La explicación a por qué tus resfriados duran varias semanas

resfriado, gripe
  • Una investigación sugiere que algunas personas pueden experimentar "resfriados persistentes" después de sufrir enfermedades respiratorias agudas distintas al COVID-19. 
  • El estudio, publicado en la revista EClinicalMedicine, señala la tos, el dolor de estómago y la diarrea hasta entre los síntomas más comunes que pueden darse hasta 4 semanas después de la infección.

Se estima que el COVID prolongado afecta al menos al 10 % de las infecciones con SARS-CoV-2. Lo que supone 67 millones de personas en todo el mundo sufriendo sus efectos. Puede definirse como síntomas nuevos o persistentes más de 4 semanas después de la infección, siendo algunos de los más comunes fatiga, disnea y deterioro cognitivo. Sin embargo, se han descrito más de 200 secuelas.

Pero es posible que el COVID-19 no sea el único que cause síntomas duraderos, según un estudio pionero que por primera vez compara las secuelas a largo plazo informadas por personas que experimentaron diferentes tipos de infección respiratoria aguda. 

Publicado en  la revista EClinicalMedicine, cabecera de The Lancet los resultados apuntan a la existencia de un “resfriado prolongado”: efectos duraderos en la salud de otras infecciones respiratorias, como resfriados, gripe o neumonía, que actualmente no se reconocen.

Los síndromes postinfecciosos no son un fenómeno nuevo. De hecho, se sabe que muchos casos de síndrome de fatiga crónica siguen a un episodio similar a una infección. Sin embargo, estos a menudo no se diagnostican debido a la amplia gama de síntomas y la falta de pruebas de diagnóstico.

Tos, dolor de estómago y diarrea

La atención recibida sobre los efectos a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 llevó al equipo de investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres a preguntarse si existen secuelas posagudas de otras infecciones respiratorias agudas.

Los investigadores pidieron a más de 10.000 personas que informaran sobre 16 síntomas que se encuentran comúnmente en el COVID persistente, como fatiga, dificultad para respirar, dolores, molestias y mareos. Después compararon cómo de común eran entre 3 grupos: personas que habían reportado COVID, aquellas que habían reportado otra infección respiratoria aguda (pero habían dado negativo en la prueba de COVID) y aquellas que no habían reportado ninguna infección. 

Aquellos con infección por SARS-CoV-2 tuvieron mayores probabilidades de sufrir problemas con el gusto y el olfato y aturdimiento o mareos en comparación con quienes sufrieron otras infecciones. Ahora bien, la evaluación mostró que ambos tipos de pacientes se asociaron con una prevalencia y/o gravedad de la mayoría de los síntomas.

"Algunos de los síntomas más comunes del resfriado prolongado incluyen tos, dolor de estómago y diarrea", enumera Giulia Vivaldi, estadística y epidemióloga que participó en el estudio.

"Estos síntomas se informaron un promedio de 11 semanas después de la infección. Si bien una infección inicial grave parece aumentar el riesgo de síntomas a largo plazo, nuestra investigación aún no nos dice por qué algunas personas sufren síntomas prolongados y otras no", resume en The Conversation.

Factores que incrementan el riesgo

El riesgo de resfriado prolongado depende en gran medida de 2 factores principales: la gravedad de la infección y las enfermedades que se tengan de base

"El hecho de tener cualquier afección de las vías respiratorias puede hacer que algunos de los síntomas perduren más tiempo", indica a EL ESPAÑOL Rosario Menéndez, neumóloga y directora del programa de investigación de infecciones respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

La amalgama de sintomatología que esto puede acarrar es variada, aunque la investigación en The Lancet diferencia entre COVID-19 y otras infecciones respiratorias aguadas. 

Los primeros tenían más probabilidades de desarrollar futuros problemas con el gusto y el olfato, así como mareos o aturdimiento. Los segundos experimentaban más consecuencias relacionadas con tos permanente y voz ronca. Ambos coincidan en la dificultad para respirar y la fatiga.

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