¿Gastroenteritis? Olvídate de la dieta blanda y sigue una que facilite la digestión

La gastroenteritis puede ser viral, bacteriana, parasitaria o no infecciosa. Lo normal es contagiarse al comer algo contaminado o por contacto con una persona infectada. Aunque también puede ir acompañada de náuseas, vómitos, calambres estomacales y a veces, fiebre, el síntoma principal es la diarrea.

Lo normal es que aunque incómoda remita por sí sola en unos días. No obstante si dura demasiado, hay sangre en las heces o la fiebre es demasiado alta conviene ir al médico. También es adecuado tener en cuenta que la gastroenteritis vírica puede resultar peligrosa e incluso mortal para bebés, adultos mayores y personas con el sistema inmunitario comprometido.

Lo primero, hidrátate

Para recuperarse de la gastroenteritis lo más importante es mitigar los efectos de la diarrea en el organismo, como es la deshidratación, ya que "se produce una gran pérdida de líquido y de electrolitos", apunta Jaime Giménez, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Por lo que lo aconsejable sería "beber una cantidad de líquido mayor que la habitual y de variedades que ayuden a recuperar los electrolitos perdidos", aconseja el dietista-nutricionista en Nutriendo.

Para lo que no sirven bebidas isotónicas o refrescos. “Las bebidas para deportistas no contienen la proporción adecuada de sales para una rehidratación conveniente tras una diarrea. Y como tal deberían estar apartados como productos rehidratantes porque no lo son”, detalla la farmacéutica Carmen Angulo a través de un contenido elaborado por Wikifarmacia para #SaludsinBulos.

Esto es así porque el líquido eliminado por el sudor es abundante sobre todo en sodio mientras que el  que se pierde por vómitos o diarreas es rico en potasio y menos sodio. 

Se puede recurrir a un producto de venta en farmacias o preparar una solución salina en casa. La receta ofrecida por Gimenez conlleva: un litro de agua, zumo de 2 limones, media cucharadita de sal, media cucharadita de bicarbonato y 40 g de azúcar. 

Una dieta que facilite la digestión

En lo relativo a ingerir alimentos, frente a la tradicional dieta blanda, es más recomendable una que facilite la digestión, lo que significa "que favorece la absorción de los nutrientes y no irrita la mucosa y, por lo tanto, se tolera muy bien a nivel digestivo", matiza el nutricionista.

En palabras del experto esto implica preparaciones como cremas de verduras, alimentos bien cocidos al papillote o al vapor y en general con poca grasa.

Resulta útil además incluir alimentos astringentes "que ralentizan los movimientos intestinales, disminuyendo el volumen y la frecuencia de las deposiciones" como el arroz, los pescados blancos o las carnes de ave.

En este caso resulta adecuado tomar arroz blanco frente al integral. Ya que el segundo, aunque más sano, supone un exceso de fibra soluble que puede agravar la diarrea. También son buena opción las proteínas con poca grasa, como el pescado blanco, los huevos o la carne de ave, "ya que las grasas en exceso pueden tener un efecto laxante".

En cuanto a la fruta y verduras mejor cocida, sin cáscara y sin semillas.