Putin quiere que el mundo piense que las guerras de Gaza y Ucrania son un complot occidental... y está funcionando

Vladímir Putin, presidente de Rusia.
Vladímir Putin, presidente de Rusia.

Sputnik/Gavriil Grigorov/Pool via REUTERS

  • Putin ha intentado culpar a la injerencia occidental de los disturbios antisemitas en un aeropuerto de Daguestán. 
  • El presidente ruso lleva mucho tiempo achacando los disturbios mundiales a complots occidentales. 
  • Es parte de su intento de presentarse como el paladín de un nuevo orden mundial.
Análisis Faldón

Un aeropuerto de Daguestán (Rusia) fue el centro de desagradables escenas durante el fin de semana, cuando una turba que profería insultos antisemitas intentó detener a pasajeros judíos que llegaban procedentes de Tel Aviv. 

A raíz de los actos de violencia, en lugar de intentar calmar las tensiones en la región de mayoría musulmana, el presidente ruso Vladímir Putin afirmó sin pruebas que Occidente era responsable de los disturbios.

"Los sucesos de anoche en Majachkalá fueron instigados a través de las redes sociales, sobre todo desde Ucrania, por agentes de los servicios especiales occidentales", declaró en una reunión del Consejo de Seguridad ruso, según la agencia de noticias AFP

Además, añadió que se habían producido "intentos" de desestabilizar la sociedad rusa, y acusó a Estados Unidos de estar detrás de la guerra entre Israel y Hamás, que desencadenó los disturbios, informó la agencia AFP. 

"En mi opinión, ya ha quedado claro quién está organizando el caos mortal y quién se beneficia de él… Son las actuales élites dirigentes de Estados Unidos y sus satélites los principales beneficiarios de la inestabilidad mundial", afirmó Putin.

El presidente ruso lleva mucho tiempo acusando a Occidente de sembrar el caos y la inestabilidad, y los propagandistas del Kremlin consideran que la guerra de Ucrania forma parte de un complot de Occidente para destruir a Rusia.

Las últimas declaraciones de Putin forman parte de un plan global para convencer al mundo de que Occidente es el enemigo, y algunos países se lo están creyendo.

Soldados ucranianos disparan un cañón cerca de Bajmut, ciudad oriental donde se han librado encarnizados combates contra las fuerzas rusas, en la región ucraniana de Donetsk.

Putin como campeón anticolonial

Uno de los principales objetivos de Putin es romper los intentos occidentales de aislar a Rusia como castigo por la invasión de Ucrania.

En este sentido, una campaña de desinformación rusa ha tratado de vincular las armas ucranianas suministradas por Occidente con los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre contra Israel, que desencadenaron la guerra. 

Los analistas afirman que la campaña podría ahondar las desavenencias entre Estados Unidos, Israel y Europa, y las naciones de Oriente Próximo y el llamado "Sur Global", que incluye a Brasil, India, Pakistán, Indonesia y China.

"La guerra en Oriente Medio abrirá una brecha cada vez mayor entre Occidente y países como Brasil o Indonesia, países clave del Sur Global", ha explicado a The New York Times Clifford Kupchan, presidente y fundador de una de las empresas pioneras en el análisis del riesgo político, Eurasia Group.

"Eso hará que la cooperación internacional sobre Ucrania, como la aplicación de sanciones a Rusia, sea aún más difícil".

Por su parte, Estados Unidos ha tratado de aunar la oposición mundial a Rusia señalando las atrocidades, los ataques a las infraestructuras y los abusos de los derechos humanos cometidos por el ejército ruso en Ucrania.

Sin embargo, su firme apoyo a la campaña israelí en Gaza, que hasta la fecha ha causado la muerte de unas 8.000 personas, le expone a acusaciones de hipocresía. 

"Todo el discurso y los esfuerzos de Occidente se han visto socavados. Es un regalo del cielo para Moscú, que espera salir de su aislamiento en la escena internacional gracias a la apertura de este nuevo frente en Oriente Próximo", ha explicado a Le Monde Tatiana Kastueva-Jean, directora del Centro Rusia/Eurasia del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI). 

"La invasión rusa ha sacado a la superficie la ira y el resentimiento mundiales acumulados contra los países europeos y Estados Unidos, ya sea por siglos de colonialismo y prácticas neocoloniales o por el doble rasero que los países occidentales han mostrado tan a menudo hacia las violaciones de los derechos y la ley en distintas partes del mundo", escribe en The Guardian Nathalie Tocci, directora del Instituto Italiano de Asuntos Internacionales. 

Rusia lleva tiempo utilizando inteligencia artificial para sus sistemas de armamento

Al presentar repetidamente a Estados Unidos como el origen de los disturbios, Putin quiere reforzar no sólo las alianzas existentes, como las que mantiene con Siria y con Irán, principal apoyo de Hamás, sino también ganarse el favor de los países del Golfo, cuyos dirigentes están tradicionalmente alineados con Washington y cuya población apoya la autonomía palestina. 

Putin mantiene buenas relaciones con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pero al parecer considera que hay más que ganar suscitando la oposición a la campaña de Israel en Gaza y a su alianza con Estados Unidos. 

En las últimas semanas, Rusia ha recibido a los dirigentes de Hamás, la organización terrorista responsable de los atentados del 7 de octubre en Israel, y ha criticado la respuesta israelí a los ataques, llegando a comparar los ataques israelíes contra Gaza con el asedio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial. 

Al generar ira contra Occidente por la guerra en Oriente Próximo, Putin apuesta por darle la vuelta a la tortilla y que sea Occidente, y no Rusia, quien se enfrente al aislamiento.

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