La inflación aviva la desigualdad: la cesta de la compra es un 11,3% más cara para las rentas bajas, frente a un 9,7% para los ricos

La inflación sí entiende de bolsillos, y golpea con mayor virulencia a las rentas más bajas, acentuando la desigualdad. Para los colectivos de menor renta, la cesta de la compra es un 11,3% más cara, mientras que los hogares ricos soportan una inflación mucho menor, del 9,7%.

"La inflación experimentada por el 30% de los hogares de menor renta habría sido de aproximadamente el 11,3%, frente a un 9,7% en el caso del 30% de los hogares de mayor renta", calcula el Banco de España, en un informe publicado hoy sobre el impacto de las medidas de alivio lanzadas por el Gobierno contra la crisis de precios.

Las familias vulnerables fueron las primeras en sufrir el impacto de la subida de precios. Según cálculos de Bank of America, la energía tiene un peso cuatro veces mayor para la renta de las clases bajas que para la parte alta.

Básicamente, las rentas bajas comenzaron sufriendo más porque los primeros productos en encarecerse a toda velocidad eran bienes de primera necesidad, como los alimentos o la energía y, cuanto menor es la renta, mayor es el peso de estos productos en la cesta de la compra.

 "Los hogares consumen diferentes combinaciones de bienes y de servicios. En la medida en que un hogar gasta una mayor proporción de su presupuesto en bienes cuyo precio se ha incrementado en mayor media, estos hogares experimentarán mayores tasas de inflación", corrobora el Banco de España en su informe.

Dadas las características del actual episodio inflacionista, en el que el precio de determinados bienes ha aumentado marcadamente, estas dinámicas pueden dar lugar a diferencias significativas en la tasa de inflación experimentada por parte de los hogares en función de su cesta de consumo, añade el informe. 

Esto explicaría la diferencia de más de un punto y medio entre la inflación de ricos y de pobres.

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Los 'ricos' se benefician de 1.574 millones de euros de ahorro más que las rentas bajas

Si claramente hay un sesgo entre rentas, tendría sentido que las medidas aprobadas para aliviar el impacto de la inflación también estuvieran más orientadas a los colectivos que soportan una mayor tasa de inflación, que además son los hogares más vulnerables, con el objetivo de que estas sean proporcionales. 

Esto es lo que recomiendan los economistas. En cambio, el Banco de España estima que las medidas focalizadas en determinados grupos de empresas y hogares particularmente golpeados apenas suponen un 15%-20% del coste presupuestario del paquete anticrisis, frente a un 80%-85% de medidas de alcance generalizado.

Como consecuencia, las medidas anticrisis aprobadas por el Gobierno benefician más a los ricos. De las 3 medidas estrella aprobadas por el Gobierno (rebaja del IVA a la luz y el gas, rebaja del IVA a los alimentos y bonificación al combustible, esta última ya caducada), las rentas altas se han beneficiado de un ahorro fiscal 1.574 millones de euros superior que las rentas bajas.

En concreto, la rebaja del IVA a la luz y el gas le costó al gobierno 5.871 millones de euros, de los cuales  2.055 millones recalaron en forma de ahorro en las rentas más altas, frente a 1.484 millones en las más bajas, un 39% de diferencia que se debe a que los hogares más ricos gastan más en términos absolutos en electricidad y gas.

En el caso de la rebaja del IVA a los alimentos, el Ejecutivo gastó unos 645 millones, con un impacto de ahorro de 240 millones en rentas altas y 142 millones en las más bajas, una diferencia de un 70% entre ricos y pobres.

Pero la medida que más desigualdad provocaba era la bonificación a los combustibles. Frente al ahorro de 1.377 millones de euros de las rentas altas, las rentas bajas apenas se beneficiaron de 472 millones de ahorro. Una diferencia del 192% que explica la decisión del Gobierno de eliminar la medida.