Los programadores ya no son las estrellas de Silicon Valley, y eso les está poniendo de mal humor

Aaron Terrazas
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La satisfacción de los empleados del sector tecnológico ha caído en picado, a la par que la de los sectores financiero y de consultoría, que suele competir por los mismos talentos.
La satisfacción de los empleados del sector tecnológico ha caído en picado, a la par que la de los sectores financiero y de consultoría, que suele competir por los mismos talentos.

iStock; Getty Images; Alyssa Powell/Insider

  • Trabajar en Silicon Valley solía ser muy gratificante, y los empleados tecnológicos se mostraban mucho más satisfechos que los de otros sectores.
  • Ahora, la vuelta a la oficina, los recortes salariales y la compleja jerarquía de las empresas tecnológicas, ha empujado a los trabajadores a un estado general de desmotivación.

Por primera vez en mucho tiempo, los trabajadores del sector tecnológico están desmotivados

El sector de la innovación ha sido un caso atípico en lo que respecta a la satisfacción de sus empleados durante mucho tiempo. Aunque los objetivos empresariales eran ambiciosos y los plazos muy cortos, el atractivo de construir el futuro atrajo a jóvenes formados hacia la tecnología, por no mencionar los elevados salarios, el potencial de ganar dinero en bolsa, la posibilidad de vestir cómodamente y no de traje y las relucientes oficinas con comidas y gimnasios incluidos. Esta combinación entre buenos sueldos y una posibilidad razonable de conciliar hizo llevó a los trabajadores de la tecnología a ser más felices que los de otros sectores. Antes de la pandemia, más del 80% de los empleados del sector tecnológico habrían recomendado su empresa a un amigo, según los comentarios de Glassdoor, por encima de casi todos los demás sectores. 

Todo esto ha cambiado en 2023: la satisfacción ha caído en picado, al igual que en finanzas y consultoría (industrias que a menudo compiten por los mismos talentos). La creciente angustia entre la clase tecnológica se palpa en comunidades online como la Fishbowl de Glassdoor, en redes sociales de trabajo como LinkedIn, e incluso en grupos internos de Slack. Al leer las quejas y consejos anónimos de la comunidad de Glassdoor, queda claro que muchos técnicos despedidos y recién licenciados en científicos, ingenieros y matemáticos buscan trabajo desesperadamente, solicitando puestos más abiertos y, en algunos casos, reduciendo sus expectativas de salario y satisfacción laboral.

Un analista de datos del grupo #JobsInTech de Glassdoor escribió recientemente: "No puedo creer lo difícil que ha sido este año conseguir trabajo. He solicitado más de 600 trabajos desde el 1 de junio, he tenido unas cuantas entrevistas, pero no he conseguido nada. Esto me está matando". Un gestor de proyectos expresó una frustración similar: "Llevo más de un año buscando trabajo. 25 años en TI. He enviado más de 900 solicitudes. He reducido mi tarifa a la mitad. ¿Abandono a estas alturas y cambio de profesión?". Estos sentimientos contrastan fuertemente con la perspectiva de Ricitos de Oro que dibujan los datos oficiales del mercado laboral para la economía en general. 

Aunque hay muchas explicaciones para este repentino cambio de actitud (desde la subida de tipos de interés hasta la volatilidad de la bolsa), una verdad incómoda es que gran parte de los problemas del sector tecnológico se deben a que la industria se ha alejado de sus raíces. La cultura de colaboración en las empresas tecnológicas no solo mantenía contentos a los empleados, sino que también ayudaba a crear mejores productos para los clientes. La acumulación de niveles de gestión sin añadir trabajadores expertos en tecnología que construyan productos básicos ha dado lugar a un entorno caótico que pesa sobre los empleados. Si la industria tecnológica quiere volver a la innovación, productividad y felicidad laboral, los ejecutivos deben reanudar las conversaciones con los trabajadores que fabrican sus productos, o arriesgarse a perder lo que hizo tan deseable a Silicon Valley.  

Algunos trabajadores tecnológicos quemados dicen estar buscando trabajos menos estresantes.

Gran tecnología, mucho dinero, grandes preocupaciones

La forma más fácil que tienen las empresas tecnológicas de explicar el repentino cambio de actitud de los trabajadores del sector es culpar al clima económico general.

