Hice mi primer crucero en el Wonder of the Seas de Royan Caribbean, el barco más grande del mundo, y por el camino aprendí algunas cosas que me hubiese gustado saber antes de reservar el viaje

Me embarqué en mi primer crucero por el Caribe en abril de 2022 con el objetivo de realizar un reportaje. Antes del viaje nunca había visto un crucero.

Me embarqué en un viaje de siete noches en el crucero más grande del mundo, el Wonder of the Seas, barco de Royal Caribbean. Navegamos a Roatán (Honduras), Cozumel y Costa Maya (México) y la isla privada de Royan Caribbean en las Bahamas.

Aunque lo pasé bien, al final decidí que el estilo de vida de los cruceros no era para mí, pero había algunas cosas que habrían hecho mi viaje más sencillo. Esto es lo que creo que todos los cruceristas primerizos deberían saber antes de zarpar.

En algunos camarotes se puede sentir más el movimiento del barco

Antes de reservar, ojalá hubiera investigado cómo la ubicación del camarote puede afectar a la cantidad de movimiento que se siente cuando el barco está en marcha.

Mi habitación estaba en la parte delantera del barco, y no esperaba sentir tanto movimiento, pero lo sentí. Más tarde me enteré de que los barcos se balancean de lado a lado, por lo que la parte delantera y trasera se mueven más que el centro, como ha informado USA Today.

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Esto me pareció lógico después de hablar con otros cruceristas experimentados, varios de los cuales me dijeron que la parte delantera del barco era uno de los peores lugares, especialmente si no querías sentir movimiento. Las cubiertas superiores, en el centro del barco, son más tranquilas.

Si eres propenso al mareo, como yo, te sugiero que elijas una habitación en el centro del barco. Ojalá lo hubiese sabido de antemano.

Los restaurantes incluidos en la tarifa del crucero tenían todos los tipos de comida, siendo de alta calidad, por lo que no fue necesario derrochar en restaurantes especializados

Uno de los aspectos más característicos de los cruceros es que la mayoría de las comidas, aperitivos y bebidas están incluidos en la tarifa.

En los barcos grandes como el Wonder of the Seas, más de una docena de restaurantes con ofertas especiales, como el sushi, no están incluidos y conllevan cargos adicionales, ya sea una tarifa única o por plato. Yo pagué hasta 60 dólares (54 euros) por cada comida.

Reservé todos los restaurantes especializados antes de mi viaje, pero desearía no haber reservado tantos una vez me di cuenta de que los restaurantes incluidos ofrecían una amplia gama de deliciosos platos para comer.

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Había más de un bufé, y el comedor principal servía una comida de tres platos con menús que cambiaban cada noche. Todos mis deseos quedaron satisfechos con estas opciones ya incluidas. Una de las mejores comidas fue en el comedor principal.

Como reservé tantos restaurantes especializados, no tuve tiempo de probar todos los bufés ni de comer en el comedor principal más de una vez. Si hubiera sabido que iban a ser tan satisfactorios, habría ahorrado dinero y habría comido más de las comidas ya incluidas.

Las noches de gala no eran obligatorias así que no hace falta que malgastes equipaje en trajes bonitos si no quieres participar

Odio vestirme con ropa formal, pero sabía que los cruceros tenían noches de gala y por eso me traje un vestido bonito. Sin embargo, después de la primera noche de gala me di cuenta de que el código de vestimenta no se aplicaba de manera demasiado estricta. La gente llevaba ropa muy variada: desde vestidos elegantes hasta camisetas.

Para las otras dos noche de gala no me esmeré mucho en mi vestimenta. El vestido que me había puesto la primera vez me hizo ocupar un espacio valioso de la maleta. Si hubiera sabido que no era necesario llevarlo, lo habría dejado en casa.

La lavandería a bordo era cara, así que trae una pastilla de jabón, si quieres ahorrar dinero

Como solo llevaba una maleta de mano, esperaba poder hacer la colada a bordo, pero entonces vi la hoja de precios. Vivo en Nueva york, donde nunca he tenido lavandería, así que estoy acostumbrada a pagar para que laven mi ropa.

En lugar de fijar el precio por peso, como en mi lavandería local de Nueva York, la empresa cobra por cada prenda de ropa. Cada camisa cuesta 4 dólares (3,5 euros), un vestido 9 dólares (8 euros), mientras que lavar solo un par de calzoncillos serían 2 dólares (1,8 euros).

Pensé que la suma se acumulaba rápidamente, así que no lavé ninguna prenda durante el viaje. Si hubiera sabido los precios antes del viaje, me habría traído una pastilla de jabón para lavar a mano algunas cosas.

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Aunque era un crucero por el Caribe, pasé frío, así que recomiendo llevar ropa de abrigo

Mi momento favorito para subir a la cubierta era por la mañana bien temprano, o tarde por la noche, cuando no había tanta gente. Sin embargo, en esos momentos soplaban vientos tan fuertes que me hicieron desear haber traído algo más que un jersey.

Me habría gustado traer unos cuantos pantalones más y, al menos, otro jersey para abrigarme (en lugar del vestido de etiqueta). Como no lo hice, acabé llevando los mismos pantalones y el mismo jersey casi mañana y tarde.

Habría traído mi propio paquete de agua si hubiera sabido que estaba permitido

Para asegurarme de estar hidratada durante todo el viaje, opté por el paquete de botellas de agua al reservar los extras del viaje; como reservas en restaurante y excursiones. Por 16 dólares (14,5 euros), Royal Caribbean me entregó en el camarote un paquete con 24 botellas de agua. Me pareció algo caro pero pensé que formaba pare del precio del crucero.

Cuando subí al barco, me di cuenta de que la gente llevaba sus propios paquetes de agua, y ahí fue cuando me di cuenta de que Royal Caribbean permite a los huéspedes llevar sus propias bebidas no alcohólicas, así como aperitivos no perecederos. Si lo hubiera sabido, también habría traído mi propia agua y algunos aperitivos.

Si hubiera conocido estos detalles antes de mi crucero, podría haberme preparado mejor y haber ahorrado dinero

Aunque disfruté de algunas partes de mi crucero, algunos de estos detalles que no sabía, podrían haber hecho mi viaje mucho más cómodo.

Si alguna vez vuelvo a hacer un crucero —o me encuentro con otros cruceristas que pronto lo harán por primera vez— recordaré lo que aprendí sobre la ubicación de los camarotes, las noches de gala y las mañanas frescas y ventosas del mar Caribe.