Ya es oficial: las marcas blancas arrasan en el carrito de la compra por la inflación

La llegada del covid y, sobre todo, de la inflación derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, hizo que nuestros hábitos de consumo cambiasen radicalmente. Uno de los principales cambios han sido el pasar de comprar productos de marca de fabricante por otros de marca blanca. Este hecho se ha ido confirmando en los últimos meses.

Según los últimos datos del IPC publicados esta semana, la inflación en agosto ha subido un 2,6%. Se trata de un aumento de 3 décimas respecto a julio, cuando los precios subieron un 2,3%, y todo por el encarecimiento de los combustibles. Este hecho hace que los consumidores busquen alternativas más económicas a la hora de llenar la cesta de la compra.

Desde hace meses vemos una clara tendencia hacia las marcas de distribuidor por encima de las de fabricante. De hecho, un estudio de marzo elaborado por la consultora Oliver Wyman, concluía que los españoles somos los europeos que más productos de marca blanca consumimos. Esto es algo normal viendo la cuota de mercado de nuestros supermercados. 

La bajada del IVA en la cesta de la compra es ineficaz: Mercadona no sube tanto los precios como Carrefour, según un estudio

Algo que queda patente en el último estudio elaborado por NIQ. En el mes de julio, las ventas en valor de las  marcas de distribuidor, es decir, el dinero ingresado, subieron un 16,7% frente al 7,5% que subieron las de fabricantes.

Sin embargo, respecto a las ventas en volumen, es decir, a la cantidad de productos vendidos, las marcas blancas marcan la diferencia. Mientras estas han crecido un 4,7%, las de fabricante han caído un 3,1%. 

El motivo principal de esta diferencia es claro: la subida de los precios. En concreto, los precios registraron un ascenso del 10,4%. A pesar de este incremento, la alimentación sigue siendo la categoría preferida de los españoles, con un aumento de las ventas en valor del 13% y de un 2,2% de las ventas en volumen.

Esta subida de los precios, sumado a que nuestras rentas son más bajas que las de otros países europeos, hace que la marca blanca sea la mejor aliada para el ahorro y sea la única que ha sabido adaptarse a las necesidades de los consumidores.

El lado oscuro de las marcas blancas

Hace años que nadie duda de la gran calidad que tienen la inmensa mayoría de las marcas propias de las cadenas de supermercados. Entre otros motivos, porque se sabe que el amplio surtido de estos productos los elaboran grandes compañías, pero que prescinden de poner su logo. 

Esto ha hecho que los españoles seamos cada vez menos marquistas, ya que nos hemos dado cuenta de que no es necesario pagar más para tener un producto mejor. Por eso cadenas como Mercadona cuentan con un 80% del total de productos con marca propia.

Sin embargo, no todo es positivo a la hora de comprar marcas blancas. La inflación también ha sacudido a los distribuidores. De media, en el último año, los precios han subido más de un 10% y, solo en el verano pasado, ya se habían disparado un 13,3%.

Pero no todas las cadenas han subido sus precios por igual. Mercadona es el claro ejemplo de ello. El propio Juan Roig, presidente de la cadena, reconoció en la presentación de resultados anual que habían subido sus precios un 10%. "Si no hubiéramos subido los precios, el desastre en la cadena de producción hubiera sido impresionante", afirmaba Roig. 

Este auge de las marcas blancas está haciendo que todas las cadenas estén impulsando sus propios productos. Algunas de ellas, como Mercadona, Lidl, Aldi o Dia, ya han sabido aprovecharlo y sus productos tienen mucho más peso en los lineales que los de las marcas de fabricante. De seguir con esta tendencia, el resto de supermercados no tardarán en copiar esta estrategia.