El excomisario europeo Joaquín Almunia alerta del "altísimo grado de concentración" que se está viendo en el mercado de la inteligencia artificial

Joaquín Almunia, ex vicepresidente de la Comisión Europea.

Comisión Europea

  • El excomisario europeo de Competencia avisa de que está viendo un "grado de concentración altísimo" en el mercado de la IA. Tanto, que le da "vértigo".
  • Joaquín Almunia recuerda que la competencia también es buena "para evitar abusos no estrictamente económicos o de mercado".

El excomisario europeo de Competencia Joaquín Almunia lanza un aviso: el mercado de la inteligencia artificial tiene "un grado de concentración altísimo". Tanto que incluso le da "vértigo", reconoce. Por eso cree que el nuevo Reglamento de la Inteligencia Artificial que está a punto de ser formalmente adoptado en la Unión Europea es necesario.

Pero "tiene que haber no solo buena regulación y controles, también tiene que haber competencia". "La competencia también es buena para evitar abusos no estrictamente económicos o de mercado", enfatiza el exdirigente español, que ahora combina su labor en el comité del think tank CEPS o la docencia en una facultad de Sciences Po, el prestigioso instituto parisino de Ciencias Políticas.

"Me preocupa en materia de IA el grado de concentración que se está produciendo, valga la redundancia, por parte de las grandes plataformas". Habla de redundancia porque en este reciente artículo, fruto de la misma entrevista que Almunia mantuvo hace días con Business Insider España, el excomisario ya hablaba del enorme poder con el que cuentan las grandes tecnológicas.

"Ahí puede producirse un grado de concentración que, probablemente, de no vigilarse o de no corregirse, puede tener consecuencias más negativas que la mera concentración de los mercados digitales en manos de unas grandes plataformas", enfatiza. "La IA tiene un grado de concentración altísimo: me produce una sensación de vértigo".

No en vano, hablar de inteligencia artificial es hoy hablar de nombres propios como OpenAI, Microsoft, Google o Nvidia, esta última compañía ya considerada como la reina de la IA. 

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En la entrevista, Joaquín Almunia detalló que la particularidad con la que cuentan algunas de las nuevas regulaciones europeas tecnológicas es que dotan a la Comisión de la posibilidad de actuar ex ante, es decir, antes de que se haya producido un abuso o lesionado la competencia en el continente.

Es el ejemplo del Reglamento de Mercados Digitales, que responde a los eternísimos procedimientos por abusos de posiciones dominantes que en ocasiones han terminado en multas multimillonarias para compañías como Google o Apple. La más reciente, a esta última, por valor de 1.800 millones.

Ese Reglamento de Mercados Digitales entró en plena aplicación hace unas semanas y Bruselas ya ha anunciado la apertura de procedimientos al entender que se están vulnerando algunos de sus extremos por parte de compañías como Google, Apple o Meta. Pero Bruselas también está a punto de tener desplegado su esperado Reglamento de Inteligencia Artificial.

Este último ya recibió su aprobación formal por parte del Parlamento Europeo en marzo, y es de esperar que suceda lo propio este mes de abril en el Consejo de la Unión Europea. Después tendrá que terminar el trabajo de corrección y traducción del texto al idioma de los Veintisiete para poder publicarse en el Diario Oficial de la Unión Europea.

Una vez suceda esto último, se contarán 20 días hasta que el Reglamento de la Inteligencia Artificial esté en vigor en toda la Unión, lo que sucederá antes de que termine la legislatura comunitaria —hay elecciones europeas en junio—. La ley, eso sí, entrará en plena aplicación en 2026, ya que los Estados miembros deben adaptarse para poder hacerla cumplir en ese período.

El efecto Bruselas, también en la industria de la inteligencia artificial

Almunia matiza que no es "experto" en inteligencia artificial, pero sí le parece "necesaria e imprescindible" el nuevo reglamento. "Lo dicen los máximos expertos científicos en inteligencia artificial. Lo dicen las autoridades públicas, los legisladores: se ha de actuar para evitar o limitar al máximo los riesgos de esta tecnología".

Eso sí, Joaquín Almunia también destaca que no se pueden ignorar "las enormes ventajas que ya está dando y seguirá dando en el futuro la IA". "Hay que ver si la regulación acierta, ojalá que sí. Sobre todo, si además se invita así a otros países y a otras jurisdicciones importantes a seguir por este camino de la regulación".

De esta manera Almunia habla del famoso efecto Bruselas, un término acuñado hace una década por la profesora de la Escuela de Derecho de Columbia Anu Bradford. El efecto Bruselas define la forma en la que Bruselas ha logrado exportar grandes regulaciones al resto del mundo a través de los mercados. Un ejemplo recurrente: el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

La Unión Europea confía en que ese efecto Bruselas vuelva a darse con las nuevas regulaciones, como los reglamentos de Mercados Digitales, de Servicios Digitales o de Inteligencia Artificial. Almunia cree que "probablemente" se vea este efecto con esta última regulación. 

"Curiosamente no tenemos liderazgo tecnológico en IA, igual que las grandes plataformas tampoco son europeas", avanza, en referencia a multinacionales como Google, Apple o Meta. "Pero eso nos da más margen y autonomía estratégica para regular con más intensidad y serenidad y poder aplicar esas regulaciones desde la autoridad europea".

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"Es de esperar que los buenos resultados de la aplicación de estas nuevas regulaciones otras jurisdicciones fuera de la Unión se animen a seguir este mismo camino". 

Al fin y al cabo, "el problema de las grandes plataformas y de sus abusos, sus interferencias en la vida política, de su canalización de noticias falsas, del poco cuidado que han tenido con contenidos incluso ilegales, debe responderse por el conjunto del planeta", entiende.

Mientras, los debates continúan. La Unión Europea está manteniendo reuniones con Washington a través del Consejo de Comercio y Tecnología EEUU-UE, el conocido como TTC por sus siglas en inglés. La última de sus reuniones tuvo lugar el pasado jueves 4 de abril.

Una constante al albur de esos encuentros es el temor a que este Consejo no sobreviva a una eventualidad muy concreta: que Donald Trump gane las próximas elecciones estadounidenses. Los representantes de la Unión Europea tratan de subrayar en público que eso no está sujeto a debate. Pero el miedo es libre.

Joaquín Almunia, por su parte, es meridianamente claro. "Probablemente nadie acierte al 100% en su primer paso regulador". "Hay que ir ajustando la regulación a la experiencia, a la evolución de estos mercados, que es rapidísima, y a la evaluación de las consecuencias de las decisiones que se vayan adoptando". 

"Es un síntoma de prudencia y de inteligencia: el no asumir que esta regulación va a estar ahí y así para siempre".

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