¿Es posible la jornada de 37,5 horas en España?

El martes, la ministra de Trabajo en funciones y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el presidente en funciones, Pedro Sánchez, presentaban satisfechos un acuerdo de Gobierno alcanzado entre sus formaciones. 

De las casi 50 medidas que contiene el documento, la reducción de la jornada laboral en España es sin duda la más llamativa y todo el país está hablando de ello. No es para menos, la jornada laboral de 40 horas instaurada en 1983 se reducirá a 37,5 horas.

Para que esta medida entre en vigor, Pedro Sánchez tendrá que, en primer lugar, formar Gobierno y, en segundo lugar, cumplir con el acuerdo alcanzado con Sumar. Sin embargo, asumamos, como hacen sus rivales políticos, que se cumplen dichos presupuestos, ¿qué implicaciones tiene para nuestro país la implementación de esta nueva jornada laboral?

El mapa que muestra los países con las semanas laborales más largas del mundo

En Europa, muchos países mantienen una jornada de 40 horas semanales. Sin embargo, en los países más desarrollados*, esta jornada se reduce por ley o por la aplicación de acuerdos y convenios colectivos, siendo su jornada media inferior a la española. Por ejemplo, en Francia, desde el año 2002, la jornada máxima es de 35 horas semanales. 

En relación con España, lo primero que tenemos que concretar es nuestro punto de partida. Nuestro país tiene hoy algo más de 3 millones de autónomos y casi 18 millones de trabajadores. De estos últimos, 750.000 prestan sus servicios en el sector agrario, casi 4,5 millones en el sector industrial, cerca de 3 millones en el sector público —funcionarios— y el resto en el sector servicios, destacando 1,5 millones de empleados que trabajan en el sector hostelero. 

Con la distribución expuesta y teniendo en cuenta que el 55% del empleo lo generan las pequeñas y medianas empresas, podemos empezar a vislumbrar cuál es el primer reto. 

Debe considerarse que esta medida aplicada de manera inmediata, sin consenso con la CEOE, como ya han manifestado, puede suponer un desbarajuste significativo para muchas empresas. Por ejemplo, pensemos en todas aquellas fábricas que trabajan en turnos rotativos de 8 horas, ¿podrían mantener esta jornada si luego sus trabajadores tienen más días de descanso o vacaciones?**

Al hablar de jornada laboral, siempre se menciona la productividad y se tiende a relacionarla con trabajos de oficina o, en cierto modo, trabajos más cualificados, donde es cierto que existen estudios que avalan la mejora de la productividad cuando el número de horas se reduce.

Sin embargo, ¿qué ocurre con todos esos trabajos de cara al público en los cuales la empresa necesita abrir el establecimiento durante un determinado número de horas? Pensemos, por ejemplo, en un camarero o en la recepción de un hotel. Estos negocios se enfrentan a la siguiente tesitura: seguir gastando lo mismo para abrir menos horas o gastar más dinero en sueldos y cotizaciones a la Seguridad Social, contratando a un nuevo trabajador para seguir abierto el mismo número de horas. 

Es evidente que, en cualquier caso, la conclusión es la misma: para compensar este nuevo gasto, los precios de la venta al público subirán generando un riesgo empresarial, porque yo soy el primero que se indigna cuando el hotel al que voy todos los veranos ha vuelto a subir el precio. 

Por lo tanto, es fundamental que, si finalmente se llega a adoptar esta jornada, se haga de manera paulatina y consensuada con las empresas y, sobre todo, se tenga en cuenta la diversidad productiva del país. 

Así será la reducción de la jornada laboral y cómo te afectará directamente

Además, existe un asunto más por resolver, las horas extra. Según los últimos estudios, los españoles hacemos 315 millones de horas extra al año, de las cuales solo la mitad se retribuyen.

Esto sucede mucho en las profesiones relacionadas con la hostelería, los despachos de abogados o las consultoras. Sí es cierto que, en los últimos años, se han tomado distintas medidas para reducir estas horas, como son el registro de jornada o el aumento de inspecciones. Pero, desde luego, no están siendo suficientes. Ello pone igualmente de manifiesto lo complicado que es en un país implementar una medida de la noche a la mañana***.

En definitiva, los países de nuestro entorno demuestran que reducir la jornada es posible. No obstante, nos jugamos mucho en la forma de implementar esta medida y ahí estará la clave. ¿Serán nuestros dirigentes capaces de armonizar una nueva jornada pensando en todos? O, por el contrario, ¿se verán tentados a centrarse más en lo llamativo de la medida y en los beneficios que esto les puede reportar a nivel electoral?

*Según diversos estudios, mientras que España supera ligeramente la jornada laboral media de la Unión Europea, Francia, Bélgica, Austria, Luxemburgo, Italia, Finlandia, Reino Unido, Suecia, Irlanda, Alemania, Dinamarca y Países Bajos se encuentran por debajo de esta media.

** El autor entiende que, de acuerdo con el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores ,se permite la distribución irregular de la jornada que no supere un 10% y sería posible mantener jornadas de 40 horas con más días de descanso y vacaciones, ya que en España la jornada se establece de manera anual no semanal, y las 40, pronto 37,5 horas, son solo un promedio. Todo ello dependerá de la redacción e implementación final de la medida.

***El registro horario ha resultado ser una medida efectiva para disminuir la cantidad de horas extra realizadas. Sin embargo, a día de hoy muchas empresas siguen sin aplicarlo correctamente y pasarán años hasta que sea normal registrar correctamente la jornada de (casi) todos los trabajadores.

Miguel Benito Barrionuevo es abogado laboralista y socio director del departamento de Derecho Laboral de Amagna Legal. Es el creador de la plataforma Empleado Informado y fue seleccionado como Top Teacher del año 2023 por los lectores de Business Insider España en la categoría de Divulgación legal y laboral.