Durante más de una década, los bajos tipos de interés, la confianza constante de los consumidores y una mano de obra cada vez más formada crearon un ecosistema empresarial que animaba a las empresas a hacer grandes apuestas de futuro. Las tecnológicas, con visiones de nuevas formas de conectar el mundo y vivir nuestras vidas, estaban en una posición única para aprovechar este apetito de crecimiento. Para ser creíbles, estas audaces apuestas requerían de mucha innovación científica: Silicon Valley necesitaba trabajadores inteligentes y avispados que cumplieran las promesas de sus nuevos productos. Para atraer a estos potenciales empleados, las empresas ofrecían más dinero o una mejor calidad de vida que la de Wall Street. Gracias al constante flujo de dinero de los inversores, derivado de la buena situación de la economía, esas promesas fueran fáciles de cumplir.

Valoración media de la retribución y los beneficios basada en las opiniones de los empleados

Valoración media de la retribución y los beneficios basada en las opiniones de los empleados

Madison Hoff/Insider

Fuente: Glassdoor Economic Research

Nota: Las valoraciones medias son de 5 estrellas y proceden de opiniones de Glassdoor.

Pero este terreno fértil se ha ido salando poco a poco en los 2 últimos años, a medida que la Reserva Federal subía los tipos de interés. Al aumentar el coste del dinero, las empresas de todos los sectores se han visto obligadas a reevaluar sus apuestas y a recortar los proyectos que se consideraba poco probable que dieran beneficios a corto plazo. En un sector como el tecnológico, en el que las empresas hacen constantemente apuestas multimillonarias en tecnología emergente que puede que no produzca beneficios reales en años, la reevaluación ha sido muy grande.

Varias tecnológicas destacadas han adoptado una postura inflexible para limitar el crecimiento de los costes salariales y hacer cumplir el mandato de trabajar en la oficina: Microsoft anunció en mayo que no habría aumentos salariales para los trabajadores a jornada completa este año, y Amazon ha notificado que aquellos empleados que no quieran trabajar en oficina pueden perder sus puestos. Los despidos del pasado invierno y primavera han puesto al límite a algunos equipos, y la amenaza inminente de la inteligencia artificial generativa está despertando temores entre los trabajadores que durante mucho tiempo se consideraron ganadores en la eterna carrera entre el hombre y la máquina.

Robot, IA, programación

Valoración media de la conciliación de la vida laboral y familiar basada en las opiniones de los empleados

Valoración media de la conciliación de la vida laboral y familiar basada en las opiniones de los empleados

Madison Hoff/Insider

Fuente: Glassdoor Economic Research

Nota: Las valoraciones medias son de 5 estrellas y proceden de opiniones de Glassdoor.

Este giro de la economía está empezando a afectar al mercado laboral tecnológico. A pesar de que los datos de empleo parecen ser impecables, este mercado se ha convertido en un claro foco de debilidad. Se ha debilitado bruscamente en al menos 2 importantes comunidades tecnológicas (la zona de la bahía de California y Austin, Texas), donde la tasa de desempleo local ha aumentado más de medio punto porcentual en el último año, una señal habitual de recesión inminente. Las solicitudes de desempleo de los trabajadores del sector de la información se han duplicado en comparación con las de hace un año (y, pandemia aparte, están ahora a la par con los niveles más altos desde 2013). 

No obstante, no son las presiones de la economía en general la principal causa de la caída de la satisfacción de los trabajadores. Muchos otros sectores se han visto afectados por la subida de tipos, pero ninguno ha visto caer la satisfacción de sus empleados de forma tan significativa como Silicon Valley. Las razones tras la insatisfacción de los trabajadores tecnológicos se han ido gestando durante algún tiempo y afectan al corazón mismo de las convenciones del sector, antes celebradas.

De las sudaderas a las corbatas

En el centro del malestar actual de la industria tecnológica se encuentra la cultura corporativa, que se considera arcaica. Los datos de satisfacción de los empleados de Glassdoor revelan 2 grandes cambios que se han venido produciendo en los últimos años, antes de la pandemia de COVID-19 pero acelerados por ella. 

En primer lugar, el aumento de responsables de la tecnología. En los últimos 5 años, la proporción entre empleados y directivos se ha deteriorado, lo que significa que hay más directivos por cada trabajador que antes. A principios de este año, antes de los despidos destinados en parte a aplanar las jerarquías organizativas, el número de empleos era más o menos el mismo que en vísperas de la pandemia, mientras que el número de puestos directivos era un 9% superior. En toda la economía, había un promedio de 6,6 trabajadores por responsable en 2018 y 2019, pero después de la pandemia, la relación se redujo a 6 a 1.

