Del kétchup al guacamole pasando por la soja: ¿son saludables tus salsas favoritas?

El kétchup tiene su origen en China.
El kétchup tiene su origen en China.

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  • Las salsas caseras son la mejor opción, y, si se decide comprar kétchup o guacamole en el supermercado, hay que estar muy atentos a los ingredientes. 
  • Son los aderezos más habituales en la mesa, pero, ¿son buenos para la salud? 
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¿Los nachos? Con guacamole; ¿el perrito? Con kétchup, ¿y con el sushi? Salsa de soja. Unas llevan años formando parte de la dieta. Otras han llegado más tarde y vienen pisando fuerte. Son las salsas más consumidas. Aderezos imprescindibles en algunos platos... pero, ¿son saludables?

En la web de Eroski Consumer, la dietista y nutricionista Beatriz Robles hace un repaso a 5 de las salsas favoritas en España.

Kétchup

Henry J. Heinz comenzó a producir salsa de tomate en 1876.
Henry J. Heinz comenzó a producir salsa de tomate en 1876.

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Es la salsa por excelencia. Su origen, aunque parezca mentira, no está en Estados Unidos, sino en China. Según este artículo de National Geographic, proviene de la salsa china kê-tsiap, que estaba hecha de pescado fermentado. Se cree que los británicos encontraron kétchup en el Sudeste Asiático e intentaron replicarlo en torno a finales del siglo XVII y principios del XVIII. 

Pero no se llega a un kétchup similar al actual hasta 1876 cuando Henry J. Heinz comenzó a producir salsa de tomate. En 1905 vendió 5 millones de botellas. En 2014, cuando se publicó el artículo comentado, el 97% de los estadounidenses reconocía tener kétchup en la nevera.

Es una salsa que, como apunta la nutricionista, ha sido tremendamente demonizada y, parece ser, que no con demasiada razón. En su opinión, todo depende de los ingredientes: si el segundo es el azúcar (en cualquiera de sus modalidades), mejor evitarlo; pero si este edulcorante ocupa una de las últimas posiciones, es una buena opción para realizar un consumo ocasional, asegura. 

Guacamole

Un plato de nachos con queso, guacamole y cebolla.

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Su generalización en España es, obviamente, mucho más tardía que la del kétchup. Pero, en la actualidad, es una de las salsas de moda, en parte, por el éxito del guacamole de Mercadona. Es originario de México, donde ya los aztecas, allá por el siglo XV, comenzaron a elaborarlo con la denominación de āhuacamolli.

Beatriz Robles opina que es una de las salsas más saludables, siempre que el aguacate ocupe el 95% de su composición. Por ello, aconseja estar atentos, porque hay, incluso, guacamoles que no tienen aguacate. ¿La mejor opción? Probar a hacer guacamole casero.

Salsa de soja

Sushi y salsa de soja.

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En la web de la cadena de restaurantes MissSushi explican que “la salsa de soja ha pasado de ser un ingrediente exótico a un elemento habitual en nuestras cocinas, pero, aunque para los occidentales sea relativamente nueva, la salsa de soja es muy antigua. En China ya se elaboraba hace más de 2.500 años una receta primigenia que evolucionó hasta convertirse en la salsa de soja que hoy disfrutamos”.

La dietista habla de las dos versiones: dulce y salada. La primera, comenta, tiene unos 7 g/100 ml de sal, lo que es mucho, puesto que, como destaca, cualquier alimento que supere los 1,25 g sal por 100 gramos se considera muy alto. Y mucha más tiene, obviamente, la versión salada: en concreto, hasta 10 y 17 g/100 ml. Por tanto, la salsa de soja debe consumirse con precaución

Salsa de yogur

Una pareja come durum kebab en la calle.

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El desarrollo de los restaurantes de comida americana influyó para la expansión del kétchup. Las recetas asiáticas hicieron lo propio con la salsa de soja y las mexicanas con el guacamole. Quien ha traído, por tanto, a España la salsa de yogur –y la ha convertido en una de las salsas favoritas– es la proliferación de establecimientos donde comer kebabs

También es preciso no abusar de ella, ya que –comenta Robles– las salsas industriales suelen llevar ingredientes de poco valor nutricional y con alto contenido en sal. El reclamo del yogur, resalta, parece que las hace más saludables, pero, habitualmente, el contenido del mismo en la salsa es mínimo.

Salsa de queso

Una pareja come una fondue de queso en la nieve.

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Muy habitual en comidas y cenas con amigos o familiares. Un aderezo repetido en la mesa y, según la nutricionista (cuando se trata de salsas industriales), “casi siempre de malísima calidad”. 

Por ello, recomienda descartar la salsa de queso: lo más normal es que lleve muy poco queso y una gran cantidad de harinas refinadas, aceites refinados, sal, azúcar y almidones, alerta.

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