¿Podría surgir una variante del coronavirus peor que delta y lambda? Así tendría que ser para resultar más peligrosa, según científicos

Una calle de la India con sus ciudadanos portando mascarillas. Niharika Kulkarni/Reuters
Una calle de la India con sus ciudadanos portando mascarillas. Niharika Kulkarni/Reuters

Niharika Kulkarni/Reuters

  • El coronavirus ha dado lugar a lo largo de la pandemia, a través de mutaciones, a una serie de variantes de diferente capacidad de transmisión y peligrosidad.
  • Delta es la más peligrosa ahora mismo, pero ¿podría surgir una nueva cepa que la destrone? Para ello, tendrían que darse varias circunstancias, analizan varios expertos.
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Lejos parece quedar el tiempo en el que la gran preocupación mundial era el coronavirus original. Desde entonces, el mundo ha ido observando con distinto nivel de alerta la aparición y propagación de una larga secuencia de variantes: alfa, beta, gamma, delta, lambda...

¿Y si no fueran las últimas? ¿Podría surgir una nueva variante del coronavirus que, además, sea peor que las actuales? Para ello, tendría que destronar a delta, hasta ahora la cepa más peligrosa y preocupante por varios motivos.

La OMS considera a alfa, beta, gamma y delta como las variantes de preocupación a nivel mundial, pero mantiene vigiladas como cepas de interés a eta, iota, kappa y lambda, que ha ido generando señales de alerta.

La teoría y los expertos dicen que sí es posible, ya que cuantas más personas tienen el virus, más mutaciones se pueden producir y por tanto más variantes se pueden generar. Además, el hecho de que haya cientos de millones de personas en el mundo sin vacunas contra el coronavirus —tanto por rechazar ponerse una como por no tener acceso a ellas— aumenta la posibilidad de que surja una nueva variante peor que delta.

En países con poca vacunación y muchos casos de COVID-19, podría surgir una nueva variante más transmisible o más mortal que delta, o que permitiera al virus escapar —al menos hasta cierto punto— de la inmunidad obtenida por la vacunación o por una infección anterior, sugiere Katrina Lythgoe, bióloga evolutiva del Instituto Big Data de la Universidad de Oxford (Reino Unido). 

"Hacer predicciones es realmente difícil", añade, pero se sabe que en los lugares con más infecciones hay más virus replicándose y, por tanto, más oportunidades para que las variantes evolucionen, recoge Nature.

De hecho, la directora de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) ya ha advertido de que el coronavirus podría estar "a pocas mutaciones de evadir las vacunas".

"Estas vacunas funcionan muy bien a la hora de protegernos de enfermedades graves y de la muerte, pero la gran preocupación es que la próxima variante que pueda surgir —a solo unas pocas mutaciones de distancia— podría evadir nuestras vacunas", ha señalado Rochelle Walensky.

"¿Existe una variante del Día del Juicio Final que se desentiende de las vacunas, se propaga como un incendio y deja a sus víctimas mucho más enfermas que todo lo que hemos visto hasta ahora? Las probabilidades de que veamos esa triple amenaza no son altas, pero los expertos no pueden descartarla", se pregunta y responde Newsweek, que recoge la opinión de varios científicos.

"La próxima variante podría ser el delta con esteroides", apunta al medio Michael Osterholm, epidemiólogo que dirige el Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota (EE. UU.).

Los científicos están vigilando de cerca la derivada de la variante delta, la delta plus, que ya ha llegado a casi 30 países, pero no parece por ahora que vaya a superar a la cepa delta original.

El coronavirus —por su velocidad de mutación (no es mayor que la de otros patógenos: aproximadamente una mutación por cada 10 repeticiones, o alrededor de una quinta parte de la tasa de mutación de la gripe y una décima parte de la del VIH) y delta —por su transmisibilidad y posible evasión de la inmunidad— han parecido sorprender a la comunidad científica, que analiza por dónde puede llegar la nueva amenaza.

Qué debe pasar para que surja una nueva variante peor y que escape a las vacunas 

¿Cómo debería ser la nueva variante del coronavirus para ser más peligrosa? Con mayor capacidad de propagación que delta. Parece difícil, porque esta ya es un 55% más transmisible que alfa y casi el doble que otras cepas circulantes, pero, de nuevo, delta ya fue también inesperada.

"No me sorprendería mucho que apareciera algo más transmisible", afirma Eric Vail, director de patología molecular del Centro Médico Cedars-Sinai (EE. UU.), en declaraciones a Newsweek.

"Si aparece una mutación que sea más transmisible, será seleccionada para propagarse", añade al mismo medio por su parte Sharone Green, médica e investigadora de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad estadounidense de Massachusetts. 

Es decir, la aparición de una mutación con enorme capacidad de transmisión en una sola persona infectada en cualquier parte del mundo podría ser suficiente para desencadenar otra alerta mundial.

¿Y qué debería pasar para que una nueva cepa escape de las vacunas? La razón por la que una futura variante podría eludir la protección de las dosis es que todas las vacunas se dirigen a la proteína de espiga del coronavirus, las protuberancias afiladas y en forma de corona de la superficie del virus que le ayudan a invadir los receptores de las células humanas. 

Si múltiples mutaciones modifican las características de esa proteína, los anticuerpos inducidos por las vacunas podrían no ser capaces de reconocer o combatir adecuadamente la nueva variante.

Además, el riesgo de que aparezca una variante del coronavirus resistente a las vacunas al que señalan los expertos es el de un escenario en el que se dé un 'combo' de 3 condiciones: primero, una gran parte de la población está vacunada, pero no todos; segundo, hay una gran cantidad de virus circulando; y tercero, no hay medidas para frenar la posible transmisión viral de las personas vacunadas.

Eso sí, los seres humanos cuentan asimismo con otras protecciones, como las derivadas de las medidas sanitarias (mascarillas, lavado de manos y distancia social, por ejemplo) y las defensas del organismo (otros anticuerpos y las células T).

Además, el coronavirus también tiene sus limitaciones: su estructura de la proteína de pico es relativamente simple y solo se puede mutar de unos pocos cientos de formas diferentes, la mayoría de las cuales no vuelven más peligroso al virus.

"Hay un número limitado de cambios que se pueden hacer en la proteína de pico sin hacerla no funcional. Sería cauteloso al decir que puede seguir mutando indefinidamente", tranquiliza Eric Vail, según recoge Newsweek.

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