Elon Musk y Starlink lanzarán 42.000 satélites para proveer de Internet de alta velocidad a todo el mundo: estos son sus pros y sus contras

  • En las décadas venideras, Elon Musk espera enviar hasta 42.000 satélites al  espacio.
  • Espera que estos satélites lleven Internet de alta velocidad a todos los rincones del mundo, desde la selva tropical hasta la Antártida.
  • Pero a los expertos les preocupa que el número de satélites pueda tener un gran impacto en nuestro planeta: sus reflejos ya bloquean la visión de los astrónomos que buscan asteroides mortales.
  • Si un número significativo de ellos se llegase a desactivar, lo que ya está sucediendo, también podrían bloquear los viajes espaciales durante décadas.
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Esta es la transcripción del vídeo.

Narrador: Estás viendo cómo lanzan 60 satélites más allá del cielo. Y en los próximos días, Elon Musk espera enviar 42.000 de estos satélites al espacio, eso son 15 veces el número de satélites que están operativos y en órbita hoy en día. Es parte de Starlink, la amplia constelación que Musk y SpaceX, que espera llevar Internet de alta velocidad de baja latencia a todo el mundo, prometiendo menos interferencias e Internet instantáneo en cada rincón del mundo. Pero los expertos temen que pueda tener un alto coste para la exploración espacial.

Casi la mitad de la población mundial no tiene acceso a Internet, porque la mayoría de las opciones de Internet que hay requieren un extenso despliegue de costosos cables subterráneos, dejando muchos lugares rurales fuera de la línea. Y mientras que el Internet satelital puede llegar a todas esas áreas…

Dave Mosher: el Internet satelital tradicional es provisto por una nave espacial del tamaño de un autobús que es lanzada 22.236 millas al espacio en órbita alrededor de la Tierra.

Narrador: esa distancia quiere decir que el satélite puede llegar a lugares a los que los cables no pueden. Pero como ese satélite está destinado a servir mucha gente, su capacidad para almacenar datos es limitada, lo que entonces limita las velocidades de conexión. Y esa señal tiene que viajar un largo camino, creando mucho retraso. Aquí es donde Elon Musk y SpaceX entran en juego.

Mosher: Starlink es una red de satélites de Internet que intentarán conectarse sin importar en qué parte del mundo estés.

Narrador: y hay un elemento que interesa mucho a SpaceX.

Mosher: Elon Musk ha dicho que solo trata de hacerse con un pequeño porcentaje de una industria de telecomunicaciones de un billón de dólares al año en todo el mundo. Si SpaceX puede lograr esto, la empresa podría ganar entre 30 y 50 mil millones de dólares al año.

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Narrador: Musk y la presidenta de SpaceX, Gwynne Shotwell, dicen que gran parte del dinero podría financiar, por sí solo, el desarrollo de Starlink, la nave espacial y la infraestructura de lanzamiento de Marte de SpaceX. A principio de octubre, SpaceX puso en órbita más de 700 satélites, con un plan para lanzar un total de 12.000 en los próximos cinco años, la mitad de ellos a finales de 2024. Y Musk quiere añadir otros 30.000 a esto, llegando a un total de 42.000 satélites girando alrededor de la Tierra. Todos estos satélites también estarán mucho más cerca, en cualquier lugar de 200 a 400 millas por encima del planeta en la órbita terrestre más baja. 

Mosher: esto reduce el retardo de la conexión que hay entre el Internet de satélite y el normal.

Narrador: una vez en órbita, estos satélites Starlink estarán en constante movimiento, por lo que son necesarios muchos de ellos.

Mosher: el problema es que hay que tener muchos satélites en órbita para compensar el hecho de que no se pueden quedar quietos sobre un lugar en la Tierra. Se necesitan varios satélites sobre nuestros cabezas en un momento dado para cubrir a muchos usuarios.

Narrador: cada satélite se conectará con varios otros a través de rayos láser, creando algo así como a columna vertebral de la red. Y para llevar este Internet hasta tu casa, necesitarás una antena del tamaño de una pizza. Esta antena de arreglo de fases puede dirigir su rayo a cualquier satélite que esté por encima, lo que mantendría una señal de Internet directamente en tu casa. Pero este esquema no está exento de problemas. Reflejan la luz del sol y la devuelven a la Tierra, por lo que acaban pareciendo estrellas brillantes en movimiento. Por muy guay que parezca, eso conlleva problemas

Mosher: los satélites Starlink son más visibles en el cielo nocturno justo antes del amanecer y justo después del atardecer, que es el momento exacto en que los astrónomos buscan objetos cercanos a la Tierra o asteroides, objetos que podrían golpear nuestro planeta y hacernos daño.

Narrador: y a medida que más y más satélites se van subiendo, también lo hace la probabilidad de que interfieran con las vistas de los astrónomos.

Mosher: si Starlink sigue siendo un problema para este tipo de estudios del cielo, es posible que no tengamos tantos avisos como pudiéramos necesitar a la hora de detectar objetos cercanos a la Tierra, frustrarlos y evitar que nos golpee.

Narrador: más allá de detectar asteroides mortales, la pared de satélites también podría obstruir la búsqueda de nuevos planetas o incluso agujeros negros.

Mosher: SpaceX observó que tenía que hacer algo, y lo hizo. Creó lo que se llama un DarkSat, que es un satélite que tiene todas sus partes brillantes cubiertas de un material muy negro y oscuro.

Narrador: también trató de añadir visores para proteger esas partes brillantes de la superficie. Pero a menos que los satélites estén cubiertos como una nave espacial sacada de Star Trek, tecnología que no existe, nada de esto resolverá el problema de manera completa. E incluso si lo hiciera, hay un problema mucho más grande a resolver.

Mosher: hay una preocupación sobre los desechos espaciales generados, porque cuando se tiene tantos satélites en las órbitas más cercanas, estrechas y densas alrededor de la Tierra, hay una mayor probabilidad de que esos satélites puedan colisionar entre sí o con otros satélites.

Narrador: esos choques crearían nubes de escombros que podrían orbitar la Tierra durante años, décadas o incluso siglos.

Mosher: y esos escombros pueden entonces desactivar o causar que otros satélites se choquen entre sí, creando aún más escombros. Y si este problema se sale de control derivaría en un efecto llamado el síndrome de Kessler. Y si llegamos a eso, entonces el espacio se convertiría en un espacio demasiado inseguro para adentrarse.

Narrador: para ser claros, el riesgo de un síndrome de Kessler fuera de control es muy bajo.

Mosher: pero los impactos potenciales son tan altos que los científicos trabajan duro para controlar que tal evento no ocurra nunca.

Narrador: SpaceX ha dicho que sus satélites pueden apartarse automáticamente del camino para evitar colisiones. Pero docenas de satélites SpaceX ya han sido desactivados y no pueden moverse en absoluto, lo que supone una amenaza potencial. Y aquellos preocupados por los planes de SpaceX presionan a la FCC para que controle a la empresa y regule más estrictamente la órbita terrestre baja. Y eso podría hacer más caro y más difícil el despliegue de los 42.000 satélites que estaban planeados.Pero eso no va a detener a Starlink.

El proyecto Kuiper de Amazon, OneWeb, Hongyan de China y otros proyectos buscan desafiar a SpaceX lanzando sus propias redes globales de cientos o miles de satélites. Si todos lo consiguen con poca o ninguna regulación, podríamos acabar con 100.000 satélites cubriendo nuestro planeta en los próximos 10 años, aumentando dramáticamente el riesgo de bloquear el espacio para todos.

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