Aunque esta tendencia no es exclusiva del sector tecnológico (se observa en otros como el de la salud o el financiero), supone un fuerte contraste con las jerarquías de las empresas que impulsaron el boom tecnológico de los 90 y un cambio chocante para los empleados acostumbrados a una comunicación más directa con la cúpula. Por supuesto, muchos directivos tecnológicos también realizan tareas de primera línea, como codificación o análisis de datos, y algunos gestionan procesos en lugar de personas (por ejemplo, los directores de transporte). Es posible que, ahora las tecnológicas se han ido convirtiendo en organizaciones más complejas, sean necesarios más niveles de gestión. Pero el resultado es el mismo: las personas que construyen los productos están cada vez más alejadas de las que toman las decisiones estratégicas.

En segundo lugar, es un secreto a voces que los mejores empleos en tecnología no son necesariamente técnicos. Los trabajadores de las Big Tech que afirman estar más satisfechos con su puesto en las evaluaciones de Glassdoor no desempeñan funciones técnicas, como ingeniería o ciencias. Aunque los puestos que no son técnicos (por ejemplo, en recursos humanos y marketing) pueden contribuir, y a menudo contribuyen, a las innovaciones tecnológicas de vanguardia, es más probable que se centren en apoyar y facilitar la tecnología básica.

Satisfacción laboral de los trabajadores tecnológicos por puesto de trabajo

Satisfacción laboral de los trabajadores tecnológicos por puesto de trabajo.

Andy Kiersz/Insider

Fuente: Glassdoor

Nota: La tabla muestra la satisfacción laboral en una escala de 1 a 5 estrellas en 2022.

Cabe preguntarse por qué los empleados más alejados de la frontera técnica son más felices en su trabajo que los que fabrican los productos reales. Tal vez es que están más agradecidos por la oportunidad, sospechando que sus oportunidades de trabajo podrían ser peores en otras industrias (un sentimiento sugerido por la escritora Kristi Coulter en sus memorias, recientemente publicadas, sobre su carrera de una década en Amazon). O tal vez las clasificaciones reflejen rangos técnicos sobrecargados y faltos de recursos. 

La verdad inevitable es que trabajar en las tecnológicas más importantes se ha convertido en algo muy parecido a trabajar en cualquier otro lugar de la economía: los salarios altos suelen justificarse por un horario más exigente y jornadas más largas (y a menudo "fines de semana de trabajo"). Esta evolución no es inusual: es el mismo camino trillado de las pasadas generaciones de innovadores del sector. Con el tiempo, se hacen más grandes, más estables y más rutinarias. Los titanes tecnológicos de generaciones anteriores (desde Ford Motor Company en los años 20 hasta Intel en los 90) fueron en su día innovadores en el lugar de trabajo, pero acabaron siendo conocidos como aburridos gigantes corporativos a medida que envejecían y se convertían en elementos básicos de la economía mundial.

¿Puede la tecnología darle la vuelta?

Sin embargo, no todo está perdido para el sector tecnológico. Recuperar la chispa de la innovación entre los empleados exigirá a los directivos recalibrar su brújula organizativa: aplanar las estructuras orgánicas, centrarse en el largo horizonte para que los empleados tengan la oportunidad de sentirse estables en sus puestos y volver a priorizar la inversión en el talento técnico básico que impulsa el desarrollo de productos cruciales. 

Fundamentalmente, se trata de escuchar y elevar las voces de los empleados de primera línea. Cuando se permite hablar a los trabajadores que participan directamente en la creación de la tecnología, suelen surgir ideas atrevidas y poco convencionales. Al plantear preguntas más allá de la alta dirección, implicar a los empleados de tú a tú y crear espacios para que estos expresen sus esperanzas y corazonadas, las empresas tecnológicas no solo pueden reavivar su cultura de trabajo, sino también servir mejor a los clientes.

Este tipo de comunicación productiva quizá se haya vuelto más difícil en la era del trabajo a distancia, pero tampoco debemos pretender que se produzca sin esfuerzo en la oficina. Se trata de un conjunto de habilidades totalmente diferentes y más humildes que las teatralidades de las charlas TED y la destreza en la recaudación de fondos que impulsaron el éxito de la tecnología en la última década. Para sacar a los trabajadores tecnológicos de su reciente desmotivación y devolver al sector a la senda de la innovación, las compañías tienen que volver a escuchar a sus empleados y permitirles hacer lo que mejor saben hacer.

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