Vodafone vende su negocio en España: estos son los movimientos que podría plantear Zegona

La venta de Vodafone España a Zegona por 5.000 millones de euros es con diferencia la operación más importante que se ha producido en el sector de telecomunicaciones en las últimas dos décadas.

Las implicaciones de lo que se acaba de anunciar este martes están bastante perfiladas en algunas áreas, pero es una operación cuyas consecuencias se extenderán a lo largo de los próximos meses y todavía está rodeada de muchas incógnitas. 

"El reciente anuncio sobre la venta de Vodafone España no tiene ningún impacto en el negocio en curso y en la calidad del servicio. Estamos plenamente comprometidos en seguir ofreciendo la mejor experiencia a nuestros clientes", como han aclarado fuentes de Vodafone España a este medio.

Y es cierto que no se acaba el mundo para sus clientes, como cuenta Carlos Galán en este artículo.

A continuación puedes descubrir más sobre las principales áreas en las que influirá en el futuro la compra de Vodafone España, el primer cambio de manos en un operador mayorista en nuestro país en los últimos 20 años.

El futuro de más de 3.000 empleados de Vodafone en España, en el aire por la reducción de costes que pretende Zegona

Al acabar 2022, Vodafone contaba con 3.060 empleados en España. La plantilla del operador es la primera que está preocupada por las consecuencias de la operación.

Según ha asegurado Eamonn O'Hare, CEO de Zegona, en una rueda de prensa este martes, los recortes de plantilla en Vodafone España no son una prioridad para la gestora en la actualidad, y no ha sido uno de los puntos en los que se han centrado las propuestas de la británica.

Pero eso no significa que no se vayan a producir despidos.

De hecho, la plantilla de Vodafone España ya estaba esperando los efectos del plan estratégico anunciado por la compañía en mayo que contemplaba la salida de 11.000 trabajadores a nivel internacional, de los 96.000 que se estima que tenía cuando empezó 2023. Parte de los 3.060 empleados iba a resultar afectada de todas formas por tanto.

Pese a que su estrategia de comprar-reparar-vender pueda dar a entender lo contrario, Zegona no ha sido especialmente agresiva en la plantilla de los operadores españoles que ha comprado en el pasado, ya que no se anunciaron grandes ERE tras las operaciones. 

De hecho, la mayor parte de los empleados de Telecable se integró en Euskaltel tras su compra, y después sucedió lo mismo con los trabajadores de la teleco vasca en MásMóvil.

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La entrada de Zegona puede acelerar —o precipitar— los cambios en la red fija de Vodafone

Como operador mayorista con una de las tres redes de conectividad fija y móvil más importantes de España, la compra de la filial de Vodafone en nuestro país se espera que tenga consecuencias también a nivel de redes.

Zegona ya ha dado algunas pinceladas de por dónde quiere avanzar una vez se cierre la compra.

"La infraestructura fija es muy importante para nosotros. Pero la realidad es que la penetración es de solo el 20-25%, así que tenemos que encontrar formas de que la red sea más valiosa y extraer más valor optimizándola y atrayendo más tráfico", como ha asegurado el CEO de la gestora.

Aunque los planes están lejos de detallarse, Vodafone se encuentra en la actualidad en un momento importante para su red fija, ya que aún cuenta con centrales de cobre pero Telefónica las cerrará el año 2024 coincidiendo con su centenario, como adelantó la empresa este verano.

Esto pone a Vodafone, igual que Orange, en una tesitura complicada, porque ninguno de ellos se encuentra en la actualidad en grado de poder prescindir de su red de cobre, el predecesor de la fibra óptica, que sigue siendo necesario para el funcionamiento de las infraestructuras de la inmensa mayoría de telecos globales.

En la actualidad, la mayor parte de la red de cobre de Vodafone es la que procede de la compra de Ono en 2014, el cuarto operador de aquel momento por un valor de 7.200 millones, más de lo que ha pagado Zegona ahora. 

En este momento, Zegona solo tiene dos opciones con la red de cobre de Vodafone España: o bien llegar a un acuerdo con Orange y Telefónica para su cierre o migrar todo este cableado a fibra óptica FTTH, un proceso que a día de hoy podría ser demasiado caro para el bolsillo de una Zegona que ha financiado la mayoría de la compra a través de deuda.

Puede haber cambios en la relación de Vodafone con los minoristas y OMV

Al igual que sucede con el resto de operadores mayoristas de España, Vodafone siempre ha intentado que los acuerdos que suscribe con minoristas para utilizar su red fija o móvil no le perjudicaran a nivel de precios.

Aunque lo lógico sería pensar que Zegona mantendrá esta política para proteger su inversión de cara a futuro, se abre la puerta a un cambio de criterio que no solo tendría efectos para el operador de origen británico sino para la totalidad del mercado.

La referencia del CEO de Zegona sobre "atraer más tráfico" parece hacer referencia a la intención de la gestora de lograr que más operadores virtuales (OMV) y minoristas elijan la red de Vodafone y paguen por ella en vez de la de Orange o Telefónica.

