El próximo avance para los obsesos de la longevidad: medir la edad de sus órganos

Cada vez hay más pruebas de que la edad es algo más que un número. 

Por ejemplo, el multimillonario Bryan Johnson. Sobre el papel, tiene 46 años. Pero ha saltado a los titulares por rebatir la idea de que eso signifique algo sobre su salud...y su esperanza de vida. Gracias a un riguroso régimen antienvejecimiento que consiste en seguir una estricta dieta vegana, hacer ejercicio con regularidad y tomar más de 100 pastillas al día, los médicos de Johnson han declarado a Bloomberg que los resultados de sus análisis muestran que tiene el corazón de un hombre de 37 años, la piel de uno de 28 y la capacidad pulmonar de uno de 18. 

¿Qué edad tiene exactamente? Los médicos de Johnson han contado al medio que ha reducido su "edad biológica" en unos 5 años. La edad biológica se ha convertido en una palabra de moda en los círculos de la longevidad y es "la verdadera edad que nuestras células, tejidos y sistemas de órganos parecen tener, basándose en la bioquímica", según el Instituto Estadounidense sobre el Envejecimiento. Pero la idea de que un único número pueda representarla es controvertida, en parte porque no existe un estándar para el envejecimiento normal. Incluso los resultados de las pruebas de Johnson demuestran que no todos los órganos envejecen al mismo ritmo.

El último avance en la investigación de la longevidad sugiere que puede haber una forma de medir la edad de órganos específicos. Un estudio reciente publicado en Nature utiliza modelos de aprendizaje automático para analizar la edad de 11 órganos principales en 5.676 adultos. Una de las principales conclusiones del estudio fue que alrededor del 20% de las personas presentaban un envejecimiento acelerado en un órgano, lo que se asociaba a un riesgo de mortalidad entre un 20 y un 50% mayor. 

Saber cuál es tu "órgano más viejo" también podría decirte más sobre tu trayectoria de salud —y las enfermedades relacionadas con la edad que podría desarrollar— que tu edad biológica. El estudio descubrió que las personas con un envejecimiento cardíaco acelerado, por ejemplo, tienen un riesgo un 250% mayor de sufrir insuficiencia cardíaca. 

Según el estudio, cada 4 años de edad adicionales multiplican casi por 2,5 el riesgo de padecer una cardiopatía en 15 años. También se descubrió que el envejecimiento cerebral y vascular acelerado de un individuo puede predecir la progresión de la enfermedad de Alzheimer con la misma firmeza que la mejor prueba de biomarcadores de la enfermedad.

La tecnología para medir la edad órgano por órgano dista mucho de estar al alcance de todos. Aun así, el concepto ha despertado el interés de los círculos especializados en longevidad, según The Wall Street Journal. Algunos investigadores declararon al medio que podría llegar un día en que los pacientes pudieran comprobar la edad de sus órganos mediante un simple análisis de sangre. No es una idea descabellada, dado que ya existen análisis de sangre capaces de detectar el cáncer.

Sin embargo, algunos científicos creen que no tiene mucho sentido proporcionar estos datos a los pacientes antes de diseñar intervenciones para ellos.

"No va a ser de gran ayuda que alguien sepa que es posible que contraiga una determinada enfermedad relacionada con la edad de forma precoz, a menos que haya medidas preventivas u otras intervenciones que pueda tomar para ayudar a ello", declaró al Journal el Dr. James Kirkland, médico y profesor cuyas investigaciones se centran en el envejecimiento en la Clínica Mayo.