de las infecciones respiratorias están causadas por virus, aunque detrás de estas puede haber bacterias como el S. Pneumoniae, causante de la mayoría de las neumonías, o por ejemplo hongos como el Aspergillus o los Zigomicetos, recoge el diario El Mundo. Por desgracia, es posible encadenar o tener al mismo tiempo diferentes virus e infecciones respiratorias.

Hay cuatro virus de la gripe —la A y la B son los más comunes, pero también existen el C y el D—, diferentes cepas de COVID y en torno a 200 virus causantes de resfriados. 

¿Qué es el virus sincitial respiratorio (VRS)?

Esta enfermedad viral común cursa con síntomas leves similares al resfriado. No obstante, desde Medline Plus advierten de que en bebés, personas mayores y personas con patologías serias puede causar infecciones pulmonares graves.

Como es habitual en los virus respiratorios, este se transmite por el aire a través de la saliva de la tos y los estornudos, contacto directo o tocar un objeto o superficie con el virus y luego tocarse la boca, la nariz o los ojos antes de lavarse las manos. Las personas suelen contagiar entre 3 u 8 días.

Aunque el virus respiratorio sincitial puede afectar a personas de todas las edades, es especialmente común en niños pequeños, sobre todo en edades en torno a los dos años y en los meses más fríos, desde el otoño a la primavera.

Los síntomas del virus respiratorio sincitial son poco apetito, tos, estornudos, congestión nasal, fiebre y sibilancias. En los bebés puede haber irritabilidad, disminución de la actividad y dificultad para respirar. En las personas de alto riesgo puede desembocar en neumonía o bronquiolitis.

¿Qué son los adenovirus?

Tal y como explica la Stanford Medicine Children's Health, son un grupo de virus que típicamente causan enfermedades respiratorias como resfriados, conjuntivitis, bronquiolitis o neumonía. En los niños, los adenovirus generalmente provocan infecciones en los tractos respiratorio e intestinal. 

Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los niños que tienen entre seis meses y dos años de edad y van a la guardería son los que tienen más probabilidades de enfermarse con estos virus.  Son más frecuentes al final del invierno, durante la primavera y a inicios del verano. 

Los síntomas de las infecciones respiratorias por adenovirus —cuyos síntomas aparecen entre 2 y 14 días después de la exposición— son goteo nasal, dolor de garganta, fiebre, sensibilidad abdominal, tos fuerte, inflamación de ganglios linfáticos, malestar, conjuntivitis y dolor de cabeza.

En el caso de las infecciones del tracto intestinal por adenovirus —cuyos síntomas aparecen entre uno y dos días después de la exposición, pudiendo durar una o dos semanas—, los afectados experimentan vómitos, sensibilidad abdominal, fiebre y diarrea acuosa que aparece de repente.