El capital riesgo de Silicon Valley deja que 290.000 millones de euros cojan polvo mientras sus clientes empiezan a reclamar su dinero

Un inversor

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  • La crisis de las tecnológicas arrastra consigo a las startups, que ven cómo los inversores esperan un contexto más favorable para apostar por ellas.
  • En concreto, según Pitchbook, unos 290.000 millones de euros permanece inmóviles.

Paralizados. Así es como la última foto fija del capital riesgo retrata a los inversores de Silicon Valley, que parecen estar esperando mejor ocasión para mover el dinero de sus clientes.

Los altos tipos de interés y los despidos de las tecnológicas, que han encontrado continuidad incluso en 2024 tras los duros ajustes de plantilla del año pasado, les invitan a poner pies en polvorosa. Es lo que la mayoría está haciendo.

Al menos, esto es lo que reflejan el último informe de la empresa de datos privados Pitchbook, que han sido recogidos a su vez por el Financial Times. Las cifras revelan que en el actual contexto el capital riesgo de Silicon Valley está dejando de invertir unos 290.000 millones de euros.

En concreto, a estas alturas los inversores han puesto sobre la mesa apenas la mitad de los algo más de 400.000 millones de euros que invirtieron entre 2020 y 2022, años marcados por una pandemia y una pospandemia que, con el mundo confinado, elevó a cotas récord la cotización de las tecnológicas, que alcanzaron durante este tiempo otra dimensión.

Pero como todo lo que sube, baja, ahora son estas mismas tecnológicas las que han iniciado un efecto dominó que ha terminado golpeando a las startups. 

Las grandes empresas de Silicon Valley se han visto obligadas, por otra parte, en muchos casos a interrumpir sus ambiciosos planes de expansión a costa de quemar dinero sin control en favor de cuidar la caja y alcanzar pronto la rentabilidad.

Y eso que no falta precisamente dinero. "No cabe duda de que hay pólvora seca, pero no parece que el mundo vaya a volver a inundarse de dinero de capital riesgo", afirma al Financial Times Ibrahim Ajami, responsable de empresas de Mubadala Capital, que forma parte del fondo soberano de Abu Dhabi Mubadala Investment Company, valorado en 276.000 millones de dólares.

El propio Financial Times recuerda, por otro lado, que los fondos de riesgo recaudaron con ganas durante la pandemia.

Andreessen Horowitz, por ejemplo, recaudó 4.500 millones de dólares para invertir en criptomonedas; el nuevo fondo de criptomonedas de Katie Haun, ex socia de Andreessen, recaudó 1.500 millones de dólares; Tiger Global Management recaudó 12.700 millones de dólares en uno de los mayores fondos de capital riesgo de la historia.

En España, aunque las cifras son más modestas, también ha habido en los últimos dos años movimiento. Bonsai Partners, por ejemplo, no dudó a mediados de 2022 en lanzarse a buscar 165 millones de euros. Un año después, Inveready buscó 75 millones de euros para invertir solo en telecomunicaciones.

La lista sumó, siguió y permitió que en 2022 en España se invirtieran 3.500 millones de euros, mejor que en 2020, pero ya un 17% peor que en 2021. Eran los primeros síntomas de la expansión de la parálisis en el capital riesgo.

Pero los clientes siguen queriendo sus retornos, algo que solo se produce cuando el fondo logra salir de la startup o bien a través de la venta de capital o bien a través de su salida a bolsa. El año pasado, según Pitchbook, los fondos tan solo repartieron algo menos de 20.000 millones de euros, una séptima parte de lo cosechado el año anterior.

"A los LP [siglas de limited partner, clientes que depositan su dinero en los fondos de inversión] no les suele gustar presionar a los gestores de los fondos para que gasten dinero, pero una vez estos entran en su tercer año de no hacer nada, muchos empiezan a preguntarse a qué obedece el salario que está cobrando el gestor", dice al FT un inversor de capital riesgo de Silicon Valley sin identificar.

Alguno incluso anda reclamando su dinero: "En el primer desplome de la burbuja tecnológica [la crisis de las puntocom, principios de los 2000], varios fondos redujeron significativamente su volumen", explica al medio financiero otro inversor.

"Espero que eso ocurra de nuevo, que las empresas de capital riesgo reduzcan el tamaño de sus fondos, perdonen los compromisos a sus inversores y redimensionen. Sería un resultado realmente bueno". 

Con cientos de startups cerrando y la financiación bajando cada día más, los inversores se van a quedar en una posición incómoda: o seguir escondidos y decepcionar a sus clientes o salir del refugio y arriesgarse a perder.

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