Vuelven las 'niñas' de Inditex: las dependientas de todas sus tiendas de Galicia se manifestarán para reclamar mejoras en sus condiciones laborales

manifestación Inditex

CIG

  • Las dependientas de todas las tiendas de Inditex en Galicia volverán a la carga y se manifestarán el domingo 7 de abril ante "la falta de acuerdo" para mejorar sus condiciones laborales.
  • "No queremos limosnas, queremos una negociación real", reclama Carmiña Naveiro, dependienta y presidenta del comité de Zara en La Coruña.

"De aquellos polvos, estos lodos", reza un refrán español que ahora mismo resuena con fuerza en el seno de la multinacional Inditex según quienes conocen los entresijos del gigante textil.

Sus 'niñas' —como se llama dentro del grupo a las dependientas— vuelven a la carga contra el gigante de la moda, y lo hacen un año después de que produjera un acuerdo estatal al calor del salario mínimo Inditex tras meses de movilizaciones que dejaron la primera huelga masiva de su historia

Ahora, el conflicto laboral estalla de nuevo ante "la falta de acuerdo" en los procesos de negociación que la empresa tiene abiertos con su personal de tienda y que quedaron pendientes tras el cierre del último enfrentamiento. Tras el encuentro producido este martes entre la patronal y las fuerzas sindicales, la guerra laboral escala posiciones y dibuja una imagen que no por repetirse deja de ser trascendental.

Convocados por la Confederación Intersindical Galega (CIG), los 2.500 dependientes que Inditex emplea en sus tiendas gallegas desfilarán por las calles de La Coruña, corazón del grupo, el domingo 7 de abril, según ha podido saber Business Insider.

Que el clima era complejo en el interior del gigante gallego era evidente después de que las centrales de UGT y CCOO hubieran ya convocado en las últimas horas concentraciones en Madrid, Barcelona o Málaga para el próximo 22 de marzo, llamando a la movilización a los más de 30.000 trabajadores que Inditex emplea en sus tiendas españolas.

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Las claves del estallido del conflicto

El origen, como ya ha sucedido en el pasado, se ubica en Galicia, la casa del grupo. No obstante, las fuentes apuntan a que su afección, esta vez, tendrá implicación en todo el país. 

¿Qué ha pasado exactamente? En Arteixo (La Coruña), casa y centro de operaciones del grupo, la Ciga, sindicato mayoritario en la provincia, presentó a finales de pasado año una plataforma con varios puntos que quedaron por negociar. El resto de centrales hicieron lo propio con medidas similares.

El pasado 22 de febrero se abrieron las negociaciones y, a pesar del escaso camino recorrido, los primeros escollos no han tardado en aflorar: "Se ha atascado todo nada más empezar", sostienen fuentes cercanas a la CIG.

La negociación, por tanto, se topó con el conflicto nada más empezar a andar. 

El germen radica en que Inditex solo está dispuesto a negociar dos puntos y "veta" hablar de otras medidas antes de avanzar en el proceso. "No podemos aceptar ningún tipo de vetos a una negociación. Cada una de las partes hablará de lo que considere", denuncia UGT. 

La empresa aceptó, en un primer momento, negociar —sin cuantificar— una posible reducción de la jornada anual para trabajadores de a partir de 55 años. Se trata de una medida ya articulada tanto en fábricas como en plataformas de logística. "Es uno de los problemas que más preocupan a la plantilla, porque es muy duro trabajar en tiendas y con más de 50 años la gente está directamente agotada", insisten desde la central gallega. 

Tras la reunión, los avances parecen insuficientes porque ahora mismo la edad apunta a los 58 años en lugar de a los 55. Carmiña Naveiro, dependienta y presidenta del comité de Zara en La Coruña, tiene claro los pasos a seguir: "Las dependientas de las tiendas vamos a emprender una nueva lucha". 

El siguiente punto sobre la mesa que aceptó negociar la multinacional era una prima de vinculación que existe históricamente en varios departamentos y que puede rondar, en el mejor de los casos, los 1.400 euros anuales a partir de los 25 años de antigüedad. El grupo textil plantea una mejora de forma escalada que partiría de los 1.120 euros para 2024 hasta llegar a los 1.400 euros para 2026. Desde UGT sostienen que esta medida afecta a poco más del 5% de la plantilla: "Nos parece imprescindible hablar de la experiencia pero creando un plus de antigüedad por cuatrienios que tenga una afectación real en el conjunto de la plantilla". 

"No queremos limosnas, queremos una negociación real"

Manifestación Inditex

Cig

El personal de tienda, insisten desde la CIG, considera insuficiente lo planteado. Sin ir más lejos, la hoja de ruta oficial que plantea el sindicato gallego —y a la que ha tenido acceso Business Insider— tiene como pieza angular, entre otros puntos, recuperar el plus de antigüedad: 120 euros por cada 4 años de antigüedad.

Esa reclamación es precisamente la que ha dinamitado todo porque la empresa ya ha mostrado su negativa en firme a negociar nada relacionado con la antigüedad. Los sindicatos entienden que se trata de una medida necesaria y asumible, pero desde el grupo textil —en palabras que han trasladado estas organizaciones— deslizan que no pueden atender estas peticiones por "una cuestión de presupuestos". 

"Su argumento para una oferta tan débil es que, a pesar de los fabulosos resultados económicos de este año, puede que el año que viene no sean tan buenos", avanzan desde la Cig. Subrayan la paradoja que plantea la empresa: "Nos piden que esperemos hasta que no haya tanto beneficio para negociar". 

Ese plus, por otro lado, ya existía en la provincia de La Coruña hasta 2002. Funcionó hasta que, insiste la CIG, las centrales de Comisiones Obreras y UGT lo "vendieron". Años después se recuperó en almacenes, pero nunca volvió a las tiendas. Ahora, de producirse su retorno, lo haría a nivel estatal. 

Por otro lado, el sindicato gallego quiere poner sobre la mesa un punto que desde hace unos años ha ganado fuerza: un incentivo online de 100 euros al mes para aquellas tiendas que tengan una venta y/o gestión de mercancías por este canal superior al 10%. También reclaman un bono de alimentación —de 8,50 euros diarios— o la creación de un ticket comedor como ya existe en otras divisiones.

"No queremos limosnas, queremos una negociación real", clama Naveiro. El ambiente de movilización vuelve y el clima lo conocen ambas partes. Hace un año el conflicto hizo tambalear los cimientos de la multinacional textil más poderosa del mundo y ahora amenaza con volver a hacerlo. 

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