¿Puedes jugar a la lotería desde la cárcel, un convento o una clínica de desintoxicación?

Business Insider España
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Comprar décimo de Lotería de Navidad

Reuters

Ya se celebró la lotería de Navidad de 2023. Y si aspiras a que te toque El Gordo o cualquiera del resto de los premios jugados, cada año debes comprar un décimo de Lotería, que tiene un coste de 20 euros

Puedes hacerlo acudiendo a cualquiera de las administraciones, algunas tienen especial suerte en repartir alegría. O adquirir el número de tu empresa, cafetería preferida o gimnasio. Por supuesto, hace tiempo que es posible comprarlo a través de internet

Pero no todo el mundo puede. Por ejemplo los menores, pero no son los únicos. La ley recoge que ciertos grupos de personas tienen prohibido jugar a la Lotería de Navidad. Y hacerlo acarrea pena de multa. Tanto por participar como por permitirlo.

Qué personas no pueden jugar a la lotería

La ley de Regulación del Juego establece que los menores de edad tienen prohibido la participación en este tipo de sorteos, como el de Navidad o El Niño. La norma busca alejar de la adicción a los más jóvenes, en consonancia con lo que sucede con el alcohol o el tabaco.

La Ley 13/2011, de 27 de mayo, busca ofrecer seguridad jurídica a los operadores y participantes, proteger a algunos colectivos y prevenir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, entre otras actividades. Sin perjuicio de lo establecido en los Estatutos de Autonomía, y vinculado a actividades con ámbito estatal, la ley se aplica, por ejemplo, a rifas, concursos y actividades de juego de loterías y apuestas.

En su artículo 6, sobre prohibiciones objetivas y subjetivas enumera todas aquellas personas que no tienen permitido jugar a lotería, apuestas y otros juegos, por diferentes motivos. Así su punto 2 recoge, además de los menores, que "se prohíbe la participación en los juegos objeto de esta ley a":

  • Las personas que hayan solicitado voluntariamente que se les prohíba el acceso al juego o que lo tengan prohibido por resolución judicial firme, por ejemplo por ser adictos al juego.
  • Accionistas, propietarios y empleados del operador: tienen prohibido jugar "los accionistas, propietarios, partícipes o titulares significativos del operador de juego, su personal directivo y empleados directamente involucrados en el desarrollo de los juegos", independientemente de si su participación se produce de manera directa o indirecta, a través de terceras personas físicas o jurídicas, establece la norma.
  • Tampoco pueden jugar "sus cónyuges o personas con las que convivan, ascendientes y descendientes en primer grado, en los juegos que gestionen o exploten" los antes mencionados.
  • Los deportistas, entrenadores u otros participantes directos en el acontecimiento o actividad deportiva sobre la que se realiza la apuesta.
  • Los directivos de las entidades deportivas participantes u organizadoras respecto del acontecimiento o actividad deportiva sobre la que se realiza la apuesta.
  • Los jueces o árbitros que ejerzan sus funciones en el acontecimiento o actividad deportiva sobre la que se realiza la apuesta, así como las personas que resuelvan los recursos contra las decisiones de aquellos.
  • Personal de la Comisión Nacional del Juego, dependiente del Ministerio de Consumo: no podrán participar en la lotería y otros juegos "el presidente, los consejeros y directores de la Comisión Nacional del Juego, así como a sus cónyuges o personas con las que convivan, ascendientes y descendientes en primer grado y a todo el personal de la Comisión Nacional del Juego que tengan atribuidas funciones de inspección y control en materia de juego", se detalla.
  • Otros: "cualesquiera otras personas que una norma pueda establecer".

¿Puedes jugar a la lotería desde la cárcel, un convento o una clínica de desintoxicación?

Los centros para personas con ludopatía son espacios protegidos donde se quita a los pacientes la posibilidad de desarrollar su adicción, lo que incluye teléfonos, dinero o tarjetas. "Se la aísla de todo tipo de estímulos relacionado con el juego", explican desde Adictalia.

Por lo tanto las personas con problemas de adicción al juego en estos centros no podrán adquirir décimos para Navidad. Más aún si como recoge la ley han solicitado voluntariamente que se les prohíba el acceso al juego o lo tienen prohibido por resolución judicial.

Al hablar de cárceles cabe hacer cierta distinción. Ya que el sistema penitenciario español establece diversos tipos de centros. 

Así los Centros de Inserción Social (CIS) están destinados a internos que cumplen su pena en Régimen Abierto o que se encuentran en un proceso avanzado de reinserción. También gestionan las penas alternativas que no exigen el ingreso en prisión. En estos casos los penados pueden hacer "vida normal". Por lo que podrán adquirir un décimo o cualquier otro boleto si así lo desean.

En cambio las personas que deben ingresar en Centros Penitenciarios Ordinarios se ven privadas de libertad durante su condena, por lo que en ese tiempo la vida transcurre entre los muros del recinto de la prisión. No obstante están dotados de espacios para entre otras cosas llevar a cabo la comunicación con la familia, por lo que a través de esta es de suponer sea posible adquirir lotería.

Monjes y monjas hacen voto de pobreza. Según impone este, no sólo excluye la propiedad o el dominio, "sino que es incompatible con toda posesión de bienes muebles e inmuebles, ni con el nombre de peculio, ni con el de usufructo, uso, administración ni encomienda". De ahí que sea incompatible con el objetivo de ganar dinero a través de la lotería. 

De hecho como relata EL PAÍS en 1977,  todos los trabajadores menos uno de la delegación madrileña de la Asociación Mercantil Española llevaban participaciones del Gordo. No fue un drama, el que no fue agraciado, "lo hizo consciente de ello: era Testigo de Jehová y esa religión no permite los juegos de azar".

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