En la actualidad, el único gran minorista que emplea la red de Vodafone es Finetwork, que recientemente ha alcanzado el millón de clientes y que tiene planes para duplicar su base de clientes en 2024, y le siguen otras compañías de menor tamaño como Lebara o Hits Mobile, pero tiene margen de mejora en este aspecto.

Los planes de cerrar la operación pueden cambiar por el escudo antiopas del Gobierno y los remedies a la fusión de Orange-MásMóvil

Algunas de las consecuencias que se dibujan para los próximos meses tras el anuncio de compra pueden afectar también a la propia Zegona y a los planes que ha comunicado ahora.

La empresa británica ha manifestado su convicción de que la operación de compra podrá cerrarse en un plazo de cuatro a cinco meses, y confía en que la operación se habrá cerrado en el primer trimestre de 2024.

Antes de ello, deberá recibir la aprobación de los organismos reguladores de competencia —en especial, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia de España, o CNMC— y también del Gobierno, que analizará la operación dentro del conocido como escudo antiopas, como se había adelantado ya previamente.

Pese a la seguridad que ha transmitido Zegona, este trámite hace posible que los tiempos se retrasen, aunque la operación difícilmente se cancelará.

Y otro de los hitos que están a punto de suceder en el sector de las telecomunicaciones y que pueden afectar a la compra de Vodafone España es la fusión entre Orange y MásMóvil, pendiente de recibir el visto bueno de la Comisión Europea y, sobre todo, de que se decidan los remedies.

Orange espera que la fusión se haga efectiva también en el primer trimestre de 2024, lo que podría hacer que según el panorama que quede y según las condiciones decididas por Bruselas, el valor final de Vodafone España pueda variar si en el contrato firmado por ambas partes hay alguna cláusula variable que dependa del mercado.

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Un exdirectivo de Jazztel y Euskaltel protagoniza el cambio de ejecutiva

Y dentro de la plantilla, hay un área que cambiará seguro en los próximos meses: la cúpula directiva de Vodafone España.

Zegona ha anunciado su intención de convertir en próximo consejero delegado del operador en España a José Miguel García, un viejo conocido del sector de telecomunicaciones español.

García fue CEO de Euskaltel hasta que MásMóvil compró en 2021 al operador vasco, y antes de ello fue CEO de Jazztel.

Esto implica la salida de su puesto actual del portugués Màrio Vaz, actual consejero delegado del operador en España, y que había sido nombrado hace solo unos meses después de liderar el negocio de Vodafone en Portugal.

Antonio Coimbra, director de Vodafone España, dejó su cargo el 30 de septiembre, por lo que el cambio de propiedad del operador ya no le afecta, pero previsiblemente la salida se extenderá también a los altos puestos de la teleco en nuestro país.

El 5G está estancado y la venta de Vodafone difícilmente cambiará esto

Aunque sí ha hecho referencias más o menos claras a sus planes para la red fija de Vodafone, Zegona no ha dado demasiadas pistas sobre por dónde irá su estrategia en lo que se refiere a las redes móviles, que en la actualidad están inmersas en un despliegue de 5G un tanto accidentado.

El único punto que sí se ha confirmado es que Zegona ha suscrito un acuerdo de roaming con la matriz de Vodafone, de manera que los consumidores de otros países podrán seguir usando datos sin coste en España como hasta ahora, y también los españoles que viajen dentro del Viejo Continente.

En el momento actual, el despliegue de 5G se encuentra en un momento difícil en España, porque pese a que operadores como Vodafone lideraron a nivel europeo la llegada de las redes móviles de quinta generación, su expansión se ha estancado en los últimos años y la migración al 5G SA (standalone), aún tiene mucho margen por delante.

En este sentido, la compra de Vodafone España por parte de Zegona difícilmente ayudará a hacer que los despliegues de 5G se desatasquen, ya que requieren de una fuerte inversión que cuesta imaginarse que encaje con los planes de optimización de recursos de su nueva propietaria.

Se espera una mayor agresividad de Lowi en el segmento low cost 

Y por último, otra área que puede sufrir consecuencias en el negocio de Vodafone tras la compra de Zegona es su estrategia de precios en las tarifas.

En la actualidad, Vodafone España ofrece los servicios con un valor más alto dentro de la marca Vodafone, pero también controla la marca low cost Lowi, que compite con los operadores asequibles de Telefónica (O2) y Orange (Jazztel, Simyo), pero también con minoristas en crecimiento como Finetwork y sobre todo Digi.

"Hay oportunidades en el negocio de valor, Lowi es una gran marca, pero hay que avanzar para competir con Digi y MásMóvil", ha aseverado O'Hare en el evento de prensa del martes. 

Una de las novedades que pueden llegar al catálogo de tarifas de Lowi dentro de la nueva etapa de Vodafone en España es el lanzamiento de servicios de televisión, como señalan desde la propia Zegona.

Esta medida, al venir de un mayorista, tiene el potencial de remover el mercado y agravar la situación actual de guerra de precios que ya se vive en el sector y que está complicando generar valor y mantener unos beneficios suficientes en el sector.