¿Las personas inteligentes piensan más rápido que el resto a la hora de resolver problemas? Los científicos tienen la respuesta

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  • Para comprender mejor cómo la estructura del cerebro determina el comportamiento inteligente, un equipo de investigadores creó modelos personalizados de redes cerebrales para 650 participantes. 
  • Descubrieron que aquellos con puntuaciones de inteligencia más altas tardaban más tiempo en resolver problemas difíciles, y tenían una conectividad funcional media más alta.

Saber tomar decisiones acertadas no es fácil. El miedo a las consecuencias o lo desconocido puede hacer que resolver dilemas lleve largos periodos de estrés e incertidumbre. Pero ¿es igual para todos? o ¿las mentes más brillantes también son más raudas cuando se trata de solucionar dificultades?

En general, buena parte de la investigación sugiere que las personas inteligentes piensan más rápido que el resto a la hora de resolver problemas. Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Human Brain Project (Proyecto Cerebro Humano) de la Universidad Charité de Berlín junto con la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona pone en entredicho este supuesto tan extendido.

Para  llegar a esta conclusión, el equipo recreó 650 modelos personalizados de redes cerebrales (BNM) basados en datos del Proyecto Conectoma Humano. Estos simularon la dinámica cerebral implicada en la resolución de problemas.

Posteriormente las simulaciones cerebrales se compararon con los datos empíricos de los 650 participantes, que realizaron el llamado Penn Matrix Reasoning Test (PMAT)— una serie de tareas de opción múltiple en la que el participante debe conceptualizar relaciones espaciales, de diseño y numéricas que varían en dificultad—.

Los resultados obtenidos cuantificaron la inteligencia fluida (IF) de los participantes, la cual podría describirse de manera muy simplificada como la capacidad de tomar decisiones difíciles en situaciones nuevas.

"Descubrimos que las personas con una puntuación más alta en inteligencia fluida (IF) tardaban más tiempo en resolver las tareas más difíciles que las personas con una IF más baja. Sólo eran más rápidas cuando respondían a preguntas sencillas", explica Petra Ritter, de la Universidad Charité y autora principal del estudio, publicado en Nature Communications.

Un cerebro mejor preparado para resolver problemas piensa de forma más compleja, no más rápido

Las simulaciones permitieron establecer el vínculo entre la conectividad funcional y estructural del cerebro y el rendimiento cognitivo. 

Según este, un cerebro más sincronizado fue mejor para resolver problemas, pero no necesariamente resultó más rápido. Así, una sincronía reducida llevó a los circuitos de toma de decisiones a sacar conclusiones precipitadas, mientras que una mayor sincronía permitía una mejor integración de la evidencia y una memoria de trabajo más robusta. 

 

“Intuitivamente, esto no es tan sorprendente: si tienes más tiempo y consideras más evidencia, inviertes más en la resolución de problemas y encuentra mejores soluciones", aclara Ritter. 

"Aquí no solo mostramos esto empíricamente, sino que demostramos cómo las diferencias de rendimiento observadas son una consecuencia de los principios dinámicos en modelos personalizados de redes cerebrales. Por lo tanto, presentamos nueva evidencia que desafía una noción común sobre la inteligencia humana”.

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