• En una carta publicada en la revista Emerging Infectious Diseases, un grupo de investigadores han confirmado que 9 personas que se sentaban cerca en un restaurante contrajeron el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, y que probablemente se propagó debido al aire acondicionado del restaurante.
• Los autores del estudio aconsejan a los establecimientos aumentar la distancia que hay entre mesas y mejorar la ventilación.
• A medida que los restaurantes buscan la forma de abrir, los expertos dicen que se deberán tomar medidas de seguridad adicionales, como reducir el aforo, hacer que los empleados usen mascarillas y limitar el tiempo que los comensales pueden permanecer en los establecimientos.
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El COVID-19 sorprendió a 3 familias aparentemente sanas después de cenar en un restaurante sin ventanas de Guangzhou, China, en enero. Estas se sentaban en mesas cercanas una de otras.

Los investigadores que estudian el caso piensan que el aire acondicionado hizo que las gotas que cargaban el virus provenían de una persona asintomática y llegaron más lejos de lo normal. Nueve personas más, no pertenecientes a esas 3 familias, enfermaron más tarde.

Los investigadores describieron los hallazgos en una carta de investigación publicada en la revista Emerging Infectious Diseases a principios de este mes.

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Es una perspectiva aterradora para la gente que trata de mantener una distancia segura hacia los demás. Pero otro hallazgo potencialmente esperanzador para la restauración es que ninguno de los otros 73 comensales y 8 empleados del restaurante contrajeron la enfermedad, según los investigadores.

"Para prevenir la propagación del virus en los restaurantes, recomendamos aumentar la distancia entre las mesas y mejorar la ventilación", escribieron.

Para los establecimientos, que están desesperados por reabrir en los próximos meses, los hallazgos de los investigadores son una prueba de que el trabajo no solo volverá a la normalidad después de la pandemia, sino que podría haber formas de limitar el riesgo de propagación del virus. Es probable que haya límites en cuanto al tiempo que los clientes pueden pasan comiendo, que los restaurantes permitan un aforo menor, que el aire acondicionado o la calefacción no se enciendan y que se recomiende a los empleados el uso de mascarillas.

Los investigadores piensan que la fuente de este brote fue una mujer de 63 años que no mostró síntomas, como fiebre y tos, hasta estas más avanzado el día. Fue a un hospital y dio positivo por COVID-19.

En 2 semanas, 4 familiares también se habían contagiado, al igual que otros 5 comensales pertenecientes a otras 2 familias que parecían no tener conexión alguna, excepto por el tiempo que pasaron en el restaurante.

Esto sorprendió a los investigadores, ya que el nuevo coronavirus se transmite por gotitas o partículas pesadas que tienden a flotar más de un metro, y las familias implicadas se encontraban más lejos entre sí. Dijeron que el aire acondicionado parecía haber sido el responsable de transportar las gotas virales más lejos.

La industria de la restauración se ha visto duramente afectada por la pandemia

Desde el 1 de marzo, la industria de la restauración ha perdido más de 3 millones de puestos de trabajo, según la Asociación Nacional de Restaurantes. Y uno de cada 5 locales de EEUU podría cerrar permanentemente debido a la pandemia, de acuerdo a una estimación de la UBS

La Asociación Nacional de Restaurantes ha pedido esta semana al Congreso 240 mil millones de dólares(220 mil millones de euros aproximadamente) para ayudar a la industria.

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Mientras que la mayoría de estadounidenses ha mostrado su deseo para esperar antes de reanudar sus rutinas diarias, abrir un restaurante significa mover de nuevo una cadena de suministro para restaurantes, agricultores, vendedores de productos agrícolas, cocineros y camareros.

Los restaurantes necesitarán seguir nuevas reglas cuando vuelvan a abrir pero podría variar según el estado en EEUU

Los investigadores que estudiaron el brote en el restaurante de Guangzhou no replicaron el fenómeno en un laboratorio, y no tienen otros casos con los que compararlo, por lo que sus hallazgos deben tomarse con calma.

Pero William Schaffner, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, ha dicho que la carta es un buen recurso para ayudarnos a entender cómo serian las reaperturas de los restaurantes.

"Vamos a reabrir de nuevo", ha dicho Schaffner. "Pero el truco será abrir lentamente, hacerlo de forma escalonada", ha dicho. "Abrir los restaurantes y hacerlo a media capacidad, espaciando los asientos".

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No está claro si las reglas de espaciamiento y capacidad podrían servir, aunque es muy probable que se empleen de todos modos, y se podría empezar a ver que las zonas rurales, que por lo general no han sido tan afectadas por el virus como las ciudades, las prueben primero.

Schaffner, que vive en Tennessee, con 7.300 casos de coronavirus hasta el martes, ha dicho que ha notado la creciente presión que pide que los restaurantes volver a abrir.

Jennifer Horney, directora fundadora del programa de epidemiología de la Universidad de Delaware, ha dicho a Business Insider que prevé una lenta relajación en las órdenes de emergencia de los estados o regiones, lo que permitiría que los restaurantes reabrieran con algunos ajustes del servicio tradicional. Comer en un estado con pautas poco severas podría incluir el pago a través de métodos sin contacto, el uso de cartas desechables y el uso de mascarillas y guantes por parte de los empleados.

Los científicos dicen que los restaurantes deben reducir su capacidad cuando vuelvan a abrir pero esto puede ser una regla difícil de aplicar

Horney ha dicho que en lugar de crear restricciones, como prohibir el uso del aire acondicionado o la comida al aire libre, los restaurantes podrían encontrar más fácil e igual de eficaz adaptar las normas existentes, como las relativas a la capacidad de las salas.

"Las regulaciones existentes, como el número de aforo del código de incendios, podrían utilizarse para establecer un número máximo, como el 25% de la ocupación habitual", ha dicho Horney.

Pero Schaffner es escéptico y no cree que los restaurantes se adhieran a las reglas de aforo.

"Algunos restaurantes dirán: 'Escuchen, estamos llenos. Vamos a abrir unas cuantas mesas más. La policía del COVID-19 no nos va a descubrir esta noche'", ha dicho.