La esperada salida a bolsa de Airbnb podría quedar marcada por el interés de sus exempleados en liquidar sus acciones y los esfuerzos de la compañía por seducir a inversores minoristas

Airbnb logo en el Louvre.
  • Airbnb saldrá a bolsa antes de finalizar el año y busca captar 3.000 millones de dólares con la operación.
  • Muchos trabajadores de la empresa tienen intención de vender los títulos en cuanto se ejecute la OPV y la compañía busca atraer a nuevos inversores minoristas para aumentar su capitalización.
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No es ningún secreto que Airbnb podría salir a bolsa antes de que finalice el año

Según ha informado recientemente Reuters, la compañía estaría acelerando para poner en marcha su OPV y así poder cotizar a una valoración aproximada de 30.000 millones de dólares. Todo ello, teniendo en cuenta que la crisis del COVID-19 ha afectado negativamente a su negocio, debido a la reducción de la actividad turística y a los confinamientos. 

La estrategia de la plataforma digital dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos es intentar generar el apetito inversor suficiente, como así han demostrado otros estrenos como Vroom, Zoom, Palantir o Warner Music. Este año va camino ser el de mayores debuts bursátiles desde la burbuja de las puntocom.

Airbnb no quiere perderse la fiesta y tiene el objetivo de captar, al menos, 3.000 millones de dólares para seguir adelante con sus proyectos empresariales.

Sin embargo, para llevar a cabo ese objetivo tiene que lidiar con un factor fundamental: las pretensiones que tienen muchos de sus empleados. 

Hace más de un año The New York Times publicaba que varios trabajadores de la compañía escribieron una carta a los fundadores suplicando poder vender sus opciones sobre acciones. En este sentido, como consecuencia de que Airbnb es privada, sus títulos no pueden cotizar o canjearse fácilmente. Por eso, ya se anticiparon para solicitar que pegase al salto a los mercados. Esta medida les permitiría vender libremente sus acciones.

El rotativo estadounidense señalaba que al menos habría unas 6.000 personas que estaban cada vez más frustradas por no poder canjear las acciones de la empresa que recibieron en su momento como paquetes de compensación. Esperar a la OPV se ha convertido desde ese momento en una fuente creciente de estrés, lo que impide que algunos hayan decidido mantenerse dentro de la empresa.

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Para tratar de mantener contentos a los empleados, Brian Chesky, CEO de Airbnb, y otros altos directivos hicieron algunos ajustes. Entre otros, comenzaron a ofrecer años sabáticos a algunos trabajadores, ampliaron la política de conciliación de la empresa y aumentaron el programa de jubilación. También crearon un programa para proporcionar préstamos de uso general a bajos intereses de cientos de miles de dólares a los empleados.

Pero es posible que no sea suficiente.

Airbnb quiere llegar a los inversores minoristas

Teniendo en cuenta este esquema, las previsiones de The New York Times son de que estos trabajadores quieran deshacerse de sus títulos más pronto que tarde, especialmente después de que algunos empleados hayan salido recientemente de la compañía por los despidos derivados de la crisis generada por la pandemia. De ahí a que la compañía esté centrándose en fórmulas para atrapar a nuevos inversores y que la capitalización de la empresa pueda tirar al alza en Wall Street. 

Una de las medidas más destacadas, según Skift, es que Airbnb podría facilitar la participación de los inversores minoristas en su OPV prevista. De este modo, podría compensar esa huida masiva de muchos de los insiders de la empresa.

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Airbnb, como medida inicial aprobó un pre-split de 2 por 1 que entró en vigor recientemente. Para aquellos fondos de capital riesgo que ya poseen acciones, el valor de cada una aumentó un 10,4% después de la división.

“Antes de la división, las acciones estaban valoradas en 69,76 dólares cada una al 30 de septiembre, en comparación con 63,15 dólares al término de ejecutarse esa división”, según informó Bloomberg. “Después de la división, los títulos ordinarios de la compañía (privados) estaban valorados en 34,88 dólares cada uno”, añadió. 

Seth Borko, analista de investigación senior de Skift Research, explicó que las divisiones de acciones suelen ser una "fachada", ya que no cambian el valor fundamental de la empresa y rara vez tienen repercusiones a largo plazo.

No obstante, la compañía probablemente dividió las acciones por factores logísticos y de marketing, en aras de acaparar un mayor volumen de inversores una vez que salte a cotizar el parqué. 

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“Tal vez haya algún problema con la cantidad de acciones en circulación y tener más disponibles facilita a los suscriptores dividirlas y asignarlas a los nuevos inversores”, concreta Borko.

“O tal vez Airbnb anticipa una gran participación de los pequeños inversores minoristas y cree que un precio más bajo de las acciones hará que sea más atractivo”, agrega.

Dan Wasiolek, analista senior de renta variable de Morningstar, va en esta misma línea en un último informe. “El split no cambia nada sobre los fundamentales del negocio de Airbnb”, asegura.
 

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